Trágica muerte de la ex novia de Jesús Tinajo Gh7

telecinco.es 23/07/2009 12:48

Jesús Tinajo participó en la séptima edición de Gran Hermano 7. Natural de Tomelloso (Ciudad Real) y con tan solo 23 años decidió dejar su trabajo de encofrador para entrar en la casa más famosa de España, lo que quizás no sabía es que una durísima prueba del destino le esperaba fuera de Guadalix:

¿Qué razones te movieron a presentarte a Gran Hermano?

Gran Hermano es un programa al que el 90%, sino más, de las personas les gustaría entrar, pero en mi caso no me había presentado nunca porque siempre que empezaban los casting tenía pareja y estaba convencido de que para mí eso era incompatible. Los casting de Gran Hermano 7 coincidieron con la etapa de mayores cambios a nivel personal, me quedé soltero, cambié radicalmente de peinado y estilismos y mis ideas respecto a mi futuro habían cambiado por completo. Esto, sumado a la incansable insistencia de mi madre de que tenía que ir a los casting, produjo la situación perfecta para convencerme de que tenía que probar. Probé y hubo suerte, a veces hay que oír más a las madres.

¿Te arrepientes de algún suceso dentro de la casa?

Cuando sales te ves comprometido muchas veces a pedir perdón y te arrepientes por cosas que has hecho o has dicho dentro de la casa porque no te gustó tu manera de actuar, pero tendemos a compararlo con patrones de comportamiento ideales y correctos bajo la atenta mirada de millones de espectadores, pero sin olvidar que Gran Hermano es la vida en directo, y en la vida ocurre eso y mucho más. Eres tú bajo condiciones especiales, y si has hecho o dicho algo en ese momento era porque lo sentías, soy de las personas que solo se arrepienten de lo que no hacen, no de lo que han hecho. No obstante, si te das cuenta de que en algún momento no has obrado bien se pide perdón a la persona en concreto y en privado, es la manera más rápida y sincera de aclarar dichas situaciones que se dieron en la casa.

Cuando saliste de la casa, ¿sentiste apoyo o rechazo por parte del público?

Creo que muy pocas personas sienten el rechazo, porque cuando acaba el programa y te ven por la calle de algún u otro modo la gente que lo ha seguido te admira y te habla de muy buenas maneras (al menos en mi caso).

Sí tengo que destacar el afecto especial que tienen las castellano-manchegos y más aún en Tomelloso, que desde que salí siempre me han estado dando pruebas de apoyo en todo momento: el recibimiento en la Plaza de España de Tomelloso desde el balcón del Ayuntamiento, homenajes, fiestas, premios y reconocimientos... Si me hubieran hecho escribir cómo querría que la gente me tratase al salir no lo hubiese escrito tan bien.

¿Con qué compañeros de tu edición mantienes una buena amistad?

Una muy buena amistad la mantengo con Raquel Abad, que es una de las mejores personas que he conocido nunca y espero tenerla siempre cerca de mí. Y por supuesto con Tono, que aunque hayamos tenido nuestros enfados es una relación de amigos real, como las de toda la vida y siempre le desearé que le vaya lo mejor posible. Así que desde aquí, Raquel, Tono... os quiero.

No obstante no puedo dejar de recordar a Arturo y a Beatriz, que los he visto más recientemente y no los cambiaría por nada y, por supuesto, a la gran Sarita de Lucas, que pronto la visitaré, Javi, al que echo de menos no coincidir más con él, la entrañable Raquel López, que antes de hacer nada pide consejo y es de las que más tenemos que aprender e Inma que, aunque algunos lo duden, cuando te considera de su gente te defiende a muerte.

No podría olvidarme de Saray, a la que veo con más asiduidad y por supuesto con la que mantengo una relación agradable y siempre desde las lógicas normas de la educación y cortesía.

Tras tus disputas dentro de la casa con Pepe o Dayron, ¿cuál es tu relación actual con ellos?

Mi relación es absolutamente nula. A Dayron, desde que acabó Gh no lo he visto ni he coincidido nunca en ningún sitio. Con Pepe sí que he coincidido alguna vez, y como los dos ya somos mayorcitos ni nos hemos negado el saludo ni ningún tema de conversación. No hay ninguna posibilidad de que nuestra relación cambiase porque ni hemos tenido la oportunidad de hablar con tiempo ni nos hemos llamado para hacerlo, así que pienso que si eso no ha ocurrido es porque no nos apetece hacerlo.

¿Consideras que hoy en día se puede vivir de Gran Hermano?

Es un secreto a voces que Gh con el paso de las ediciones ha ido desgastando el caché de los concursantes. Ni hay tanto bolos ni tantos programas que te garanticen un periodo de continuidad ni se cobra tanto.

Como experiencia es superaconsejable, siempre desde mi punto de vista, pero que nadie crea que le va solucionar la vida... y ahora ni siquiera que llegue al año estando en la palestra. Es una etapa de tu vida, pero sólo una etapa.

A pocos meses del comienzo de Gran Hermano 11, ¿qué recomendarías a los nuevos concursantes?

Que disfruten, que no se cansen de estar ahí dentro y quieran salir porque crean que lo mejor está fuera, porque el último día que estás en la casa es el primero de la cuenta atrás de tu experiencia en Gran Hermano. Que cuando estén dentro vayan mucho al confesionario y siempre expliquen su versión de los hechos, de lo contrario fuera el publico no sabrá casi nada. Y que cuando salgan no caigan en el error de vivir mucho y rápido porque luego les será mucho más difícil reconocer que su momento ya pasó y deben volver a su vida anterior... Y poco más... ¡Ah! Importante: HAY QUE HACER EDREDONING!!!! Cuanto más mejor, que liberas tensiones y te desahogas de las discusiones. No peleéis que seguro que en Gran Hermano 11 ya habrá al menos un par que estén todo el día discutiendo, ya sabéis... Haced el amor y no la guerra.

¿Al salir de la casa encontraste trabajo con facilidad?

Afortunadamente, después de salir estuve una temporada muy larga haciendo programas de televisión y bolos, eso me permitió que el tiempo fuese pasando. Una vez que ya se agotaron la posibilidades, la empresa Cimentaciones y Enconfrados Sitol, que es donde estaba de encofrador antes de entrar en Gh, me propuso un puesto de trabajo en las oficinas interpretando planos al que no pude decir que no. Además, también estuve trabajando en Café Havana Pub, donde hicimos una temporada llevando a todos los compañeros del Gh7, y en TV La Mancha, donde fui presentador de un programa llamado "Qué apañao eres" del mismo formato de "Tú si que vales" y "Tienes Talento" que me ha permitido hasta ahora vivir sin ningún tipo de preocupación económica.

¿Cómo fue tu relación con Saray después de Gran Hermano?

Salir del concurso, tanto a Saray como a mí nos hizo vivir muy deprisa. Parecía que teníamos que irnos a vivir juntos en el momento, que teníamos que decidir en qué lugar, que pronto la boda... Todo ese alboroto, unido a la vida que lleva un personaje público, hizo que nuestra relación se viniera abajo por momentos. Era igual que dentro de la casa, enfados tontos, rupturas momentáneas, lo que hacía que nos diésemos más cuenta de que, aunque nos cueste reconocerlo, nuestra relación era más pasional que otra cosa, y todos sabemos que desgraciadamente esas relaciones no tienen un futuro a largo plazo. Fue una relación difícil por la situación, pero que sin duda también tuvo muy buenos momentos.

¿Cuál fue la razón de tu ruptura con Saray?

Saray y yo estábamos en una etapa de nuestra relación muy difícil en la que apenas quedaba algo de lo que fue lo nuestro. Todo eso nos obligó a distanciarnos cada vez más, hasta el punto de que me empezaron a llegar rumores de que Saray estaba empezando a conocer a otra persona, y más tarde se confirmarían dichos rumores, quedando probados en un programa de televisión. Eso fue ya la gota que colmó el vaso para que la relación acabase de manera fulminante y sin posibilidad de reconciliación. Además, sé que su relación con esa persona siguió al menos dos años más.

¿Cómo afrontaste la ruptura?

No es plato de buen gusto acabar con una relación, y menos de esta manera. Lo que sí me ayudó mucho es que todo pasaba poco a poco y, aunque yo no lo hiciera saber, conocía todos los detalles de lo que estaba pasando, entonces era cuestión de tiempo, era cuestión de que se diese una situación y lo viera con mis ojos... Eso, sumado a todos los problemas que habías tenido, algo te ayuda a que no sea un golpe tan duro como si te ocurriese de la noche a la mañana y sin esperártelo.

Además, desde este confesionario anunciamos que viviste una apasionante historia de amor con un desenlace trágico, ¿nos la podías contar?

Como bien dices, es el hecho más trágico de mi vida que no se lo deseo a nadie. En abril de 2008 me decido a empezar una relación con Monchi, que es como le gustaba que la llamasen. A esta chica la conocía desde mi salida de la casa y había hecho méritos más que suficientes para demostrarme que podíamos ser felices a nivel de pareja y yo, al cabo de unos ocho meses después de dejarlo con Saray, empecé a enamorarme de ella. Llevábamos un mes de relación cuando le diagnosticaron un linfoma TNK nasal no Hodking. Para que nos entendamos, este tipo de linfoma es un cáncer de los más letales.

Fue un jarro de agua fría, cuando piensas que has encontrado justo la persona que necesitas, que estás empezando una nueva vida llena de ilusiones, te llega esto y no te lo puedes creer. Pero en fin, no puedes dar señales de debilidad y menos delante de tu pareja, que es la que lo está sufriendo...

Ella, que fue mucho más valiente de lo que hubiese sido yo, cogió la enfermedad con toda la ilusión de salir adelante. Pronto llegó la primera sesión de quimioterapia, la segunda, sus consecuencias... y nuestra vida se reducía cada vez más a estar en casa todo el día sin poder salir a nada, a fuertes fiebres, a no dormir, a dolores... y sobre todo a muchas noches en urgencias y habitación de hospital aisladas.

Teníamos la esperanza de que con la llegada de la radioterapia eso cambiaría, y cambió, pero desgraciadamente a peor. La radioterapia le destrozó el sentido del olfato, el gusto y la sensibilidad de un ojo, además del tubo digestivo.

Fueron 28 días en los que la rutina era coger una ambulancia, desplazarnos a Ciudad Real (90 Km) y a la vuelta cocinar purés para que pudiese comer.

Después de las sesiones de radioterapia decidimos que viviríamos en casa de mis padres, donde había unas condiciones mejores para ella. En ese momento dejé de trabajar para dedicarme a ella como hubiese hecho cualquier persona por su pareja.

Unos cinco días de mejoría... todos contentos... y de nuevo la fiebre, síntoma inequívoco de que el tumor está activo. Ingresa en el hospital en agosto y, como hasta entonces, me decido a irme allí con ella. Los horribles sillones que hay en los hospitales para mí eran mi cama diaria, bocadillos para comer, uno aprende a manejar las vías, las sondas... En fin, un drama. Su familia decide que martes, jueves y sábado duerma en casa, pero yo me levantaba y volvía al hospital porque no hay nada peor que no saber el estado de alguien tan importante y prefieres dormir mal, que irte a casa a dormir y estar lejos.

Me cuesta intentar explicar esto porque es realmente difícil y me vais a permitir resumir... Desde agosto ya no salimos del hospital, todos los días tienes un disgusto, los médicos no te explican las cosas con claridad y es porque las cosas van mal, la toxicidad de la quimioterapia que le podía dar le causaba efectos secundarios dramáticos: bajadas de calcio, potasio, se quedaba sin defensas, dolores de cabeza... Hasta que llega el día que los médicos nos dicen que se ha filtrado el tumor en el hígado, más quimio, más medicamentos, más efectos secundarios... hasta que llegamos a noviembre con otra nueva filtración ya definitiva al sistema nervioso central, lo que le produce además de todo lo demás una parálisis que empieza en los pies y va ascendiendo dejando todos los músculos y órganos obsoletos, con todo lo que eso conlleva.

Llegamos así a mi cumpleaños, lo celebré junto a ella, los dos solos en el hospital, entre libros de sopas de letras, crucigramas, cartas y todo lo que nos llevábamos para poder matar el tiempo. Aunque no éramos conscientes que el tiempo es quien le mataba a ella, la parálisis seguía subiendo, llegó el 25 de diciembre y con mucho esfuerzo me pudo felicitar las Pascuas aquella noche. Yo le decía lo de siempre porque ella se preocupaba: ¿no querías pasar esta fecha conmigo?, pues la estamos pasando juntos aunque sea en el hospital, y ella sonreía y dormía.

El día 27 de diciembre de 2008 Monchi falleció a las 11.30 horas mientras dormía. En ningún momento fue consciente de su gravedad y en todo momento creyó que se curaría, no permití que sufriera ningún tipo de dolor y recibió toda clase de cuidados durante su enfermedad, masajes, sesiones de aguas relajantes, rehabilitaciones... etc.

Esto es lo que pasó de manera muy resumida, pero tampoco creo que sea agradable dar más detalles de lo sucedido, creo que con este resumen os podéis hacer una idea de los ocho meses más angustiosos y a la vez mejores de mi vida, porque aunque haya pasado lo que haya pasado, Monchi me dio todo lo que necesitaba y me llenaba en todos los aspectos y, si pudiese volver al primer día, volvería sin pensármelo.

¿Estuviste con ella hasta el último día de su vida?

Sí claro... La noche anterior la pasamos en vela porque no le bajaba la fiebre de 39 y era conveniente ponerle paños de agua fría en algunas partes del cuerpo. Fue a la mañana siguiente, su hermana mayor la cogió de una mano por un lado y yo por la otra en el otro lado, cuando vimos angustiosamente que la circulación por una de las venas del cuello se paraba lentamente, un momento sin duda muy doloroso que parecía que ella había elegido para morir.

¿La echas de menos?

La echo de menos cuando me pasa algo bueno, cuando estoy mal, cuando voy a los sitios que estuve con ella, cuando voy a otros que me hubiese gustado que me acompañase... y sobre todo cuando llegas a casa y cierras la puerta, puedes distraerte, estar con los amigos, reír, lo que uno quiera, pero cuando llega la noche y llegas a casa y te ves solo es cuando todo se te viene encima, es algo que supongo que le pasa a todo el mundo. Parece que un día estás mejor, pero el dolor siempre encuentra un momento del día para hacerte daño.

¿Cómo te encuentras ahora en el terreno amoroso?

Monchi me demostró que el amor sí que existe, que las cosas las hace uno porque lo desea y aunque para otros parezcan obligaciones y esfuerzos, no lo son, porque lo único que quieres cuando estás enamorado es estar con tu pareja, sea donde sea y como sea, y sinceramente, a los ocho meses de una relación es cuando más entregado estás, y a mí me han quedado ganas de amar, de compartir, de vivir cosas nuevas... Así que, aunque en mi corazón Monchi haya dejado un hueco que nadie podrá rellenar, ha quedado otro que espero algún día no muy tarde se llene de amor de verdad, así que cuando tenga que llegar que llegue, pero después de lo que he vivido lo último que voy hacer es cerrarme al amor cuando ya lo he conocido.

Para terminar Jesús, ¿qué le pides a la vida?

Ahora estoy aturdido y vuelvo a estar un poco perdido. Lo único que pido es un poco de tranquilidad, que me vaya estabilizando en todos los sentidos, tener a mi lado a los amigos que tengo ahora más los que vengan con buenas intenciones... y poco más. Que las cosas que me han ocurrido buenas le ocurran a otras personas y que las malas a las menos posibles.

Quizás sea una de las entrevistas a un ex Gh que más me han conmovido. Deseándole toda la fuerza para superar esta tremenda prueba que le ha puesto el destino, mi entero agradecimiento a Jesús Tinajo por sentarse en este confesionario.

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