Los maridos de 'GH' tal como les bautizaron en su edición 16 se regalaron en la casa muchos mimos, abrazos y al principio besos furtivos. Han y Aritz eran inseparables, aunque también a veces podían parecer un matrimonio un poco mal avenido. El chino con acento granaíno reclamaba más besos al vasco y este último se excusaba en que era más un hombre de acción. Las cosas las hacía cuando las sentía.
Tanto es así que una noche le dio el arrebato en pleno baño mientras Han se lavaba los dientes. Y como además de ser un hombre de acción era consciente de la ilusión de 'su amigo especial' por los besos apasionados le apartó el cepillo de dientes y sin mediar más palabras le plantó un sonado beso, eso sí con pasta de dientes incluida.
Aquel invento de beso bien higiénico y mentolado fue todo un descubrimiento para ambos concursantes de 'Gran Hermano'. La pareja dio visibilidad a un amor sin límites y de lo más creativo. Su pasión se convirtió para nosotros en un momentazo televisivo único que amplió fronteras en nuestro saber de los besos y que ahora rescatamos bien orgullosos.
A partir de ese instante teníamos ante nosotros una nueva variedad de beso para cerrar los créditos de cualquier película romántica. ¡Los espaguettis de La Dama y el Vagabundo se quedaban en nada, si los comparábamos con la fórmula blanqueante de Aritz y Han!