No reconoce a su prima a la que lleva 9 años sin hablar: la dejó sola el día del entierro de su hermana

Yolanda no reconoció a Susana en el pantallón y descubrió en directo que venía a pedirle perdón por no acompañarla en el peor día de su vida
Pide perdón a su madre tras confesar cómo la droga “destrozó” a su familia: comenzó a consumir con 13 años y sobrevivió a ocho sobredosis
En una tarde cargada de tensión y emoción, ‘El diario de Jorge’ vivió un momento desconcertante: el reencuentro inesperado de dos primas separadas durante casi una década por un malentendido.
La historia se presentó al principio del programa, pero Jorge Javier quiso retomarla antes de despedir la emisión. Yolanda, visiblemente nerviosa, aseguraba no saber por qué estaba allí ni quién la había llevado al formato. Solo sabía que algo importante estaba a punto de suceder. Y no se equivocaba.
El mensaje que lo desencadenó todo
A solas en plató con Jorge, Yolanda miraba el pantallón sin comprender. La imagen mostraba dos manos y un mensaje inquietante: “Soy una cobarde”. “¿Sabes quién es?”, preguntaba Jorge. “No sé quién es”, repetía ella, dudosa, incapaz de reconocer a su prima.
La incógnita duró varios segundos. Cuando la persona misteriosa entró en el plató, Yolanda estalló en sorpresa: “¡Mi prima! ¡Tía, cuánto tiempo!”.
Pero la alegría inicial dio paso a una pregunta dolorosa: “¿No me conocías o no querías conocerme?”, reprochaba Susana, rota por los nervios. Yolanda aseguraba que no la había reconocido hasta verla en persona
Una ausencia que marcó una vida
Susana venía al programa por un motivo concreto: pedir perdón. Lo hizo con voz entrecortada, intentando ordenar una culpa que arrastraba desde hacía años. El día del entierro de la hermana de Yolanda, quiso ir. Cogió el coche, pidió librar en el trabajo y llevó a su madre, enferma de Alzheimer.
Pero el viaje se convirtió en un caos: su madre se desorientó, se puso nerviosa y Susana, incapaz de manejar la situación, terminó dándose la vuelta. Y nunca tuvo el valor de explicarlo.
“Y lo siento. No tenía otra manera de decírtelo”. Yolanda la escuchó en silencio y respondió sin rencor: “¿Cómo voy a estar enfadada contigo? Estoy enfadada conmigo, que no he podido dar contigo”.
Entre lágrimas, Susana quiso contarle también otra devastadora noticia: la muerte de su hermana Montse, una figura clave en su vida. “Ahora no hay Montse… ha muerto. Y entiendo más lo que tú viviste. Ha debido de ser muy duro para ti y para tu madre”.

