El médico condenado por abusos sexuales podría no entrar en prisión: "Queremos que pague, es muy grave"

Un médico ha sido acusado por 32 pacientes de abuso
Le condenan a 29 años pero podría no entrar en prisión si se aplica la excepción que alude su abogada
Las víctimas recurren la sentencia
Un médico ha sido acusado por 32 pacientes de abusos. El llamado 'médico de los abrazos' ha sido condenado a una pena de 29 años de prisión pero es probable que solo cumpla tres y que incluso no entre en la cárcel. En ‘Ya es mediodía’ hablamos con una de las víctimas, que ha recurrido la decisión judicial.
Pedro Florentino asegura estar en tratamiento psicológico y arrepentido de todo. Ante el tribunal reconoció los cargos y ha sido condenado. Sin embargo, solo podrá estar un máximo de tres años y, si se le aplica la suspensión extraordinaria que pide su abogada y a la que no se opone la Fiscalía, podría no entrar.
Se le ha condenado por un total de 26 abusos sexuales, seis en grado de tentativa y un delito de intrusismo. Tendrá que pagar 700 euros dos de las 32 víctimas que no llegaron a un acuerdo y una de ellas, María del Carmen Sancho, apuntaba en ‘Ya es mediodía’ que ha recurrido la sentencia.
El testimonio de una de las víctimas
Durante una conexión en directo, María del Carmen se declaraba “indignada”, siente “rabia” ante lo sucedido y explicaba: “Queremos que pague por lo que ha hecho, me parece muy grave que quede fuera”.
Además, se le ha inhabilitado durante cuatro años, pero ya está jubilado con lo que esta medida no le afecta y añadía que, aunque se le ofreció una indemnización de 5.000 euros antes del juicio, ahora la justicia le condena a una multa inferior. En concreto, a otra de las víctimas tendrá que indemnizarle con 700 euros y a ella con 1.500: “Con lo que he pasado, las secuelas y los tratamientos que tomo, me parece irrisoria”.
María del Carmen nos hablaba de su caso. Y es que el médico llegó a ir a su casa acompañando al practicante: “Me quedé enganchada, llamé a las ocho y esperó a las dos y algo que terminaba su consulta para subir con el practicante a mi casa, solo tendría que haber subido el practicante porque necesitaba una inyección, no un médico”.

