Los pasos de María Teresa Campos en Telecinco siempre se guiaron por acordes musicales. En principio fue una pasión oculta, pero poco a poco y de forma muy sutil nos dejó claros ejemplos de que lo suyo además de presentar también estaba en el mundo del cante.
Sus inicios con el micro los dio con su primera pareja artística, Paco Valladares en 'Día a Día'. Allí María Teresa mostró no solo su faceta de actriz, sino también que tenía una especial sensibilidad que la podría convertir en cantante. Para ella aquel fue un escenario productivo donde mostró su cara más polifacética y en el que ganó las primeras tablas para hacerse la reina de los villancicos en Navidades.
Con estos pinitos en su trayectoria ganó seguridad y se atrevió hasta a cantar sola en el escenario el mítico 'Se me olvidó otra vez' en 'Una noche con Día a Día' en 2009, con coreografía y cuerpo de baile incluido. Por lo visto nada podía parar ya su carrera en ascenso como cantante y en esta aventura se especializó en rancheras, el registro en el que más veces nos ha sorprendido.
La música era su nuevo descubrimiento y la presentadora siempre encontraba alguna excusa para coger el micro y arrancarse con una ranchera o un bolero. Para ella resultaba de lo más tentador cuando acudía al plató de '¡Qué tiempo tan feliz!' una cantante invitada o se hacía el estreno de un disco. Si Teresa se sabía la canción, no había otra opción: en el plató se protagonizaba otro nuevo dueto épico.
Y como no podía ser de otra manera a su nueva pareja, Edmundo Arrocet, le conquistó a base de melodías y canciones. Su historia de amor nació en Whastapp, pero de todos es sabido que creció en los escenarios. Con la música por banda sonora de su nueva vida, la pareja se hizo tan cómplice que hasta nos regaló su primer beso oficial tras una estelar ranchera ¡al estilo Iker y Sara Carbonero
Y ahora con los miedos propios del directo, de las firmas de discos y de su próxima gira de este primer disco 'Una bella historia', se avecinan tiempos movidos para esta pareja tan cómplice. Lo suyo desde luego que es un viaje madurado desde el canto hacia la eterna juventud.