Es lunes en Telecinco pero es viernes en mi corazón

telecinco.es 16/06/2008 16:10

Hoy por fin me vi las caras con Esther. Qué feliz soy.

Ya había estado en Operación triunfo (además, mi presencia en el plató coincidió con la emocionante final del concurso, cuando Esther fue expulsada, se ganó la victoria moral y esta edición llegó a su fin para todos nosotros). Pues eso, que había estado allí, pero como cuidan a los concursantes como periquitos en una jaula, no vaya a ser que consigan información del exterior, no había podido verla a menos de cincuenta metros. Hoy fue la primera vez que la vi de cerca.

Esther visitaba el plató de Ana Rosa a causa de su posado en Interviú. Y ahora intercalo la pregunta de una insigne seguidora como si esto fuera un divertido lunes de preguntas y respuestas (que no lo es), sólo para justificar el rollo que voy a soltar con mi opinión al respecto, porque si no, reviento.

Esther en tetas. ¿Era necesario? NO. (Ming)

Total, que me lío. A lo que iba es: hoy Esther era la reina de los pasillos en Telecinco.

Justo cuando me bajé del coche que me trae todos los días a Fuencarral -Totó está curado ya y agradece todos vuestros mensajes de ánimo-, me encontré a Fany, mi reportera favorita de Está Pasando, que esperaba fuera con su micro y su amigo el cámara con la expectación de quien espera la llegada de los Beatles. Por supuesto, estaba esperando a alguien que hace mucho tiempo que ha superado a los Beatles en talento y fama: Esther Aranda.

En todo caso no me fui a la redacción, sino a los pasillos. Allí, apoyada en la puerta de la Sala VIP que remodelaron gracias a mis demoledoras críticas, situada al lado de la máquina de zumitos que nadie tiene puñetera idea de cómo funciona y de los baños donde se insulta de manera cobarde y anónima a Jesús de Manuel y también a Rocíito, estaba la niña Aranda hablando por teléfono.

Me reconfortó comprobar que Esther habla ya como toda una estrella. En persona es menuda y hermosa, de piel como suavita y muy rubia, quiero decir, llamativamente rubia, no rubia a secas, como otras rubias que las ves y es como quien ve un perro. Frente a ella, en los bancos situados bajo las fotografías de la Santísima Trinidad de Telecinco, estaba Rosa Benito hablando por el móvil (en el que, por si queréis saberlo, tiene un politono de lo más hortera).

Los gañanes de Mujeres y hombres y viceversa andaban por allí, naranjas y listos para irse a grabar el que ya es nuestro segundo programa favorito. Claro, cuando vieron a Esther se quedaron a cuadros ante la visión de semejante astro televisivo.

Y se acercaron a ella.

A modo de despedida, los gañanes le dijeron algo, y voy a citarlo literalmente, que representaba el sentir general del pueblo español:

Un par de redactoras, creo que de Ana Rosa, pero a saber, pasaron por allí en ese momento bufando.

Belén Esteban abandonaba el plató de Ana Rosa y se iba ya a su casa, pasando ante el público que esperaba para entrar en Pasapalabra (programa que, al ritmo al que se graba, debe de tener asegurada la emisión hasta el 2017). El público, en éxtasis, le dedicó todo tipo de halagos. Ella se encendió un cigarro y saludó con la mano mientras se ponía las gafas de sol.

El decoradito blanco del que hablaba el otro día estaba hoy apilado junto a la mesa del debate de Gran Hermano al lado del plató de AR y un fondo de cuadros acolchaditos que me encantaría llevarme a mi casa. De hecho, algunos de los trabajadores de AR lo estaban utilizando como barra colocando encima sus zumitos y cafés. Adiós a mi sueño de un plató completamente blanco en Telecinco. Porque digo yo que el de La caja roja no será blanco, en ese caso indicaría que en esta cadena se han vuelto completamente majaretas.

Y mi pregunta querido pasillero? eras tu el que anda tan rapido por la gran vía hablando por el movil?, abrazoss (kikos)