Jorge Javier superó un miedo gracias al Ondas hace 10 años: "Me quería morir"

  • El presentador explicó en 'Sálvame' una anécdota que se le había quedado grabada

Hace diez años que Jorge Javier Vázquez recibió uno de los mayores reconocimientos a su trayectoria profesional, el Premio Ondas. Un galardón que emocionó mucho al presentador de ‘Sálvame’ y que le ayudó a superar uno de los miedos que arrastraba desde el pasado; una anécdota que le ocurrió cuando conducía ‘Aquí hay tomate’ y que se le quedó grabada a fuego.

Un día después de recibir el Premio Ondas a Mejor Presentador y aún con la resaca de una gala de lo más emocionante, Jorge Javier Vázquez acudió a su programa, ‘Sálvame’, para contar cómo había vivido aquel acontecimiento tan importante. Se emocionó al ver el discurso que dio en el Gran Liceu de Barcelona y hasta habló del miedo que arrastraba desde el pasado.

Explicó que tenía “muchísimo miedo” antes de ir al Liceu, porque años atrás había vivido un suceso que se le había quedado “grabado”. Todo ocurrió el día que acompañó a Boris Izaguirre a recoger un premio de una conocida revista en la discoteca madrileña ‘Joy Eslava’. El escritor venezolano subió al escenario y quiso dedicarle el premio a Jorge Javier Vázquez por amenizar “cada tarde con ‘Aquí hay tomate” y la reacción del público fue toda una sorpresa.

Lejos de escucharse aplausos, como en cualquier discurso, la sala se vio inmersa en el silencio más absoluto. Un silencio que, según Jorge Javier Vázquez, se rompió con “silbidos” y “un abucheo horroroso” por parte del público. “Me sentí fatal, con vergüenza y sentido del ridículo”, explicó. “Me quería morir”, añadió.

Jorge Javier explicó que le daba miedo que ese suceso se volviera a repetir el día que recibió su ansiado premio Ondas en la ciudad de Barcelona. “Me daba apuro por mi familia, explicó” y aseguró que les había advertido de que “igual” podía pasar algo. A lo que su familia respondió con un rotundo: “Pues si pasa, aplaudiremos más fuerte”.

El presentador de ‘Sálvame’ tenía miedo de volver a revivir un episodio similar en el Gran Liceu de Barcelona en 2009, en la gala de los Premios Ondas, pero lo cierto es que todo salió a las mil maravillas. El público no solo reaccionó con muchísimo cariño al discurso que dio tras recibir el Ondas a mejor presentador, sino que le dedicaron un gran aplauso y una ovación. Un momento “precioso” que, imaginamos, hizo que el presentador olvidara lo que le había ocurrido años atrás.