El cantante cántabro, que acaba de estrenar “Feliz” el videoclip del primer single de su octavo disco, ha hecho un pequeño parón en su trabajo musical para darse el primer chapuzón del verano y disfrutar de las playas ibicencas en compañía de su mujer Paula Echevarría y su hija Daniella.
La pareja, que en tan sólo una semana celebrará su octavo aniversario de bodas, se encontraba inmersa en un ambiente de total relax, cuya única preocupación se centraba en aprovechar al máximo aquellos momentos de tranquilidad en familia en el destino al que suelen acudir año tras año pero, querer compartir su felicidad con todos sus fans, les hizo perder momentáneamente la suya…
David Bustamante y Paula subían distintas fotografías de sus vacaciones de verano a Instagram, en algunas de las cuales se podía apreciar la imagen de la pequeña Daniella, de tan sólo 5 años, de espaldas a la cámara mirando al mar, o jugando con su perrito Mowgly, a las que el cantante quiso acompañar con las siguientes palabras:
“No hay aventura más maravillosa, aprendizaje más duro y amor más intenso... Que ser padres. Si de algo estoy orgulloso en mi vida es del hogar que hemos formado @pau_eche
Y aunque cientos de sus fans enviaban a Bustamante mensajes de felicitación por la bonita estampa familiar, como en todo ambiente o situación, existe siempre un garbanzo negro cuya única intención es enturbiar la vida de los demás a base de daño gratuito e injustificado, escudándose en la supuesta inmunidad que aportan los perfiles de las redes sociales y en el presunto derecho que cada cual tendría en insultar libremente a quien le plazca sin ningún tipo de filtro ni castigo, olvidándose por completo que los derechos de uno terminan cuando comienzan los del otro…
Así pues, cuando el de San Vicente de la Barquera fue consciente del comentario malintencionado que había sido publicado junto a la imagen de su hija Daniella, como era de esperar, entró en cólera, estallando en las redes de la siguiente manera: “Como tú también tienes redes sociales y sabes a lo que te expones… Yo me cago en tu puta madre, ya que hay que ser muy hija de la gran puta para poner un comentario así en una foto donde sale mi hija y escribo unas palabras de cariño a MI FAMILIA que es lo más sagrado para mí!”
Quizá no fueran las palabras más acertadas de David Bustamante pero entiendo perfectamente que el cantante perdiera por completo los estribos ante semejante falta de respeto después de publicar una imagen difuminada de su hija menor de edad. Porque, ¿por ser una persona popular está obligado a aguantar todo tipo de insultos hacía él y su familia? ¿Qué pesa más, el derecho a expresar lo que a cada cual se le pase por la cabeza, o el derecho al honor de una menor?
Esto es, sin duda, una muestra más del mal uso que muchísimas personas deciden dar a las redes sociales mientras que no exista una regulación que obligue a pensarse sus palabras dos veces a aquellos que no tienen otra cosa que hacer en su vida que meterse en su perfiles de Facebook, Twitter o Instagram para mentir, difamar e insultar sin miedo a posibles represalias, ya sean anónimos escondidos desde el ordenador de su casa, o rostros conocidos que piensan que su popularidad les confiere total inmunidad por allá por donde pasen.
Pero, gracias a Dios, la justicia de nuestro país está haciéndose cargo de estos asuntos cada vez más, así Belén Rodríguez era la primera en conseguir una sentencia a su favor tras haber sido víctima de las injurias vertidas en las redes sociales por parte del padre de Sonia Walls, concursante de Gran Hermano 14. Y, por el mismo motivo, dentro de poco Kiko Rivera y yo nos veremos las caras en un juzgado, tras haber interpuesto una denuncia al hijo de la tonadillera por el mensaje en el que “tan amablemente” decidió hacerme referencia en Twitter…
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