El peligro de un movimiento que se vive en la calle, sin jerarquías y con temor a los lideratos es que actúen por su cuenta y monten follones justamente los que menos respetan el movimiento 15M. La imagen del alcalde de Madrid acosado por un grupo de impresentables que le insultaron a la puerta de su casa es un golpe mortal a la imagen del movimiento.
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Pensar que se encontraba paseando con su mujer, recién salida de una terrible enfermedad, que intentó poner algo de calma y que no pudo ni acabar la frase ,resulta más que descorazonador. Hay otros escenarios para la protesta, otros foros, libertad para expresarse…no, no era eso.
La corriente de simpatía y de comprensión que ha tenido el movimiento no puede traicionarse con insultos o en la puerta de los parlamentos tratando de impedir que entren los diputados a ejercer su derecho democrático. Porque tienen razón cuando protestan porque no se ven representados, porque cambie la Ley Electoral, porque se hagan política de más amplio recorrido…pero los diputados sí representan a millones de ciudadanos, aunque tengan que escuchar las voces de la calle e incorporar legítimas reivindicaciones.
Importantísimo el sentido común, la racionalidad, para no perder el respeto que se ganaron acampados. Porque, no..no era eso.