La solidaridad ha llegado a la redacción. Un becario se encarga de recaudar multitud de juguetes para enviárselos a los pobres niños del Sáhara y que de esta manera puedan recobrar esa infancia perdida y alejada de todo tipo de cariño, cercanía, y sobre todo diversión. E aquí el conflicto, uno de esos juguetes esconde un oscuro secreto, con él se puede manipular al becario solidario. Estamos pues ante... ¡un caso de Voodoo! La trama por lo tanto gira 180 grados, nos olvidamos de los pobres muchachos que se mueren de hambre y nos centramos en hundir al becario de buen corazón, que al intentar solidarizarse con una causa tan enorgullecedora, cautiva a las mujeres y a las becarias de la redacción. Sí, no es lo mismo una mujer, que una mujer becaria. Pero divagaremos sobre este aspecto otro día.
Willy y un servidor, Diego, no podremos aguantar semejante humillación, más aún cuando nos restriega delante de los morros que se lleva a sus dos amiguitas becarias a Irlanda gracias a aerlingus.com por tan sólo 30 euros. Ya sabemos que el sueldo de un futuro profesional de la comunicación, es decir un pobre becario, es muy limitado, pero para pagarse un viaje tan súmamente barato le da la economía.
Con esta breve sinopsis sobre la mesa (para un capítulo de 4 minutos creo que sobra), comienza el primer capítulo de la cuarta temporada de Becari@s. Un años más y seguimos resistiendo. Nos mantenemos firmes, pero la espalda se empieza a sentir dolorida. ¡¡Arrancamos!!