El plató de Supervivientes, limpito contrarreloj / ¡Violeta Santander!

telecinco.es 16/03/2009 18:38

¡Qué bien huele todavía por los pasillos de Telecinco! Este sábado la cadena volvió a contar con la mujer revelación de 2008 y una de las personas más interesantes que ha dado la historia negra de España: Violeta Santander. Violenta Violeta Santander, como todos nuestros grandes incomprendidos, es llevada de vez en cuando a un plató para que algunos periodistas la sometan a unos juicios que son a la ética lo que el chopped al mundo del embutido y para que el público, crecidito, sabiéndose seguro y legitimado por el sentimiento borreguil de actuar en nombre de una masa que comparte el más bochornoso concepto del bien y el mal, la abuchee y la insulte ante cada palabra que sale de su boca.

En realidad Violeta, de fascinante nombre, fascinante retórica y fascinante aspecto (ahora más que nunca por estar demacrada y con el peso de todo lo que le ha pasado reflejado en su rostro) da unas mil o dos mil vueltas a todos los que estaban allí por el simple hecho de que su discurso es completamente imprevisible y puro. El de los demás, que se limita a "eres mala", "eres una vergüenza para las mujeres" y "mereces irte de España" (y me atrevería a añadir: "uka uka uka"), podría imitarlo fácilmente un niño de cinco años, un concursante de la última edición de Óperación Triunfo o una cacatúa.

He hecho este esquema, resultado de medir el interés del discurso de Violeta Santander frente al de los contertulios que estaban allí para entrevistarla. La línea vertical representa la gama de sentimientos despertados por el discurso de cada uno y la horizontal su intensidad a través de la duración de la entrevista. La línea roja es la de Violeta, claramente, y la azul, la de los periodistas que tenían que hablar con/de ella.

Vale, puede que no tenga mucho valor en un contexto de matemática pura, análisis e interpretación de datos. Pero más o menos imagino que se pilla lo quiero decir. Violeta Santander, la supuesta mujer más vilipendiada de España y a la que los ciudadanos de a pie no quieren ver ni en pintura, dio a La Noria su mejor dato de audiencia del año este pasado sábado. Entonces: esta mujer es una estrella y no hay más que hablar. Y La noria, por supuesto, el mejor magazine de España junto a Está Pasando y El programa de Ana Rosa. Otra cosa, amiguitos, compañeros, es que un día podríais llevar a alguien que le preguntase de verdad cosas interesantes y sacase conclusiones más válidas y con más miga de todo lo que esta mujer lleva dentro, que para servidor viene siendo semejante dependencia y sentimiento de amor hacia un gañán que es lo más bello y puro (y por lo tanto enfermizo y autodestructivo) que yo he visto en la televisión últimamente. Vamos, que ni Amar en tiempos revueltos.

Tras haber divagado y quedarme ya tranquilito al haber dicho lo que pienso de la actualidad, empiezo con lo mío.

Mañana a las doce habrá una rueda de prensa en la que desvelarán quiénes son los concursantes de esta nueva edición de Supervivientes. El plató, aún un poco manga por hombro, estaba siendo arreglado esta tarde por los forzudos mozos que llevan las butacas de un sitio para otro y convierten por arte de birlibirloque un decorado en otro y luego en otro y luego en otro diferente en cuestión de tres minutos. Y para que luego no me insultéis ni me llaméis zote y tarugo por haber hecho la foto de una esquina del plató, hoy puse en juego mi futuro en esta cadena obteniendo una fugaz fotografía del decorado, escondidito tras una cortina. Y ya en el colmo de la amabilidad y el trabajo bien hecho, procederé a numerar y desvelar sus numerosos secretos:

1. ¡Tres pantallas gigantes se desplazan en círculo (o semicírculo, más bien) por todo el plató! Dios mío, qué moderno. En ellas, esperamos, se reflejarán rostros de hambre y de sufrimiento quemados por el sol y erosionados por los mosquitos.

2. Esa casi inperceptible línea que hay bajo el 2 es la vía por la que caminan las pantallas en sus desplazamientos. La seguridad en este campo ha de ser gigantesca, no vaya a ser que una de ellas descarrile y mate por aplastamiento a uno de los contertulios. Y más si lo último que el contertulio ve antes de morir es el rostro gigantesco de, pongamos, Amor, Matías, Iván o Álvaro Muñoz Escassi, todos ellos nombres que se han rumoreado. Y ya puestos a ver uno antes de morir, que sea el de Escassi.

3. ¡No puede ser! ¡Una manta que tapa los sofás! El servicio de limpieza de Telecinco no cejará en su empeño de que todo esté perfecto en la rueda de prensa de mañana y el culo de Jesús Vázquez (o Mario Picazo) no se ensucie al sentarse. El polvo que se levanta con tanta carpintería es importante y que los sofás aparezcan cubierto de una capita negra da muy mala impresión en la tele. Ni que fuese esto una televisión local.

4. Los psicólogos, siempre pendientes del bienestar de los concursantes recién expulsados, han decidido que este motivo ornamental en el suelo de forma ondulada y espejos azules que imitan al agua harán que éstos no se sientan completamente fuera de sitio cuando abandonen la isla. Una vez están enfrentados a la pura realidad de España y a las miradas de puro odio de sus ex compañeros, la visión de estas onditas bajo el cristal del sulo les hará sentirse de nuevo en Honduras, relajados y arrullados por las olas. ¡Viva!

5. Los focos. Los focos nunca se ven pero son importantísimos para que los presentadores y colaboradores lleguen a tener ese rostro naranja y saturado lozano y vivaracho necesario para ganarse al espectador en casa.

6. Esta cortina cómplice asegura mi continuidad en la cadena al menos un día más. Se merecía su propio numerito.

Pues a ver qué pasa mañana a las doce, ¡la intriga me matará esta noche! En el tablón de anuncios del pasillo, cuando volvía, me di cuenta de que sigue el cartel de la obra de teatro de una de las actrices de -argh- Yo soy Bea, Ángeles Martín. Ángeles Martín es una actriz que me cae bien a la que siempre le dan papeles de persona que no puede hacer más que caerme cal, como la macarrita trasnochada de -argh- Yo soy Bea, que responde al ridículo nombre de "Chali", o aquel que tenía en Querido Maestro, serie en la que me caía mal hasta el apuntador. Pues como aquí hay mucho compañerismo han dado a Ángeles un sitio de excepción en el tablón de anuncios para promocionar su obra. En esta foto se ve:

Lo que tapa por abajo es un anuncio de fisioterapia y lo que tapa por arriba es uno de un apartamento en primera línea de playa para la semana santa. Y eso tan molesto de color rojo y bordes blancos que está encima del propio cartel de la obra no es una mancha ni una errata del editor fotográfico de este ordenador desde el que escribo, es sencillamente una fuente de letra que habría de ser investigada por la Policía del Grafismo.

Bueno, pero que muy bien. Cuando ya me volvía a la redacción, con la satisfacción del deber bien hecho y reventado de hacer tantas fotos y trabajar como un negro, me crucé a Octavio Acebes, que caminaba lento y cabizbajo tras salir de Está Pasando. Y a su lado una mujer rubia, no sé si su representante o qué, preguntaba a través del móvil "¿cómo has visto la entrevista?". Pues en la entrevista el entrañable astrólogo Acebes venía de decir, por segunda vez, que se quiere morir. ¿Cómo hemos visto la entrevista? Pues divertidísima, tronchante.