Los malos resultados de un examen para averiguar la edad biológica de Kiko Matamoros fueron el punto de inflexión de uno de los cambios más importantes de su vida. Tenía “miedo al declive físico” y por ello se puso en manos de un equipo de expertos para mejorar su salud en la sección ‘Plan Renove’ de ‘Sálvame’ en 2014.
Pero en este cambio no estuvo solo… Además de ser el pilar más importante de Kiko, Makoke se convirtió su entrenadora personal y dejó a un lado los sentimientos para meterle caña de la buena. Las series de abdominales imposibles, carreras desafiando al frío invierno y las largas sesiones de bicicleta estática se convirtieron en el día a día de la pareja.
Y claro, pasar tanto tiempo juntos les pasó factura y la pareja tuvo que enfrentarse a una sesión de ‘coaching’ con Cristina Soria, para arreglar sus diferencias. “No valora mis progresos”, explicó el colaborador. Una afirmación a la que Makoke respondió con otro reproche: “no reconoce lo que hago por él”.
Aquella terapia de pareja dio para mucho. No solo hablaron de su relación profesional, sino que también tuvieron tiempo para hablar de temas personales. Makoke confesó que no le gustaba de Kiko “que esté todo el rato protestando” ya que a ella le producía un “desgaste horroroso”. Además, reclamaba a su chico que tenía que escucharla más.
Si ahora la pareja ha puesto punto y final definitivo a su matrimonio, por aquel entonces parecía que una sola sesión de terapia en pareja podía poner fin a sus problemas. Después de su charla con Cristina Soria, Kiko explicó le daba “miedo” pensar en su vida sin Makoke y que no le “compensaría romper la relación ni de lejos”.
¿Sería una sesión con Cristina Soria la solución a sus problemas? ¿O esta relación no hay quien la salve?