Joaquín Torres, conocido como el “arquitecto de los famosos” al ser la elección preferida por multitud de caras conocidas tanto dentro como fuera de nuestro país, tras visitar semanalmente el plató de Sálvame para darnos consejos sobre diseño, decoración y arquitectura, hoy nos desvela los entresijos de su vida personal y profesional sin medias tintas y a corazón abierto.
Joaquín, ¿dónde crees que radica tu éxito profesional?
Nunca hay una sola razón, hacen falta unas circunstancias que yo creo que he sabido aprovechar. Evidentemente con mucho trabajo, y con un empeño absoluto y casi obsesivo en que las cosas funcionen.
¿Alguna vez te has planteado que estabas rozando el límite de la obsesión con tu trabajo?
Sí, yo he tenido ese punto obsesivo. Llega un momento en el que acabas delegando todo por el trabajo… Y es algo con lo que hay que tener cuidado, como en la película “El Cisne Negro”.
Cuando entras en una casa, ¿qué es en lo primero en lo que te fijas?
Si conozco al dueño, sobre todo en si es coherente con su personalidad, si la casa tiene alma... Y si no la conozco, fundamentalmente me fijo en la luz y en la altura, en las vibraciones que me produce espacialmente.
Sabemos que te estás abriendo mercado con una innovadora línea de casas prefabricadas…
Sí, me parecía que tenía que haber algo en la construcción para mejorar la situación de tardar dos años en entregar una vivienda que ya tienes vendida y que la gente está esperando con una ilusión tremenda.
Además, la prefabricación es otra manera de construir, y el acabado final puede ser exactamente igual que cualquier otra casa de construcción tradicional.
Pero en nuestro país estamos muy apegados al ladrillo.
Sí, porque de prefabricación sólo hemos visto en imágenes de huracanes y terremotos las típicas cabañitas de madera canadienses que son muy endebles y de malísima calidad, pero existe un sector en la fabricación muy diferente a esto.
Creemos que la construcción tradicional es más robusta, duradera y que está más anclada al suelo, pero son conceptos que nos han metido en la cabeza de una manera errónea.
¿Cuál es tu opinión sobre la alarmante situación que se está produciendo con los desahucios?
Me parece inadmisible la actitud de los bancos, ¡llega a ser usura! De verdad que hay que poner un punto y final a todo esto…
Debería cambiarse la ley, y que la vivienda que has hipotecado te sirviera de garantía, que se diera margen y se ayudara a los más débiles en vez de proteger siempre al más fuerte. Al final esta gente nunca pierde y es inadmisible en un estado de derecho.
¿Cómo te quedaste cuando escuchaste el famoso comentario de Esperanza Aguirre sobre los arquitectos?
La tengo mucho aprecio porque es una mujer con muchísimo valor, pero fue una cagada descomunal, callada hubiese estado más guapa… Luego se disculpó, pero todos comentemos errores y yo soy el primer bocazas.
Yo creo que no fue consciente de la repercusión que estaban teniendo sus palabras, aunque en el fondo tenía toda la razón en sus argumentos porque los arquitectos somos responsables de la mediocridad que hemos dejado en las ciudades, y muchas veces tendrían que matarnos.
Sabemos que también te has lanzado a diseñar muebles y joyas…
Sí, de hecho ahora estamos con un proyecto muy chulo, el diseño de un coche eléctrico. Cada vez recibimos más propuestas porque hemos logrado algo muy importante, crear marca.
Vives en familia con tu mujer y tus hijos, ¿sueles pedirles opinión y les dejas que colaboren a la hora de elegir una nueva casa?
Mis hijos son muy pequeños, tienen cinco y tres años. Y mi mujer, Mercedes, confía plenamente en mí y lo deja en mis manos, es tremendamente generosa conmigo y muy respetuosa con mi trabajo.
¿Has construido ya la casa de tus sueños?
Me he hecho cinco casas y cada una de ellas ha sido la que en ese momento quería realmente. Pero uno va cambiando y evolucionando, soy un gran inconformista y cada vez quiero más.
¿Qué no puede faltar en el proyecto de tu nueva casa?
Una zona enorme para que jueguen mis hijos. Ahora tengo claro lo que me haría una casa en Madrid, en sistema prefabricado, de una sola planta y muy adaptada al terreno. El cuerpo me pide naturaleza y campo.
¿Eres muy niñero?
Me gustan mis hijos, pero no me gustan nada los niños. No tengo paciencia, me aburren.
De hecho yo no quería tener hijos, pero para Mercedes es fundamental, lo acepto y los quiero muchísimo. Pero a veces me siento muy mal…
¿Por qué?
Porque me siento muy querido por mis hijos y cuando estoy con ellos los dedico el 100%, pero tengo una capacidad muy limitada.
Cuando tomé la decisión de tener niños es una responsabilidad para toda la vida y no quiero fallarles… No quiero que mis hijos tengan nunca la sensación de que me aburren, por eso me dosifico mucho.
Parece que hablas desde tu propia experiencia…
Sí, yo he sentido esa carencia porque mi padre para mí era un gran desconocido que siempre estaba trabajando y al que teníamos miedo en casa, y tengo claro que no quiero que mis hijos sientan nunca eso por mí, ni que sientan que les falta algo. Y ese punto es difícil… Pero tengo la suerte de que Mercedes es una madraza súper implicada.
¿Qué hay en tu vida que te guste más que diseñar?
Siendo muy honesto tengo que reconocerte que la arquitectura y el diseño es lo que dan sentido a mi vida por encima de cualquier cosa. Es a lo que más tiempo dedico, y me niego a decir que lo hago por mi mujer o mis hijos, porque la realidad es que lo hago por mí.
S tuviera que quedarme con algo que da sentido a mi vida y me equilibra sería mi trabajo, incluso por encima de mi mujer a la que quiero profundísimamente.
Entonces, ¿nunca te has planteado poder dedicarte a otra cosa?
He tenido la mala suerte de ver cómo se vive cuando alguien sabe que va a morir… Y si a mí me dijeran que me quedan tres meses de vida, no dejaría de trabajar.
Soy un hombre plenamente realizado por mi trabajo, me equilibra, me serena, considero que todo tiene un por qué y me siento muy afortunado.
La clave es dedicarte con pasión a tu profesión porque considero que es el 70% del éxito de una vida, por eso siempre le digo a mi hijo que él sea lo que quiera, pero que le guste.
¿Te haría ilusión que alguno de tus hijos quisiera ser arquitecto?
No me gustaría, les machacaría sin querer. Quiero que mis hijos vivan su vida con libertad, y si eligen algo en lo que yo no me pueda meter tanto, estoy seguro de que sería mucho más respetuoso si es algo que no controlo.
Creo que ser respetuoso con los hijos es algo muy difícil, un acto de cabeza, disciplina y generosidad, y es algo que me gustaría conseguir.
¿Te molesta que te conozcan como el arquitecto de los famosos?
Antes me molestaba mucho, pero hay que tomar distancia sobre las cosas y darlas importancia que tienen.
¿Por qué crees que tu clientela es gente conocida? ¿Crees que el boca a boca es la mejor promoción?
No hay mejor prescriptor que un cliente satisfecho, nadie va a hablar mejor de ti que alguien que ha quedado contento. El boca a boca ha sido esencial.
¿Te han pedido cosas muy estrambóticas?
He aprendido a no juzgar porque antes era muy radical en eso. Lo que es estrambótico para uno es normal para otro. Yo lo que intento es que me pidan algo real, algo en lo que puedan vivir y que no sólo sirva como trofeo.
Desde que acabaste la carrera, ¿Cuál consideras que ha sido tu mayor logro?
Posiblemente la Urbanización “La Finca” ha sido lo más mediático. Pero he tenido tres o cuatro hitos en mi carrera, y seguirán apareciendo porque esto es una carrera de fondo. Por ejemplo para mí ha sido muy importante trabajar con Amancio Ortega.
Podríamos decir que eres el Amancio Ortega de las casas…
¡Ojala! Es un empresario único, ha hecho que este país vaya mejor vestido y que la moda sea algo accesible a todos. Ojala también pudiéramos hacer accesible a todos el diseño de la arquitectura…
¿Cuál es la creación de la que te sientes más orgulloso?
Lo más impresionante como proyecto, porque fue un alarde técnico muy complicado, es una urbanización que hicimos en Dubái que está en medio del mar, que allí fue donde le hice la casa a Madonna.
¿Madonna se dejó aconsejar por ti?
Estuve con ella sólo una vez, le encantaba el proyecto y fue tremendamente correcta y distante en cuanto en su trato con ella. Luego me mandó una carta de agradecimiento.
¿Y cuál el proyecto que no repetirías?
Sin ninguna duda, la casa de Zidane. Ambos renunciamos a lo que queríamos, por complacerle dije que sí a cosas en las que no creía. No supe decirle que no…Y al final mucho me temo que no di lo mejor de mí, o por lo menos me quedé con esa sensación.
Joaquín, gracias por tus confesiones. Y una vez más, agradecer al fotógrafo Luis Miguel González las excelentes instantáneas que acompañan a esta entrevista.
Anunciaros que la próxima semana en “la entrevista Deluxe” de este Confesionario contaremos con Chelo García Cortés, en la que mi compañera nos habla sin tapujos de su vida profesional y personal, de su cambio radical al incorporarse a la plantilla de Sálvame, y de su actual relación con Bárbara Rey e Isabel Pantoja, ¡de las que nos deja impactantes titulares que no os podéis perder!
Entrevista cuya parte más importante podréis encontrar a partir de hoy en todos vuestros quioscos en la revista ¡Qué Me Dices!
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