Han pasado ya dos años desde que la madre de la víctima denunció a los jugadores de la Arandina por agresión sexual y fueron detenidos. Tras producirse el registro de sus viviendas e ingresar en prisión, el club les expulsó terminando así su carrera profesional. Al cabo de unos meses Lucho, Viti y Calvo fueron puestos en libertad bajo fianza pero solo uno de ellos ha conseguido volver a dedicarse al fútbol, aunque no ha vuelto a renovar con el equipo. Además, los condenados se han mostrado perplejos tras conocer la condena de 38 años por agresión sexual: "No hemos hecho nada".