Patricia: "La mujer enamorada aguanta demasiado. El amor no tiene que doler"
telecinco.es
10/12/201501:30 h.Patricia nació en un pueblo pequeño de las Palmas de Gran Canaria, llamado Aguimes. Al cumplir 18 años, Patricia empezó a buscar trabajo para poder ayudar en casa y pagarse los estudios. “Yo trabajaba en una discoteca de relaciones públicas para ganar dinero para mis cosas. En ese tiempo tenía un amiga que trabajaba en una agencia de publicidad de moda y eventos y me comentó que le habían ofrecido un trabajo al que no podía acudir por si me interesaba a mí, y yo sin pensármelo le dije que sí”.
Durante la entrevista de trabajo Patricia conoció al que sería su pareja durante años. “Él era el gerente de la agencia y desde que lo vi me causó muy buena impresión. Era atractivo, tenía buena presencia y se parecía a un actor de telenovela.” Cuando Patricia le conoció él estaba casado: “Empezamos a quedar para tomar café y desahogarse, me contó que no estaba pasando por un buen momento con su mujer y que necesitaba alguien con quien hablar”. Llevaba 10 años de casados y no tenía hijos.
Patricia: "Cuando mi hijo nació, él empezó a ser más seco y autoritario"
Patricia no cuenta con el apoyo de su familia, pero estátan enamorada que no duda en seguir adelante. En unos meses se van a vivirjuntos y él continúa siendo el hombre atento que la colma de atenciones, peromuy pronto ella empieza a intuir que él no está dispuesto a dar nada si norecibe algo a cambio. “Siempre estaba intentando que mi bienestar estuviera porencima de todas las cosas, era todo para compartir yo con él y él conmigo”,dice ella.
Patricia no pensaba en tener hijos, pero se quedó embarazada para satisfacer a su pareja. "Yo quería hacerlo feliz de la misma manera que él quería hacerme feliz a mí. Cuando mi hijo nació, él era más seco, más duro, ya no era tan cariñoso y empezó a ser más autoritario. Mi cuerpo cambió mucho, yo no tenía ni la misma figura, ni la misma figura, ni las mismas ganas. Sentía que había perdido mi vida y mi identidad", dice Patricia, que sufrió una depresión posparto.
"Intentaba que sus horarios de sueño y el mío no coincidieran. Además yo estaba muy cansada. Intentaba evitarlo. Poco a poco intenté evitar esas confrontaciones que eran tan desagradables", cuenta Patricia.
Patricipa tuvo una depresión posparto y él se lo reprochó
Patricia sufre una severa depresión posparto con síntomas de tristeza, ansiedad, irritación, falta de energía. Su pareja, lejos de entenderla, la culpa de su desidia. Aunque al principio trata de ayudarla, enseguida cambia de actitud y sus palabras se vuelven frías y cargadas de reproches. Ya NADA volverá a ser como antes. “Me ayudó a hacer dietas y económicamente con tratamientos, pero los resultados no fueron todo lo positivo y él se molestó. Para él era una inversión. En ese momento empezó a comportarse como si fuera mi dueño más que mi pareja. Decía: El dinero es mío, estoy pagando por ti y eres de mi propiedad.
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Llega la fase del control: “Todo lo disfrazaba siempre depreocupación”
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El control es una de las formas más extendidas dentro de la violencia de género entre los jóvenes. La mayoría de las veces se confunde con protección, cuidado o cariño, pero en realidad es una manera de vigilar y someter. Patricia sufre este control en la ropa y sus amistades, pero no es suficiente. Él elige otras dos vías para increparla y someterla, el teléfono y las redes sociales. “Me llamaba por teléfono cada 20 minutos y si no le contestaba había un problema grande”, dice. “Todo lo disfrazaba siempre de preocupación”. “Quería tener acceso a todo lo que yo tenía acceso”. Además, él solicitaba amistad a todos sus amigos de redes sociales, controlaba minuciosamente los números de teléfono a los que llamaba.
Él empieza a ejercer la violencia económica: "Su dinero, sus normas"
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La tensión crece en la casa y él consigue que ella sesienta responsable de todo. La culpa y la desprecia a la vez, pero sin levantarla voz, sin alterarse porque no lo necesita. Además, a partir de ahora empiezaa ejercer un nuevo tipo de violencia, la violencia económica. En ella, elagresor limita los recursos económicos de la mujer para humillarla y asegurarsesu dependencia. Además encuentra una justificación para sus intransigencias “Siyo pago todo y hago las tareas de la casa, tú debes cumplir mis normas". "Tenía que adorarlo como a un dios porque él era el quetraía el dinero a casa”, explica Patricia.
Patricia: "Pasó de ser una persona encantadora a un mosntruo"
Patricia no ve salida. Se siente culpable, mala madre e incapaz de hacer frente a la situación. Ella cree que su única vía de escape es buscar un trabajo. Cuando menos se lo espera le surge una oportunidad, en Galicia, y además haciendo lo que más le gusta, bailar. Decide aceptarlo, pero su regreso a Las Palmas antes de tiempo supone un triunfo para su pareja y pone a Patricia ante una situación cruel y siniestra. A su vuelta, él no avisa a nadie, ni amigos ni familia y no deja que su madre vea a su hijo. “No estás preparada”, decía.
Patricia intenta sobreponerse y rehace su currículum para encontrar trabajo en la isla. Él le dice que ponga su número de móvil y así da buenas referencias, pero en realidad hace lo contrario. “Me cerraba las puertas porque sabía que si yo conseguía un trabajo, las cosas iban a ser diferentes. Él ya no era la misma persona, pasó de ser una persona encantadora a convertirse en un monstruo”.
Patricia, encerrada en su propia casa: “Me dijo que si seguía así, me mataría”
Retener a alguien en casa en contra de su libertad es un delito. Sus efectos son atemorizar y paralizar a la mujer. La vida de Patricia es una vida de sometimiento, pero un mes antes de su ruptura, ella se da cuenta de que él es capaz de hacer cualquier cosa. “El miedo lo pasó la primera vez que me amenazó. Tuvimos una discusión fuerte y después, cuando la cosa se calmó, me dijo textualmente que si las cosas seguían así, me iba a matar y meter muerta en el maletero del coche y el coche lo iba a mandar a China en un contenedor".
Patricia: “Me costó muchísimo hacer la llamada al 016, me sentía muy sola”
El 016 es el teléfono de ayuda para las mujeres que lo necesitan. Asegura la confidencialidad y no deja ningún rastro, ni en las facturas ni el registro de las llamadas del móvil. Para Patricia esa llamada es el principio del fin del su relación. Está decidida a separarse, pero para ello solo ve una salida que es conseguir trabajo. Se inscribe en un congreso de baile en Las Palmas que puede abrir alguna oportunidad, pero sin saber que con ello está destapando más la ira de su pareja. “Hasta entonces no me había agredido físicamente y no sabía cómo explicarlo. Creo que él sospechaba porque me amenazaba. Yo me sentía muy sola, muy sola”, dice.
Patricia: “Me agredió y volvió al salón para comer con toda la normalidad”
Tras el congreso de baile en Las Palmas, él no paró de insultar a Patricia delante de su hijo, mientras revisaba las fotos de la convención en la página web en busca de alguna imagen de Patricia bailando. Después, empezó a forcejear con ella y le dio un golpe en la cabeza y un puñetazo en la espalda. “Me duele recordarlo. El dolor físico me duró como una semana, si lo recuerdo hoy me duele. El peor dolor que he sentido en la vida”, dice con las lágrimas en los ojos. “Ahí me di cuento de que esto no podía ser mi día a día. No estaba dispuesta a aguantar eso”. Llamé a Emergencias y les conté lo que había pasado. Él me decía con mucha sorna que colgara y que nadie me iba a creer. “No abrí la puerta hasta que llegaron los sanitarios”.
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El 17 de octubre de 2011 el juzgado de violencia sobre lamujer de las Palmas de Gran Canaria resuelve a favor de Patricia y condena a supareja a 6 meses de prisión y le prohíbe acercarse a ella a menos de 500 metros.Patricia estaba convencida de que nadie le iba a creer. Esto sucede por unaúnica razón: Es más difícil explicar, reconocer y entender el maltratopsicológico que el físico porque los estereotipos de género persisten. Untercio de los jóvenes considera que un hombre que parece agresivo es más atractivoy el 18% cree que las chicas no deben llevar la contraria a sus parejas. Laigualdad es necesaria desde la adolescencia. Los jóvenes tienen unaimportantísima tarea. Crear un ambiente simétrico de poder entre hombres ymujeres, un marco libre de prejuicios y ser capaces de identificar y denunciar las señalesinequívocas del maltrato.
Patricia no cuenta con el apoyo de su familia, pero estátan enamorada que no duda en seguir adelante. En unos meses se van a vivirjuntos y él continúa siendo el hombre atento que la colma de atenciones, peromuy pronto ella empieza a intuir que él no está dispuesto a dar nada si norecibe algo a cambio. “Siempre estaba intentando que mi bienestar estuviera porencima de todas las cosas, era todo para compartir yo con él y él conmigo”,dice ella. Patricia no pensaba en tener hijos, pero se quedó embarazada parasatisfacerle a él. “Yo quería hacerlo feliz de la misma manera que él queríahacerme feliz a mí”.
“Cuando mi hijo nació, él era más seco, más duro, ya noera tan cariñoso y empezó a ser más autoritario. Mi cuerpo cambió mucho, yo notenía ni la misma figura, ni la mismafigura, ni las mismas ganas. Sentía que había perdido mi vida y mi identidad”.
“Intentaba que sus horarios de sueño y el mío nocoincidieran. Además yo estaba muy cansada. Intentaba evitarlo. Poco a pocointenté evitar esas confrontaciones que eran tan desagradables.
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