Conato de deshermanamiento entre Paula y Luis

telecinco.es 12/11/2014 09:11

Anoche hubo una fiesta homenaje a Galicia y el lugar de procedencia de Hugo. Tomaron pulpo sin que antes hubiera pasado por la cabeza de Vitín y algunas otras viandas típicas. Pero, sobre todo, hicieron una queimada. Bendito orujo flambeado. Deberían darles dos, como decía la publicidad de cierto postre lácteo. Dos al día, me refiero. Adentrada la madrugada, posiblemente gracias a esa bebida característica gallega, apareció de repente Azahara. ¿Qué digo apareció? Surgió, afloró, brotó, emergió, irrumpió salvajemente. Para muchos ya estaba siendo suficiente que últimamente se mostrarse, cosa que no había hecho prácticamente en las primeras semanas de encierro. Pero lo de anoche fue sencillamente deslumbrante.

No precipitaré el relato, porque el día tuvo su miga, bastante más que los precedentes. A mediodía Luis escribió con piedras en el jardín: "Vivir es un arte". ¿Y qué es el arte, amigo? Más de uno contestaría que pasar mucho frío, lo cual no es mucho más sorprendente que responder al teléfono diciendo “ola ke ase” (prometo que lo escuché ayer por la calle, mi gatita es testigo), aun así mucho más moderno que decir “dígamelón”. El torero anda tan disperso necesitando inspiración que en caso de encontrarla terminará rebosando arte por los cuatro costados. Fue entonces cuando, a falta de queimada, tomé ayer mi primer trago. ¡Chupito!

A partir de ese momento todo fue un no parar. Que Omar felicitaba a Fran por la comida. ¡Chupito! Todo lo que sea no desperdiciar comida por fracasar a la hora de hacer una carbonara, que con un par de huevos y un poco de beicon sabría hacer hasta un niño, merece ser celebrado. Que Juanma y Jonathan volvían a dar muestras de estar utilizando a Azahara y Yoli. ¡Chupito! Aunque en este caso me haga muy poca gracia el tema. Anoche vi desaparecer a Yoli sin que a nadie le importase un conguito de rubia lo que le pasaba. Era bien simple, el primo menos listo tenía ayer más claro que nunca su decisión de intentar reencontrarse con la morena de fuera. Por eso ya no dice personita, sino morenaza. Vamos bien por el camino de la sinceridad. ¡Chupito!

Diría que más bien lo que sucede es que a Jonathan no le gusta nada Yoli, lo cual no es ningún crimen, pero debería ser más claro al respecto y dejar de utilizarla tratándola de prima, por mucho que lo sea. Él mismo se delata cuando repite que cuando una chica le gusta no desea otra cosa que estar con ella todo el rato. Le pasó con la morena. Con Yoli no. En absoluto es un pecado, pero sí parece un cierto engaño que simule lo que no hay, simplemente por quedar bien, o incluso peor, por no quedar mal. “A saber el pisto que se ha liado, pero yo sigo con mí erre que erre, con lo mismo de siempre”, decía este don erre que erre, a cuyo lado Paco Martínez Soria parece hasta moderno. ¡Chupito! “Tampoco estamos haciendo nada fuera de…”, añadía Jonathan, y deseaba encontrarse en plató, no sé por qué detrás de su madre, a esa “persona especial”. Cuántos problemas tienen algunos con las palabras. Y con las ideas.

Prefería a los primos hablando de lo de siempre que mostrando su inocencia sin límites cuando hablan de su posible participación en otros concursos de la cadena. Deben pensar que lo están petando y media España adolescente lleva sus rostros en la parte frontal de sus carpetas, sin importarles mucho si en la parte dorsal están Azahara y Yoli o Bo Derek y Angelina Jolie. La primera me ha salido porque me recuerda a la malagueña desde el primer día, y la segunda por hacer un juego de palabras con el nombre de una y el apellido de la otra. ¡Chupito! (este por mí).

Digo que casi se frotan las manos pensando en participar en ‘Mira quién salta’ o ‘Supervivientes’. Lo de ‘Pasapalabra’ como que se la refanfinfla bastante. Lo mejor es que empiezan ya a poner condiciones, como las estrellas del rock. Dice Juanma que a partir de ahora todo lo harán juntos. Según Jonathan hace cinco años (cuatro, según su primo) fueron separados y ahora tienen que recuperar el tiempo perdido. ¡Chupito! Vaya anotando el futuro representante de los primos que ellos trabajan siempre juntos, si les llaman para un reality tendrá que ser a los dos. Son como siameses separados ya de mayores.

Vitín dice que no dejaría a su novia dormir con otro hombre, fuera más o menos amigo de ella. Yoli casi se metió en un problema por dormir una noche a su lado (tal vez un par). Sin embargo, anoche le insistía a Alejandra para que se acostase a su lado, tal vez porque las cosas con un poco de orujo se ven distintas. ¡Chupito! Tengo dicho que el de Carabanchel está a punto de pedirle un suplemento a la albaceteña, y anoche dio pasos de gigante en esa dirección. Aclaró que ahora tiene más afinidad con Alejandra, incluso cuando le invitaron a hacer un ranking de quiénes iban mejor vestidos el primer día la puso en el número uno, seguida por Azahara y Yoli.

En la fiesta, Alejandra subida en la mesa del comedor junto a Juanma, levantando su camiseta y tocando su tableta de chocolate, mientras elogiaba por enésima vez lo bueno que está el primo, despertaba los celos de Vitín, aunque creo que Azahara no le iba a la zaga. Desde hace días Alejandra juega a este juego peligroso, sin que haya terminado de adivinar cuál es su intención. Luego prometía Vitín dar un bombazo, aunque no era otra cosa que volver a poner a Alejandra por encima de Yoli en sus preferencias. Lo mejor fue que Ale le intentaba disuadir de que soltase el bombazo “porque nos están viendo 24.000 personas”. ¡Chupito!

Vitín tiene una ventaja sobre los demás en las fiestas, y es que él habla casi igual estando sobrio y estando borracho. Es lo bueno de quienes sobrios hablan como si estuvieran borrachos, que cuando lo están se les nota menos. Anoche hubo una hora en que no había casi nadie que hablase con normalidad, lo cual era bastante gracioso y me hizo convencer de la solución doble queimada que propongo seriamente a la organización. Quiero aclarar que no estoy haciendo proselitismo del alcohol, que alguien andará ahora indignado por esto. Ya sabemos que estamos rodeados de amargados descontentos con todo y siempre dispuestos a sacarle punta a cualquier tontería. Para ellos… ¡Chupito! Y otro, venga, que no nos pueda la miseria… ¡Chupito!

Podría haber estado bien la broma elaborada con la que pretendía Luis engañar al grupo haciéndoles creer que Fran es su padre. Lástima que al final no tuviera la paciencia ni la constancia para hacerlo en condiciones. La noche anterior ya había comenzado a preparar el terreno, comprobando con Hugo que aquello podía prosperar. No era la mejor persona para hacer esa prueba, porque Hugo no se entera de mucho nunca, haya bebido o no. ¡Chupito! Le costó creer que era una broma, incluso fue a Fran, que andaba escribiendo en el blog, para que se lo aclarase, y este le remitió a Luis.

La intervención de Paula, que se sumó de forma improvisada, fue fundamental. “Le he pillado una vez llamando ‘papá’ a Fran sin darse cuenta”, decía la catalana. El punto más débil es que Fran ya ha contado que tiene hijos pequeños (la mayor no tiene más de diez años), y Luis ha hablado de su padre, que trabaja como tapicero. De inmediato Hugo fue a preguntarle a Fran si lo de tapicero era una tapadera. Ayer intentaban mantener la broma y, para sorpresa de todos, era Paula la que empezaba a creerlo. O eso decía. Lo de Paula es de chupito continuo. ¡Chupito! ¿Que no? ¡Chupito! No puedo con la vida. ¡Chupito! Ríe y después llora, Paula. ¡Chupito! Pero relájate, querida. ¡Chupito!

La cosa se desmadró y ya todo empezó a valer. Que si en realidad Luis y Fran eran hermanos, e incluso también Hugo. Que si Papirrín era el auténtico hijo de Fran. Esto sí que merece un… ¡Chupito! Luis tuvo que terminar jurando ante Paula que era todo una broma sin más. Su brote y sus lloros sin lágrimas eran todavía menos reales que los inventos familiares de Luis y Fran. Es una curiosa estrategia de la hawaiana. Cuando está nominada es mucho más insoportable que de natural, aunque sospecho que ella pretende justo lo contrario.

Luis y Paula llevan un par de días jugando a enfadarse y volverse a enfadar. No he logrado adivinar si es algo provocado por Luis para mantenerla a cierta distancia, justo en el momento en que Paula parecía más decidida a mostrarle sentimientos más profundos hacia él o si es un juego provocado por Paula para chincharle y no sé bien qué más. ¿Maniobra disuasoria o locura de frenopático? Me inclino por lo segundo aunque no lo tengo claro. Suspendo momentáneamente los chupitos, que esto es serio.

El momento más crítico de este tira y afloja entre Luis y Paula que hasta ahora había calificado como juego tuvo lugar anoche, en medio de la noche y con los efluvios de la queimada flotando en el ambiente. El detonante fue esa maldita manía de Luis por mandar callar a los demás. Con Paula lo ha intentado una vez tras otra, con desigual resultado. El día del encontronazo con Omar en el vestidor empezó así, y finalmente se arregló con Paula porque ambos pusieron unos granitos de cariño suficientes para aliviar la herida. Anoche no hubo lugar a eso, tal vez porque Paula está harta de esa propensión a la censura del torero. Aunque puede ser que ambos empiecen a no aguantarse el uno al otro.

No sé lo que pasará hoy, pero por lo visto anoche diría que están al borde de deshermanarse. Cuando pensaba que eso podía pasar por pasar a algo menos fraternal y más carnal, al final puede que termine sucediendo de forma más traumática. En esto entiendo completamente el enfado de Paula. Si fuera una vez que Luis le manda callar vale, pero empieza a ser costumbre. Debería de asumir que no puede decidir cuándo hablan o callan los demás. Tampoco si dicen una palabra más alta que otra. Al final pasa como cuando en el colegio alguien se molestaba porque le llamaran orejón, que no se quitaba el mote ni queriendo. Lo que consigue Luis es que Paula le suelte a la mínima cosas como ese “tengo el coño más grande que tu madre” de ayer. Y ahora sí, lo necesito. ¡Chupito!

Fran tuvo su gran noche de confraternizar con todos. Después de la descalificación global y continua de los últimos días, anoche fue eligiendo víctimas para pasarles la mano por el lomo de forma más descarada y falta de pudor. “Te llevaré como amiga cuando salgamos. Fuera seremos todos una piña”, le decía a una Azahara que mostraba el pasmo en el gesto de su rostro, más o menos como siempre. Puestos a seguirle el juego, no sé decir si hizo bien o mal imitando su tono, pero aseguro que estuve esperando que se dieran besos y apretones. No puedo con la vida, ¿lo he dicho ya? Pues… ¡Chupito!

Luego iba a por Juanma. Más de lo mismo, no me veo capaz de reproducir nada. Al final se reunía con Luis, Hugo y Paula. “Somos cuatro mosqueteros”, decía eufórico Fran. ¿Dónde he escuchado esto antes? ¡Chupito! Ay, madre… ¡Chupito! ¿Mosqueteros ha dicho? ¡Chupito! Fran es Noemi Merino reencarnada. ¡Chupito! ¿Cómo no lo había pensado antes? Fran es Noemí en el cuerpo de Cristina Almeida. O algo.

Y a partir de aquí, el relato se tiñe de Azahara. Azahara fue la favorita del califa y dio nombre a Medina Azahara, la ciudad brillante. Brillante, lo que se dice brillante, no había sido hasta ahora, pero anoche brilló con luz propia. Eso es. Ni irrumpió ni afloró, sencillamente brilló. ¡Y cómo brilló, vive Dios! Cuando todos pensaban irse a dormir, aguando la fiesta a la fiel audiencia de las madrugadas guadaliseñas (o cebolleras, gentilicio feo donde los haya), Azahara se puso en pie de guerra, animó a Jonathan y Omar a entrar en el pabellón de pruebas para hacerse unos kilómetros y se puso a pedalear como una loca, transmitiendo la alegría a su alrededor. ¿Han leído esto? Transmitía alegría. Sí, Azahara. ¿No es increíble? ¡Chupito colectivo!

Tanto fue así como digo que Jonathan se puso a emular a Dani Rovira, paisano de Azahara, reproduciendo con bastante precisión uno de sus geniales monólogos. Nunca había visto tan animado a Jonathan, como liberado de Yolapa e iluminado por el brillo de Azahara. Hubiera detenido en el tiempo ese viaje en un avión de los héroes que empieza a desteñir. Una tramoya triste hasta ayer, pero que anoche también parecía brillar con una magia especial. Esta Azahara me enamora. Nada que ver con la Azahara taciturna de costumbre.

No hace falta decir que aún más atractiva esa Azahara que atravesaba la casa llevando de cintura para arriba tan solo un delantal. Por lo que más quieras, ‘súper’, dales más queimada. ¿Me estás oyendo? ¿Estás ahí ‘súper’?

Moleskine del gato

Diría que el libro de María Teresa Campos ha sido el que más les está gustando. He escuchado ya a varios habitantes de la casa hacer referencia al mismo en medio de una conversación. Enhorabuena a la gran Campos por ello. En todo caso, aprovecho esta coyuntura para pedir que no dejen de darles libros. Omar igual sale siendo otro gracias a Pedro García Aguado sin mucho esfuerzo por su parte. Eso sí, descarto que los primos aprendan algo de amores con el de la Campos. Seguirá uno con sus claves absurdas y el otro pensando que con evitar el beso en la boca ya está.

Y dejo cartelera de Vitín Torrente 5. Más Vitín y más Torrente que nunca.

[Cartelera por Montse Juanilla]