ALVARNO (Madrid- París) Presentación Otoño-Invierno 2013/2014

Martin M. Aleñar 02/03/2013 04:06

Hay desfiles que, además de como esperadas propuestas, se marcan en el calendario y se disfrutan como eventos en sí mismos. Todos sabemos de qué desfiles estamos hablando. Y la mayoría, pobres de nosotros, tenemos que disfrutarlos en streaming. Pero en España está Alvarno, una de las pocas marcas (por no decir la única) que logra que dos veces al año apuntemos en la agenda la fecha, la hora y el emplazamiento de sus desfiles.

Porque ellos fueron los pioneros, allá por 2010, en volver a traer la moda a lugares emblemáticos de Madrid. Del palacio de Fernán Núñez al Villamagna, el Círculo de Bellas Artes o el museo Lázaro Galdiano, la ciudad tiene lugares más o menos conocidos que aportan valor añadido a las prendas, que acompañan y envuelven el espíritu de una colección y, sobre todo, que nos hacen volver a creer por un momento que la moda española es (o debería ser) cultura. Alvarno lo sabe desde siempre, por eso si hay un epíteto que los define como marca es el del detallismo. En la forma y en el contenido.

La forma elegida esta vez fue la planta 49 de la Torre de Cristal que corona el Paseo de la Castellana. Con Madrid a sus pies, un perfecto juego de luces y un lento subir de persianas, Alvarno descubrió a su mujer sofisticadamente futurista en el entorno más coherente que cabe imaginar.

El contenido se puede dividir en tres partes perfectamente diferenciadas y, a la vez, perfectamente vinculadas a la historia que vertebraba el desfile: la del poder femenino. Siluetas sobrias y rígidas en chaquetas negras y camisas blancas pulcramente confeccionadas (y ojo, la maestría de un diseñador se ve en la calidad de de sus básicos) dieron paso a trajes plateados de corte militar que rezumaban lujo, poder y futuro. La última parte la marcaron los vestidos fluidos, los brocados dorados y las espaldas trabajadas. Éstas últimas, seña de identidad de la marca, culminaron en un maravilloso vestido blanco sobre el que caía un cordón dorado en su parte trasera.

Los altísimos stilettos de Manolo Blahnik, las pieles de Santiago del Palacio y, sobre todo, los collares y cinturones metálicos de Ana Graciela aportaron la nota distintiva a los vestidos, casacas y pantalones de Alvarno. Mujer rotunda en traje, atrevida en su vestido rojo o sobria en su traje militar, pero siempre sofisticada, siempre perfecta, siempre poderosa.

Larga vida a las propuestas de Alvarno, a su idea de la mujer, a su detallismo en forma en contenido y a sus desfiles-evento. Ya tenemos marcado septiembre en el calendario.

Texto: Leticia García (fashionpedists) para AGORAFILIA.