Qué fans somos del género periodístico de la entrevista en este blog. François Truffaut entrevistó a Hitchcock. Cameron Crowe entrevistó a Billy Wilder. Damian Pettigrew entrevistó a Fellini. Y ahora, en 2008, el pasillero entrevista a Iván Santos Mora, décimo expulsado de Operación Triunfo y estrella del chat de la gala final. No hará falta ponernos en antecedentes, pero por si alguno de los lectores tiene memoria de pez: aconteció ayer, ya caída la tarde, que el Pasillero hubo de enfrentarse a la ira de la generación triunfo 2008, que advertida de los improperios que se le dedicaban desde este blog, combatió visualmente con su autor en los pasillos de Telecinco.
Iván, amablemente dispuesto a dar su versión de los hechos, me regaló cinco minutos para darme la réplica. La locuacidad del concursante y su velocidad de crucero al hablar jugaron a favor del interés general del pueblo español a la hora de convertir tan corto espacio de tiempo en una interesante charla sobre los altibajos de esta edición de Operación Triunfo, los favoritismos con la ganadora y las supuestas peleas en años anteriores.
Y así fue la conversación.
Que lo vean de verdad, fueron las últimas palabras de Iván antes de volver a la sala VIP con sus compañeros, incluida Virginia. ¿En qué consiste exactamente ver un programa de verdad?
A Iván, que claramente no nos está leyendo pues ha dicho que no lee este blog, al resto de triunfitos y a mis queridos lectores quiero dedicar estas palabras antes de irme de vacaciones a la playa y poner fin a la primera temporada de este bloguito. Pertenecen a Un mundo implacable, la mejor película que se ha hecho sobre el mundo de la tele, en la que Peter Finch definió Operación Triunfo y todos nuestros programas favoritos hace 32 años: