El abrazo con el que Poty sorprendió a su hermano Bustamante antes de la guerra

telecinco.es 10/09/2018 17:02

Hubo un tiempo muy feliz para David Bustamante y Poty Castillo, antes de que entre ellos se desatase la tormenta. Los hermanos-amigos que pasearon su 'feeling' por programas y redes sociales eran como una pareja más que no dudaba en darse sorpresas y constantes muestras de cariño.

Todavía recordamos sus días de vino y rosas cuando se regalaban el oído o se hacían bromas en los más variados programas. Nada hacía presagiar un futuro distanciamiento y menos por motivos conyugales. Si David Bustamante acudía a un plató para cantar o estrenar disco, ahí estaba Poty siempre para sorprender al cántabro y esto se repetía también a la inversa. Ese fue su ritual constante durante años y hay un gran momento televisivo para entender tan estrecha relación.

'¡Qué tiempo tan feliz!' fue el espacio que nos dejó ver una entrañable imagen que, transcurridos ocho años miraríamos con otros ojos: Mª Teresa Campos anunciaba una llegada que iba a sorprender a uno de sus invitados y acto seguido Poty bajaba las escaleras directo a los brazos de su Busta. Poco importaba si estaba allí al lado la que fuera también su alumna, Rosa, porque Poty solo tenía ojos para David.

Los dos se fundieron en un estrecho abrazo y no contentos con esa demostración, Poty se sentó en los pies de Bustamante con la intención de hacer ahí mismo la entrevista. Aquel sí que era un sitio amigable para responder todo tipo de preguntas.

Por su parte, David que había recibido un chute de felicidad con la visita del amigo solo confirmaba con descontrolados elogios lo que significaba para él, el bailarín y coreógrafo: "Estamos todo el día juntos. Somos vecinos. Su mujer y la mía son más amigas que nosotros y Martina cuida de mi Daniella" para presumir de que hasta tenían un perro casi idéntico con el que completaban sus familias modélicas.

De esta forma el artista sin quererlo nos dibujaba la viva imagen de un cuadro bucólico de Murillo y de paso nos dejaba una prueba irrefutable de que cualquier tiempo pasado siempre fue mejor para la pareja Poty-Bustamante.