Cinco cosas que aprendimos de los desayunos de 'Los Serrano'

  • Se cumple el 13º aniversario del final de 'Los Serrano'.

  • Todo lo que 'Los Serrano' nos enseñaron sobre los desayunos.

  • 'Los Serrano' no solo nos enseñaron que e desayuno es la comida más importante del día.

Este 17 de julio se cumplieron trece (12+1) años del final de ‘Los Serrano’, la serie de Telecinco que se mantuvo en antena durante ocho temporadas y que narraba la vida de la familia Serrano. Protagonizada por Antonio Resines, Belén Rueda, Fran Perea y Verónica Sánchez, entre otros, la serie nos dio una lección muy importante para nuestro día a día. ¿Qué la familia siempre debe estar unida? También. Pero nos referimos, más bien, a los desayunos. Esto fue lo que aprendimos de ellos.

1 Es la comida más importante del día

Y no es una frase hecha. Los Serrano se montaban un auténtico festín cada mañana: café, leche, zumos, cereales, tostadas, fruta, mermelada, bollería, miel, galletas, copos de avena… Parecía el buffet libre de un hotel de cinco estrellas. ¡Hasta se ha llegado a ver huevos revueltos! Y nos preguntamos… ¿quién recogía todo aquello cada mañana?

2 Ten una silla preparada para invitados de última hora

Era muy común que, en mitad del desayuno, apareciera algún familiar o amigo dispuesto a unirse al festín y por eso era muy importante tener una silla de más en la cocina para el inesperado invitado.

3 Deja hueco para los churros

Este invitado sorpresa no llegaba a la casa con las manos vacías, sino que traía siempre una bolsa con churros (eran muy educados). Por eso era conveniente no atiborrarse a tostadas, porque en cualquier momento podría llegar ese manjar grasiento y había que probarlo.

4 El desayuno express

La familia solía tomarse su tiempo para desayunar tranquilamente (esto nos hace preguntarnos, ¿a qué hora se despertaban, por cierto?) pero en más de una ocasión había alguien que tenía prisa y echaba mano del desayuno express. Esto consistía en darle un trago (solo un trago) al zumo de naranja, coger una tostada que alguien se había preparado (y que no era para ti) y salir pitando mientras se le daba un mordisco.

5 Todo se habla durante el desayuno

Por las mañanas, la cocina era el centro neurálgico de la casa. Si había que sacar un tema importante, se hacía allí. Si había que afrontar un problema familiar, aquel era el momento, delante de todos. Es por ello por lo que vivimos escenas de lo más surrealistas y divertidas.

Bonus track: Los secretos, mejor en la despensa

Pero no todo había que hablarlo abiertamente en familia. Estaba demostrado que, si necesitas hablar de algo y no quería que el resto se enterase, era mejor esconderse en la despensa. Eso sí, en cuanto te vieran entrar con alguien a buscar un simple brick de leche, ya sabrían que ocultas algo.