Pilar vio morir a su hija en la urgencia del Hospital de Castellón y nadie hizo nada: “Le dije que en la máquina ponía infarto y me dijo que los cables a veces fallaban”

Sandra tenía 36 años, estaba casada y era madre de dos niñas pequeñas, no tenía ninguna enfermedad grave y por una negligencia médica, falleció hace seis meses. Su madre y su hermano, han entrado en directo en ‘Ya es mediodía’ para narrar, llenos de dolor, cómo en la urgencia del Hospital General de Castellón nadie atendía a una mujer que no podía respirar y sufría fortísimos dolores.

Toni y Pilar, hermano y madre de Sandra nos ha relatado cómo sucedieron los hechos que concluyeron según el informe forense con la muerte de la joven por una miocarditis aguda por infección por coronavirus. Llenos de dolor, nos ha contado cómo intentaron sin éxito que el ambulatorio les enviara una ambulancia para poder desplazar a Sandra para que fuera atendida y que tuvieron que ser ellos la que la llevaran en una silla de giratoria de escritorio hasta el hospital porque no podía casi ni moverse.

Toni ha explicado que Sanidad asegura que se atendió a la víctima de forma adecuada según la sintomatología que presentaba, pero él se pregunta si la actuación correcta para una persona que sufre dolor torácico, sudoración, dificultad para respirar, dolor lumbar y cervical entre otros síntomas, “¿Es un diazepam?”.

El día anterior pidieron la ambulancia y el mismo día del fallecimiento hasta cuatro veces. La dejaron en el hospital “allí la dejaron a su suerte, lo único que la hicieron fue darle un diazepam”. Pilar fue la persona que entró con Sandra a la urgencia y asegura que lo único que hicieron fue pasearla de un box a otro.

Cada vez que entraba una enfermera mi hija le decía 'Por favor, ayúdame, no te vayas, ayúdame, no te vayas'”, ha asegurado Pilar llena de lágrimas recordando que “nadie le hacía nada a mi hija, solo le dieron un diazepam”. Ha explicado que, en el primer box, le pusieron el tensiómetro y “lo del dedo que creo que es para el oxígeno, aquello empezó a pitar de forma horrible y ponía ‘infarto’. Salí corriendo al pasillo y se lo dije a una enfermera y la respuesta de ella fue que los cables muchas veces fallaban. A los diez minutos volvió a pitar y volvió poner infarto, me fui a avisar otra vez…”.

Nadie acudió a esa llamada y al rato fue una doctora que le dije que le iban a hacer un electrocardiograma y un análisis, pero no apareció nadie… Pilar lo único que quiere es evitar que esto no vuelva a suceder le a nadie “Si esto sirve para que no vuelva a suceder más, me daré por satisfecha, que seguirá sucediendo”. 

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