Desde que Mª Ángeles volviera como repescada a la casona, su enemistad con Nagore ha multiplicado. Sus riñas son continuas, cuando no es porque a Nagore no le gusta la forma de Mª Ángeles de cuidar a los animales u ordeñar la vaca es por las provocaciones de esta última respecto a la orientación sexual de su compañera, pero la bronca no se hace esperar ni un solo día.
En esta ocasión la chispa necesaria para desatar el caos ha sido un comentario de Blanca. La concursante se ha quejado de que nunca puede comer en un plato hondo y, para sorpresa de todos, la única que la ha defendido ha sido Mª Ángeles, reprochándole a Nagore que no le cediera el plato a su gran amiga.
Nagore ha explotado y a grito pelado le ha dejado claro a Blanca que tendrá su plato. Mª Ángeles, en vez de tratar de calmar los ánimos, le ha espetado que sin gritar la escuchaban igual y, claro, la contestación de Nagore no se ha hecho esperar: “Yo cuando me cabreo chillo, igual que cuando te cabreas tú pones ojos de energúmena”.
No hacía falta nada más para que ambas sacaran toda su artillería pesada. “Yo lo que no tengo son las tetas postizas ni esa barriga con 28 años, porque yo a tu edad tenía la barriga lisa, tenía un tipín que te querías morir”, ha respondido Mª Ángeles. Nagore, irónicamente, ha confirmado las palabras de su compañera: “Eres mucho más guapa, lo tienes todo mucho más bonito, mucho más todo. Lo que no entiendo es qué haces aquí pudiendo ser Miss Valladolid”.
Nagore, que cada vez estaba más enfadada, cogía aire como podía para pedir, por favor, a Mª Ángeles que dejara de meterse con su físico, a lo que esta le contestó que ella había empezado primero. Llegados a este punto, la cuestión pasaba a ser quién había empezado primero.
Tras discutir quién había sido primero, si el huevo o la gallina, lo único que reconoció Mª Ángeles fue que “lo de las tetas es cierto que lo he añadido hoy”. Nagore, preguntó que no entendía “esa fijación” con sus pechos: “¿Por qué, porque he pasado por quirófano? Y tu hija también y mira como se ha quedado, como un adefesio”. “Mi hija no se ha puesto ninguna teta postiza”, replicaba Mª Ángeles, pero Nagore aún tenía más: “Pues si no se ha operado falta le hace, porque tiene dos pingajos ahí colgando”.
Mª Ángeles estallaba entonces, se levantaba de la mesa plato en mano asegurando que le daba “asco” comer ahí y salía preguntando al cielo porqué sus compañeros se metían con su hija, Aída Nizar, para hacerle daño a ella. Una vez había respirado y había recapacitado, volvió a la casona, pero con más ganas de guerra aún si cabe. “Los bollos son tuyos, bonita”, le sotaba a Nagore y, como era de esperar, la ex gran hermana no se quedó callada: "Los bollos son míos y a lo mejor de alguien muy cercano a ti, guapa”. La madre de Aída Nizar, con cara de muy pocos amigos, se mordió los labios y entre dientes finalizó la conversación con una advertencia un tanto peculiar: “Te va a caer toda la mierda encima, Nagore”.