La naturalidad con la que el ‘negociante’ trata la contratación de sus servicios para asesinar a una persona es pasmosa. Ésta es la carta de presentación que hizo ante la llamada de nuestro reportero de incógnito: “Somos muy profesionales. Las personas que trabajan para mí me deben lealtad y respeto. Podemos tenerlo todo organizado en 48 horas”.
En cuanto a su modus operandi, también lo ha dejado muy claro: “Lo tenemos que hacer de tal forma que nadie se dé cuenta. Le pegamos un tiro en la cabeza, algo rápido. Se le elimina o desaparece al 100%, luego toda su masa corporal se reduce a cenizas. Todo por 2.500 euros”.