La de Don fue una amistad tan breve pero intensa como el descenso de un río salvaje

Hilo Moreno 12/08/2016 18:55

Don tiene cincuenta años y, hasta hace apenas dos, llevaba el tipo de vida que mucha gente consideraría normal. Pero se divorció, vendió su casa, su coche y el resto de sus pertenencias. Se compró un autobús escolar, una moto, un kayak y se echó a la carretera. Ahora vive en su autobús y viaja por los Estados Unidos buscando ríos y otros lugares de naturaleza salvaje.

Encontré a Don cuando terminé de remar con mi packraft un pequeño tramo del río Flathead en el Parque nacional de Glacier donde, justo un mes antes, un oso grizzlie se había comido a un ranger del mismo parque. Encontré a Don, digo, al atardecer, cuando los últimos rayos del sol acariciaban el Flathead en el mismo lugar donde un grupo de rafting recogía su balsa. Don miraba la puesta de sol sentado tranquilamente en su silla, es una de las muchas cosas que ahora disfruta en su nueva vida: la tranquila contemplación de la naturaleza.

Volví a la mañana siguiente, temprano, para descender el tramo del río situado a continuación que, según cuenta la gente, es el más bonito de todo el río. Encontré a Don sentado en su silla y me pidió si podía acompañarme. Me contó su historia y juntos emprendimos el descenso, el más bonito de todos los que he realizado en el estado de Montana. También el más animado, con rápidos que nos acompañaron todo el recorrido y que nos hicieron practicar más de una maniobra de rescate. Con tanto remojón sellamos una amistad de esas que duran el poco tiempo que se emplea en bajar un río pero que tiene la misma intensidad con la que el agua golpeaba las rocas a su paso.

La aventura no terminó con la llegada a la orilla. Don había perdido las llaves de su autobús en alguno de los chapuzones. Don es un hombre grande, grande en muchos sentidos, y era imposible que entrase por la pequeña ventanilla de su autobús escolar. Así que le ayudé reptando por ella y le pude abrir desde el interior de su casa. Aquella con la que recorre su país día tras día desde hace cerca de un año y medio, con la tranquilidad que permite disfrutar todos los días de los atardeceres y amaneceres, y hacer amigos fugaces en cualquier recodo de la carretera o del río más cercano.

*Imagen: Llegada al final de Flathead River, Glacier National Park, Montana. /Hilo Moreno