La alcaldesa en funciones de Palomares del Río, el lugar en cuya piscina municipal se había -supuestamente- increpado a los miembros de La Manada, ha aclarado que "nadie se acercó"a hablar con ninguno de ellos, por lo que no fueron increpados. "Hubo gente que se sintió incómoda al verles allí y que cogió a sus hijos y se fue. Después, empezaron a mandarles mensajes a los concejales y fue ya el domingo cuando decidimos emitir el comunicado. No hubo aciercamiento hacia ellos ni sabemos por qué estaban utilizando instalaciones cerradas dentro de la piscina para darse una ducha".