Guerra abierta entre Paulistas y Antipaulistas

telecinco.es 20/11/2014 18:20

Sorteos de jamones, cestas de Navidad, entradas de cine, mp5, raquetas, pulseras, libros, fotos y camisetas firmadas por ex grandes hermanos, cenas con concursantes que aún permanecen en la casa, recargas de móviles prepago… No, no se trata de ningún movimiento solidario, más bien de una pequeña muestra de la tómbola virtual que se está llevando a cabo desde hace varios días por parte de ambos bandos.

Paulistas y AntiPaulistas han formado filas y han puesto en marcha estrategias similares mediante distintos sorteos entre los seguidores que acrediten haber enviado mensajes o realizado llamadas en contra de Omar o de Paula, según el grupo de quien se trate.

Atrás quedaron esas ediciones en las que nos sorprendíamos por recargas de móviles desde otros países o por promesas de ser tatuados por algún concursante, ya que Gran Hermano 15 ha generado una repercusión en las redes hasta ahora nunca vista.

15 ediciones de concurso y aún me sigo sorprendiendo, y no sólo por los concursantes que entran en Guadalix y por las tramas que se suceden, sino también por vosotros, por aquellos que vivimos intensamente este reality porque, al fin y al cabo sois vosotros los que mantenéis viva la llama de Gh.

Personalmente no soy partidario del tipo de movimientos que se han formado para acumular votos pero, en esta ocasión, como todos los grupos de seguidores han utilizado la misma táctica, no existe ningún tipo de discriminación positiva o negativa hacia ninguno de los concursantes, por lo que quiero creer que cada una de las personas que han utilizado su dinero –o el de sus padres- para invertirlo en votos en contra de Paula o Omar se han movido únicamente por sus ansias de utilizar el papel fundamental que jugamos en este juego, eligiendo qué concursante es el elegido para abandonar la casa.

Pero lo que no me parece ni medio normal es algún que otro eslogan que he visto circular por las redes sociales, que supuestamente detalla las razones por las que Omar debería ser el octavo expulsado de Gh15. Este concursante es definido con calificativos que rozan lo legalmente admisible y no sé qué me asusta más, que haya gente capaz de lanzar al aire acusaciones de ese tipo, o que haya borregos que se crean a pies juntillas lo que ven o leen basándose en informaciones incompletas, en videos de dos minutos o en opiniones partidistas.

Yo no soy el más indicado para hablar de objetividad ya que todos conocéis la tremenda fobia que padezco a los patéticos numeritos del papelón de Paula, pero me resulta increíble que puedan existir intentos por llevar a esta chica a los altares. Porque Omar no será el ideal del comportamiento que se espera de un hombre pero tampoco Paula es ningún modelo a seguir, ni como mujer, ni como persona y, si me apuráis, ni como animal más o menos racional.

Que a Omar le pierde su inmadurez, su chulería y sus formas, no entra a debate, pero creo que con este chico se han cometido grandes injusticias. El león no es tan fiero como le pintan y para crear un perfil de una persona no podemos tener en cuenta únicamente los detalles que nos interesan.

La vida de este chico no ha sido nada fácil. Nunca ha conocido a su padre, su madre muere cuando Omar es aún un bebé, se cría con sus abuelos hasta que estos fallecen y se queda completamente solo a una edad en la que cualquiera normalmente sólo tiene como problemas elegir qué ropa se pondrá ese fin de semana. Que a este chico le falta tacto y educación, sí, pero entiendo que tiene razones suficientes para haberse creado una coraza y que se muestre siempre a la defensiva.

Aunque le sobren las razones, nunca he escuchado a este chico hacerse la víctima, papel que en cambio Paula ha explotado sobrepasando todos los límites.

Según Paula, ella ha sido una niña algo problemática. Se ha pasado años sin hablarse con su madre, se marchó a Hawaii a vivir con su padre, y cuando se vio “obligada” a volver a España, tuvo una familia que le sirvió de apoyo.

También asegura “haberse dado de hostias con su familia”, “haberse pegado con su madre y con su abuela de 90 años”. Ahora su amiga y defensora en plató asegura que la infancia de esta concursante no le incumbe a nadie, que Paula nunca ha agredido a nadie de su familia, que son sólo formas de hablar y que en 60 días no hemos visto ninguna actitud violenta de Paula…

Yo me quedo con lo que he visto y oído. Me quedo con los relatos de Paula sobre su forma de actuar antes de entrar en Gh15, me quedo con las imágenes de Paula en el jardín de la casa augurando lo que haría a algún concursante si estuvieran fuera del concurso, me quedo con las imágenes de Paula gritando y tirando unas botas una y otra vez al suelo porque las que le ha enviado su padre no son de su gusto. Me quedo con tantas cosas que ahora parecen no haber existido nunca… Pero nada, al parecer ahora la hawaiana es una dulce e inocente veinteañera.

Que Paula haya sabido exprimir al máximo su papel de víctima ante los grandes fallos que cometió Omar durante esa fatídica noche no ha sido únicamente el detonante para hacernos creer que esta chica es una pobre mártir de la vida. Y es que, en mi opinión, la hawaiana ha jugado con la baza de la discriminación positiva.

Apoyo totalmente cualquier movimiento en favor de los derechos y la dignidad de la mujer, no haría ni falta decirlo, y entiendo que debido a la cantidad de situaciones que se han vivido en el pasado y que se siguen viviendo actualmente la balanza deba inclinarse hacia ese lado en según qué circunstancias. Pero también apoyo y creo firmemente en la igualdad.

Si tanto hombres como mujeres somos iguales, si tenemos los mismos derechos y obligaciones, ¿por qué nos empeñamos en desajustar este equilibrio en el concurso?

Que Paula ponga en manifiesto defectos físicos de Omar como insulto, que le llame calvo y le diga que “con esa cara que tiene” no puede decir o hacer ciertas cosas, está bien visto. Pero si ante esos comentarios Omar le recuerda a Paula que esos detalles poco le importaron cuando se lo montaban en la ducha es todo un atentado contra su dignidad y es supuestamente un claro ataque denigrante por el que está justificado que Paula dé a entender que no habla sobre ese tema porque dejaría a Omar en vergüenza si detallara su potencia sexual. Si en esta conversación los papeles se hubieran cambiado, ¿hablaríamos también en los mismos términos?

De igual manera, el sonado insulto de “puta” y “borracha” que Omar le regaló a Paula revolucionó por completo todas las opiniones. Fui el primero en condenar dicho comportamiento, pero cuando Paula ha utilizado esos mismos calificativos para insultar a otras mujeres, me he visto solo. No lo entiendo.

En fin, que mi voto está claro. Espero y deseo que Paula sea la expulsada de esta noche y que demos por finalizado de una vez por todas el culebrón en el que ha convertido su paso por Gran Hermano 15, porque no soporto sus gritos, porque no me creo sus lágrimas, porque me resultan infumables sus reacciones y gestos desmesurados, porque he visto en Omar una evolución positiva mientras que la de Paula ha ido a peor, porque nunca encontraré divertido una mezcla de Fresita y Sonia Walls… Por eso y mucho más, Paula para su casa.

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