¡Nombres, nombres, nombres!

telecinco.es 16/10/2008 17:10

Aparte de una egocéntrica celebración de mí mismo donde hablo de lo que me da la gana y miento como un bellaco, intento que el blog de El Pasillero sea también un servicio para el ciudadano. Y de la misma manera que en su día dibujé muchísimas sonrisas al conseguir con mis protestas que mejorasen la calidad de las patatas fritas del comedor o el aspecto de la sala VIP, la que parecía una churrería, ha vuelto a ocurrir algo de lo que no estoy seguro de si está bien o está mal: han cambiado los carteles de las celebridades de la cadena.

Esas instantáneas me dieron para mucho. Recordemos cuando revelé cuál es mi sitio favorito para irme a meditar y recuperar fuerzas (apunto que el de Carlos H., el joven que casi acaba a puñetazos con Iván debido a la rivalidad por unas chicas que iban en bragas por una discoteca, es la iglesia).

Pues ahora hay fotos nuevas, pero se han llevado consigo las imperfecciones que hacían de estos fríos pasillos algo lleno de humanidad y decrépita belleza. Los lomitos de los carteles ya no se caen. Los bigotes pintados a mano por algún desaprensivo sobre la boca de un presentador de telediarios han desaparecido. Los besos plantados a fuego sobre los morros de los ídolos sexuales de la cadena han sido borrados. Hum.

Eso sí, todo merece la pena porque se ha hecho J.U.S.T.I.C.I.A. He aquí la prueba:

El cartel de María Teresa Campos, sito justo a la salida de la cafetería y al que se echaba de menos desde hacía AÑOS en la cadena, ha provocado un auténtico revuelo entre los viandantes, que formaron un atasco en el pasillo al detenerse a su paso para admirar la instantánea como quien admira un Monet. No, no como quien admira un Monet, más bien como el que celebra el resurgir de un ídolo. No creo que sea casualidad que el momento en que María Teresa ha vuelto a brillar desde su foto en los pasillos de Telecinco haya coincidido con el momento en que Britney Spears vuelve a ser número uno en EEUU nueve años después. Siempre he pensado que tienen mucha relación estas dos personas (y, por qué no decirlo, hace cosa de dos años llegaron a ser clavaditas físicamente).

-Por fin la han puesto aquí -decía una redactora al borde de las lágrimas.

-Han quitado a Ana Rosa y han puesto a María Teresa, ¿has visto? -dijo un hombre. En realidad el hombre sólo buscaba camorra, porque no dijo la verdad: Ana Rosa sigue donde estaba, junto a Emma y Mercedes como se puede ver en la foto ilustrada más arriba. María Teresa figura unos carteles más allá, separadas por los apropiados metros de protección (e incluso por un extintor, no vaya a ser).

Nótese que el fenómeno lumínico que afecta al seno derecho de María Teresa no es ni una aparición espectral ni un ejemplo local de fuego de San Telmo, es sencillamente el flash de la cámara, que nos volveremos a encontrar en sucesivas capturas. ¿Qué pasa con el flash? Que si lo utilizo aparece ese feo reflejo, pero si lo quito la foto se ve como borrosa como si nos hubiésemos bebido un chinchón.

Entended mis terribles dudas.

He aquí otra instantánea de las nuevas y de dos personajes que hasta este momento no se habían visto por los pasillos.

Gran foto. No sé si les pasa a los demás, pero yo, es pasar por delante y no poder evitar acordarme de Paul Newman y Elizabeth Taylor o Clark Cable y Vivien Leigh. Eso sí, casi al ladito siguen presentes Ruth Nuñ Bea y Alej Don Álvaro. Los dos, junto a sus compañeros de reparto, aparecen también en la siguiente instantánea:

¿Por qué tiene tanto éxito esta serie? Porque no hay más que ver el cartelito para hacernos un esquema de la serie. De izquierda a derecha, decidme si no es verdad:

BUENO - BUENA - MALO- BUENA - EX BAILARINA - MALA - BUENO - MALO

¿Os acordáis de cuando Mónica Estarreado y Miguel Hermoso interpretaton a Leticia y Miguel, supuestos hermanos bastardos en El Super? Por aquel entonces Miguel estaba mucho más joven y Mónica era mucho peor actriz, ¡pero qué bien nos lo pasábamos! Mejor que con Yo soy Bea, no hay color.

Y lo que decía antes. Algo falta en esta foto.

Exijo desde aquí al autor/autora del beso para que vuelva a los pasillos y se lo plante de nuevo, que de repente la fotografía se ha quedado huérfana. Eso sí, la nueva situación del cuadro, sin bancos ni sillitas debajo, impide que nadie pueda subirse a ellos para repetir la fechoría. Yo prometo que, si alguien se presta a hacerlo, le acerco una banqueta.

Oh, y edito a estas horas de la tarde para reivindicar un tema muy importante junto a otros que ya he mencionado en este post, como la mejora de la cocina, la recuperación de la sala VIP o el regreso de María Teresa Campos. Bueno, más importante, si hay que decir la verdad, pero como yo en este blog lo más cercano que pienso hacer a ponerme serio es poner boquita de pez, dejo que estas comunicadoras un poco más célebres que yo os den este mensaje, desde una imagen además que, para terminar con el tema de hoy, descansa al lado de los cuartos de baño de señoras que están al lado de la máquina de zumitos que todo el mundo ha aprendido a usar:

HAN DICHO.