Me sorprende el reproche de algunos amigos de que exageramos con las informaciones sobre la catástrofe de Japón, mientras algunos expertos enfrían el tema poniendo racionalidad a unos argumentos técnicos que descartan una explosión nuclear.
Poner las cosas en su sitio es necesario, por eso llamamos a expertos que pongan a disposición de todos su experiencia y conocimientos y que hagan comparativas con la cantidad de principios nocivos para nuestra salud que tienen los elementos con los que nos manejamos en nuestra vida cotidiana.
Pero tenemos ojos y oídos y lo que está pasando justifica todos los titulares que estamos empleando. Nos basamos en datos, en imágenes, en informaciones de primera mano...en los periodistas que se juegan literalmente la salud futura e incluso la vida por dar una visión sobre el terreno. Cuando escribo este post se está produciendo una estampida de colegas que argumentan con toda la razón :“no me pagan para esto”.Porque, en efecto, no se paga, es vocacional, una entrega que muchas veces resulta difícil de explicar a quienes sufren por ellos.
No, no estamos exagerando: la increíble actitud de los japoneses, su contención y capacidad para reorganizarse y salir adelante no quita en absoluto gravedad a lo que están sufriendo. No nos estamos pasando, ahora no.