Reforma del pensamiento

telecinco.es 17/11/2009 08:24

La parte de juego que tiene esta aventura obliga a los concursantes a buscar adeptos para su causa. El proselitismo de uno mismo puede ser necesario para ir pasando cortes y evitar así exponerse a la decisión de la audiencia. De esta forma, se puede contraponer el caso del concursante nominado semana tras semana y salvado por la audiencia al de aquel que llega a la final gracias a no haber sido nominado nunca. En un caso como en otro, dichos esfuerzos son inútiles en caso de quedarse en el honroso segundo o tercer puesto, y un poco menos si se termina ocupando la poco deseada cuarta plaza.

Como llevamos ya tantas ediciones resulta imprescindible en ocasiones ilustrar lo que se quiere decir haciendo referencia a situaciones o concursantes de otras anteriores. Pensaba al hilo de lo comentado en el párrafo anterior en dos ejemplos de lo dicho, como podrían ser Fran (GH II) y Óliver (GH IX). Ambos fueron finalistas, el primero tras haber sido salvado por la audiencia casi todas las semanas y este último por haber tenido la fortuna de no resultar casi nunca nominado. Ninguno de los dos hizo grandes esfuerzos por convencer a sus compañeros, aunque en casos como estos habría estado más obligado a ello el segundo de los ejemplos.

La teoría de Iván (GH X) era precisamente que la decisión final está siempre en la audiencia, y efectivamente sin contar con el favor del público es imposible hacerse con el botín (el afamado maletín, tantas veces mencionado en clave humorística por Indhira y Arturo, sin que algunos de sus compañeros hayan sabido entender el tono). Pero el objetivo de la permanencia se basa en convencer a los propios compañeros de encierro para poder asegurarse que se va salvando el pescuezo semana a semana. Si esto se consigue puede finalmente tenerse la mala fortuna (es una contradicción hablar de una suerte de azar en este caso) de quedarse a las puertas del premio, como en el caso citado. Pero también hay la posibilidad de llegar a una final en la cual por descarte poderse hacer con el triunfo, como bien pudiera haber sido el caso de Javito (GH III).

Pues bien, sentadas las bases de las razones que pueden llevar a algunos concursantes a concentrar sus esfuerzos en contar con el favor de sus compañeros para irse salvando, podemos analizar las distintas formas para conseguir esto. Este análisis sería igualmente válido para aquellos que pretenden ir manejando el concurso en su beneficio, aún en el caso de que en determinadas ocasiones esto incluya exponerse a la decisión de la audiencia votante. Ante esta tesitura se puede obrar conservando la honestidad personal o bien utilizando técnicas poco honrosas como la reforma del pensamiento o el argumento ad nauseam. Entre los supervivientes de este Gran Hermano, han sido Ángel y Gerardo los concursantes a quienes más he visto recurrir a ambos procedimientos. Algunos se preguntan por lo que este gato comentarista tiene en contra de ellos, pues bien, sigan la lectura si desean obtener una respuesta.

Gerardo insiste una y otra vez en la idea falaz de que el grupo formado por el caído Hans, con Laura, Saray y Toscano, aunque en ocasiones ha llegado a dudar si meter también a la pareja Indhira-Arturo, hicieron pacto en las últimas nominaciones. Cuando hablan de pacto se refieren a acordar el sentido de sus nominaciones, o la sindicación de las mismas según lo he venido denominando. Se trata de un argumento ad nauseam, es decir, una falacia en la que se argumenta a favor de un enunciado mediante su prolongada reiteración, por una o varias personas. En este caso se han sumado al injurioso argumento Tatiana y Carolina, llegando a plantear situaciones realmente poco cordiales.

Me refiero a cuando Laura va a hablar con Carolina tras la gala del pasado jueves y esta le vuelve a repetir el falaz argumento del pacto de siete días antes. Entonces Laura le dice cordialmente que no hubo pacto, no siendo esa la primera ocasión que se defendían con la verdad de esa mentira. La respuesta de Carolina es de las que para mí consiguen acabar con una conversación de cuajo, ya que le dice: "yo eso no lo sé". Díganme intolerante, pero yo habría terminado la discusión ahí. ¿Por qué dice esta concursante no saber algo que su interlocutor se está molestando en afirmar? Está claro que desconfía de la palabra de Laura, pero es que además no le interesa que la realidad le estropee su argumento ad nauseam. Es como esa vieja máxima periodista que dice: "No dejes que la realidad te estropee una noticia".

El argumento ad nauseam puede llegar a ser, en su forma más extrema, un tipo de lavado de cerebro, lo cual entronca con la segunda de las técnicas de captación utilizadas en ocasiones por concursantes de Gran Hermano para conseguir adeptos a su causa, tratándose esta de la propia persona. Ángel ha puesto en su punto de mira a un compañero con el fin de convencer a la gente de su entorno sobre la oportunidad de tener a ese concursante como principal objetivo a la hora de nominar. Eso mismo he visto hacer a Gerardo, en su caso con más descaro y menos precauciones. En esto debemos reconocer que Ángel está siendo un extraordinario concursante, e independientemente de las simpatías personales que nos despierte merecería llegar lejos en el concurso solo por eso.

Ángel consigue desaparecer y dejar de significarse una vez enmierdados los demás, concretamente aquellos a quienes él personalmente ha elegido. Gerardo no tiene esa capacidad para apartarse del frente de batalla, por lo cual creo que se quemará pronto y todo su esfuerzo habrá sido baldío. De hecho, no termino de entender como con su perfil ha logrado llegar hasta aquí, teniendo en cuenta que a muchos nos enerva solamente escuchar su forma de hablar tan pija, característica de cierto tipo de gente en una ciudad como Madrid. Además de sus formas contenidamente provocadoras siempre, capaces de sacar de quicio al más templado sin que se les pueda acusar de violentos. Esa astucia para ocultar la violencia, maquillándola de buenas y educadas formas, me ha repugnado siempre.

El objetivo de Gerardo la semana pasada era Hans, y una vez logrado el objetivo de su expulsión ahora maniobra en contra de Arturo. En realidad su objetivo es sacar a la palestra a Laura, desquiciando a esta concursante mientras espera que caiga la "fruta madura" de Saray, según sus propias palabras. Como ambas empresas son consideradas fáciles por Gerardo, no duda en combinar la estrategia nominatoria acordada con Carolina y para la que disimuladamente pretenden ambos sumar a Tatiana, con el machaque público y continuo contra Arturo. Lo que pretende con eso es reformar el pensamiento, o bien podríamos hablar también de lavado de cerebro, tanto de algunos compañeros de encierro como de la audiencia votante.

Lamento el tono quizá excesivamente didáctico de mis palabras, pero necesitaba hoy pararme un poco a analizar la situación desde cierta perspectiva global, prescindiendo del detalle con el que puedo narrar un hecho concreto. Siguiendo la narración de la madrugada del domingo al lunes hecha aquí por lmedina, una de nuestras auténticas joyas, y viendo los vídeos de esas horas, creo que no es difícil llegar a estas mismas conclusiones de los párrafos anteriores. Ahora bien, contado de esta forma se están beneficiando mucho personajes como Gerardo, Carolina o Tatiana, porque viéndoles en acción, planificando sus nominaciones, desprestigiando a algunos de sus compañeros y mostrando su ladina pretensión de sacar de quicio y hacer daño a otros, uno pasa de valorar una táctica en el juego a sentir cierto rechazo y hasta repugnancia hacia dichos personajes.

No quiero ser duro porque ya he empezado diciendo que esto es un juego, y hasta el jugador más sucio y marrullero se merece el respeto personal y el beneficio de la duda sobre si se comporta demostrando idénticos o parecidos valores en su vida aparte de su deporte. No sé si en lo personal son buenas personas o escoria de la sociedad, y no me interesa saberlo porque solamente deseo valorarles dentro de este juego. Ahora bien, no deja de llamarme la atención que hayan aprendido tan pocas cosas tras tantas ediciones de este programa. No se trata de que atiendan a esos decálogos que a veces me da por hacer sobre lo que debe evitar un concursante de Gran Hermano. Basta con que aplicasen el sentido común.

¿Por qué pusimos en la calle con porcentajes históricos a los primeros expulsados de esta edición? Está claro que no por hacer sus estrategias, precisamente lo mismo que a concursantes de otras ediciones les otorgó las simpatías de una amplia mayoría del público, y no hace falta ni decir a quien me estoy refiriendo. El problema no fue ese sino que se descubrieran como unos pésimos estrategas y, además, otorgaran un trato excesivamente poco respetuoso a aquellos compañeros a quienes decidían sacrificar en el juego. Pues bien, estos al lado de Gerardo eran unos angelitos inocentes. El de Majadahonda no solamente quiere poner en la picota a Laura, sentándola con él mismo y Carolina (el balancín de nuevo), sino que pretende sacarla de quicio para garantizarse que será la expulsada de la próxima semana. Repito una frase que ya escribí aquí hace unos días: eso no es hacer juego sucio, es ser sucio.

Al lado de esto que cuento, resulta casi intrascendente escuchar a Tatiana decir esto, refiriéndose a Indhira y a sus espaldas: "Te pego un puñetazo en toda la cara que lo vas a flipar. Y claro, ella sabe que soy capaz. ¡En todos los dientes! En todos los dientes para que se quede sin paletas, ¿vale? Que a mí eso es lo que me enseñó mi tío. Gracias, buenas noches. De los pelos no me han enseñado". Prometo que es la primera vez en nueve años que me da un poco de coraje hablar de estos personajes, no me vayan a mandar al tío este que tan buenas y edificantes enseñanzas debió darle a su sobrina. Claro, ahora podrá aparecer la amiga de Tatiana para desmentir lo dicho, y yo la creeré con toda mi buena voluntad, pero lo dicho queda ahí. ¿Que es excesiva y se le va la fuerza por la boca? Puede ser, pero particularmente agradecería una menor protección a los concursantes y mayor cuidado con aquello que dicen. La violencia verbal es tan peligrosa como cualquier otra manifestación violenta.

Para quien no lo viera (a este cronista le pilló durmiendo sus escasas dos horas y media de ese día) contaré que lo anterior ocurrió la madrugada del pasado domingo, tras los patéticos momentos de la borrachera de Indhira, a quien solo tres copas le hicieron un efecto insólito y estuvo mucho tiempo riendo por la ocurrencia de denominar a su proyectil de pan mojado en lasaña como el MNI (Montadito No Identificado). Al final casi tenemos un disgusto porque llegó a recoger media loncha de jamón york del suelo, según le estaba exigiendo Tatiana, y no pudo por menos que lanzarlo dentro del coche de la prueba, casi a la cara de la rusa. Todas las alarmas se encendieron en ese momento. Tras todo esto vinieron las charlas entre los tres protagonistas antes citados, a las que se unió Toscano después de autorasurarse el pelo. A esa madrugada habremos de volver en días siguientes, como si lo viera.

Y ya dejo de dar la chapa comentando algo que hace días tengo pendiente. Ya expresé hace mucho mis reservas y pocas simpatías por las repescas. La de esta vez me da especial reparo, si cabe. Esto es así por dos razones, porque tres repescados me parecen muchos y, además, porque salieron con tan aplastantes mayorías que aunque nos los intenten vender de nuevo no es fácil haber cambiado nuestra idea sobre ellos en tan poco tiempo. Pero hay un argumento que no termino de entender, aunque lo esté viendo repetido durante días. Se dice que costó dinero echarles y ahora costará igualmente volver a expulsarles, lo cual se presenta como una razón por la que la repesca es injusta. Se obvia en este argumento que tras los precedentes de ediciones anteriores quien vota para expulsar a un concursante ha de ser consciente de que posiblemente se produzca una repesca que le devuelva a la casa. La supuesta estafa (palabras demasiado gruesas) hubiera podido ser el primer año, pero ahora ya sabemos a lo que atenernos, ¿no es cierto?

[Dejo cartelera, hoy a propósito de Ángel. Recuerda que puedes votar aquí para elegir uno de los tres repescados. Y puedes seguir participando en el Test de Gran Hermano, donde podrás probar tu nivel de conocimientos sobre la historia del programa].