Los regalos del “más allá”

telecinco.es 29/07/2012 13:43

Vaya año bisiesto el que llevamos. No lo quiero asociar con connotaciones negativas para que dentro de cuatro años, que es cuando llegara el siguiente, me entre el miedo en el cuerpo. Pero se han marchado muchos seres queridos. A edades tempranas, con enfermedades largas, de repente, el caso es que mi presencia en los tanatorios ha sido casi mensual. Sin entrar en si existe algo o no cuando morimos, ya que eso corresponde a las creencias de cada cual, quiero quitar un poco de carga a la muerte hablando de los regalos que puede que nos vengan del “más allá”, de los que se fueron.

A lo largo de tantísimos años escuchando a la gente en mi consulta, siempre me intrigó el hecho de que cuando alguien me contaba una pérdida irreparable, me decían “pero fíjate, desde entonces me ha ocurrido algo que me ha cambiado la vida a mejor. Yo creo que es X que desde el cielo me lo envía”.

Solicitaba a esas personas que habían perdido a un ser muy querido y estaban atravesando esa experiencia de desolación, que si les ocurría algo bueno que me llamaran y me lo contaran. Han sido tantas y tantas las historias que me han llegado que podría escribir un libro de los “regalos” que recibieron. El más reciente ha sido la maternidad de una mujer de 42 años, que había adoptado una niña china que falleció de un tumor cerebral, y al poco tiempo de su muerte se quedó embarazada; ahora acaba de tener una niña que ha nacido el mismo día del mismo mes de la fallecida. Coincidencias.

Pero tengo mi propia experiencia. Mi padre falleció hace 22 años. En casa, rodeado de los suyos y con una muerte dulce a pesar de que la enfermedad le devoraba. Al poco tiempo conocí a una persona con unas cualidades tan parecidas a las de mi padre que me asombraban. Parecido sí, pero muy diferente. Dudas al principio, inseguridad, y al final la certeza de que estaba destinado para mí, o yo para él; es mi marido desde hace casi 20 años y siempre he estado convencida de que mi padre me lo envió. Mi madre, murió en su cama sintiendo mis brazos rodeándola, sin tubos ni nada que le molestase.

Tenía 93 años y ya al final decía que estaba cansada y que quería morir; esperó a que viniera mi hermana que vive fuera, a mi marido, que estaba entonces de viaje; quería estar acompañada por todos, despedirse de todos; con la lucidez mental que tuvo hasta ese último momento y cuando todos estábamos en su radio de visión, su cabeza en orden y consciente, expiró. El regalo de mi madre fue sorprendente. Ella tenía 4 nietos, dos hijos de mi hermana y dos míos. Mi sobrino Javier Recio Gracia era su nieto pequeño. El había mantenido una relación especial con ella; cuando dejó Granada para estudiar Bellas Artes en Madrid, vivió en su casa, disfrutando de sus cuidados, de su buena cocina, de aquella tortilla de patatas que nadie la hacia como su abuelita.

Al fallecer mi madre Javier, que tenía 28 años, estaba trabajando en una productora de Antonio Banderas; entonces empezó a dirigir un corto de animación inspirado en su abuela. Este corto, que se llama “La dama y la muerte” fue galardonado con muchísimos premios entre ellos el Goya e incluso fue nominado para el Oscar. Esa nominación al Oscar le valió para que los de Dreamworks se fijaran en él y le contrataran. Y allí sigue, en Los Angeles, viviendo un bello sueño; ¿fue un regalo de su querida abuela?

Escribo todo esto porque estoy muy sensibilizada con la muerte de Pedro Rodríguez, y no se como llevar

consuelo a mi amiga Belén. Eran unos hermanos con una relación tan especial, tan unidos, que yo estoy convencida que Pedro, allí donde esté, no la dejará y le enviará algo para que ella pueda seguir caminando aunque se vayan quedando jirones de su alma en el camino.

La Luna crece, nos acercamos a la Luna llena, vamos a entrar en el mes de agosto en el que van a suceder cosas muy mágicas, la lluvia de estrellas o lágrimas de San Lorenzo y la Luna azul el día 31. Es posible que sintamos como se despierta en nosotros la capacidad de asombro y algunos privilegiados van a comprobar que los milagros existen.

Muchas felicidades a los Leo, así que un abrazo especial para ti Jorge Javier Vázquez.