José Araque ha hablado con los trabajadores de la pensión donde se hospedaron los dos menores de edad que, posteriormente, se deshicieron del cuerpo de su hijo arrojándolo al río Besòs. En un principio, se pensaba que el parto podría haber tenido lugar en dicho hostal pero, según ha escuchado nuestro reportero, los dueños niegan que fuera así. De hecho, apuntan, la habitación que escogieron no tenía baño y apenas había un rastro mínimo de sangre en dicho cuarto.
Dicen que vieron a la pareja llegar y a ella con una barriga prominente, que podría ser del embarazado o del posparto. Y que otro día ya les vieron con el niño que, según el recepcionista, estaba vivo y perfectamente sano. Le comentó a los padres que no le había visto durante el registro y ellos le contestaron que ya tenía “unas semanas”. Por lo tanto, esta versión descartaría que el pequeño hubiera nacido muerto.