Triste final sin Marta

telecinco.es 11/12/2015 10:01

‘A buen fin no hay mal principio’ es una comedia de William Shakespeare, también conocida como ‘Bien está lo que bien acaba’ (‘All’s well that ends well’, en inglés), y también podríamos traducir ‘Todo está bien si termina bien’. En todo caso, bien se puede dar la vuelta a la frase y decir que ‘No está bien lo que mal acaba’. O, como dicen en la película ‘El exótico hotel Marigold’: “Al final todo sale bien, y si no sale bien es que no es el final”. Por suerte, todavía hay tiempo de mejorar este final. Aunque no será, en ningún caso, un final alegre.

No puede ser alegre un final sin Marta. Más bien todo lo contrario. Anoche se marchó la alegría de la casa. Esa concursante a la que algunos tardaron en descubrir mientras otros ya lo habíamos hecho, pero cuya evolución fue tan positiva que empezó siendo la más odiada por algunos y a la que esos mismos terminaron adorando. Será un triste final sin Marta. Y si no sale bien es que no es el final.

Hace unos años, al día siguiente de la expulsión de otra Marta, escribí esto: “Marta salía anoche dejando a varios compañeros desolados y a media audiencia llorando. No se puede decir mucho más de lo dicho sobre el paso de Marta por la casa. Su historia ha sido la de una concursante de las de verdad, de aquellos que hicieron grande este programa durante años. Ella fue protagonista sin pretenderlo y sin necesidad de forzar una historia de amor. Su protagonismo vino por una personalidad arrolladora y carismática. También por su predisposición permanente e inagotable a ayudar a los demás”. Lo escrito a la niña querida de la pinza vale también para esta otra Marta, reina del ‘piqui-piquí’, esencia de Gran Hermano.

Se preguntan algunos por qué esa pasión por esta concursante. Necesito explicarlo y como no es este el momento voy a hacer una excepción con Marta, la de los dramas, la que repartió tanto y tanto cariño sin pedir nada a cambio, esa que nos proporcionó contenidos sin fin, contribuyendo como nadie al espectáculo. Solo esto ya lo explicaría, porque Marta ha sido un auténtico lujo de concursante, el premio soñado por cualquier responsable de un casting que nunca sabe dónde aparecerá la joya esperada. Por eso haré la excepción de dedicarle su daguerrotipo aun después de haber salido de la casa, porque nunca debió esto quedar así, y porque bien ha de acabar lo que empezó bien.

Suerte la salida de Marta porque no quiero imaginar lo que hubiera sido una gala sustentada en la entrevista a un Carlos incapaz de hilar un par de días con coherencia. Como dijo el dictador en el mensaje de Navidad después de que asesinaran a su primer ministro: “No hay mal que por bien no venga”. No voy a dar por bueno que nos hayamos quedado sin Marta cuando todavía quedan casi dos semanas de concurso. Ni siquiera levantar una gala lo puede justificar. Si es cierto que el hecho de no tener a Marta en la final allana el camino para el triunfo de Sofía.

Dije el pasado lunes en MorninGlory, el programa de Radioset, que si llegaban a la final Marta y Sofía se podía dividir el voto, lo cual vendría a beneficiar al tercero de la terna de finalistas, que posiblemente sea Aritz. Si analizamos los porcentajes ciegos que conocimos antes de las dos expulsiones de la noche, nos encontramos con que el primero tuvo un menor incremento que el segundo tras la salida de Carlos: 2,2 puntos porcentuales subió el mejor clasificado, frente a los 2,8 puntos del segundo. Se repartía el 9,7 % de Carlos, el menos votado en un principio. Los otros 4,7 puntos se dividían entre esos tres concursantes con porcentajes casi igualados antes de la segunda salida de la noche.

El tercero ganaba 2,3 puntos, 2,2 el segundo y 1,3 el tercero, que fue Marta. Está claro que los votos de Carlos fueron en mayor medida al segundo clasificado. No hace falta decir que este concursante prefería el triunfo de Aritz, el prefinalista con quien tenía mejor relación. Puede ser un espejismo, pero los datos parecen estar indicando tímidamente quién puede estar perdiendo el maletín ahora mismo.

Si consideramos que la cosa está entre Aritz y Sofía, faltaría por comprobar cuál de los dos concursantes casi igualados a poco más de un 13 % saldrá de la casa antes de la final. Si bien es cierto que tanto Han como Nied han tenido buena relación con esos dos compañeros, la salida de Han beneficiaría a Aritz en la misma medida que la de Nied haría lo propio con Sofía. Respecto al final de la gala anterior, el más votado ha incrementado en 4,3 puntos su ventaja (de 32,7 % a 37,0 % frente a un inamovible 24,1 % del segundo puesto).

Para la primera salida mandaron a Marta y Aritz a la sala de expulsiones y a Sofía y Carlos al ‘confe’, mientras que Nied y Han permanecían en el salón de la casa. Después, se fueron enterando gradualmente de que Carlos había protagonizado la primera salida de la noche, aunque en ese momento no sabían cuántas bajas iban a tener y temían quedarse solo tres. Quiero achacar a los nervios el frío recibimiento de la noticia de que Sofía se había salvado al volver del ‘confe’ sin Carlos.

Carlos ha sido uno de los concursantes más grises y prescindibles de cuantos han pasado por esa casa en esta edición. Y posiblemente contando también las quince anteriores. Antes de que se terminase de descubrir su secreto y pudiese hacer relación de pareja con Ivy en la casa, Carlos no logró destacar a pesar de su asociación inicial con Suso y Vera. A ese trío se unió Muti y se autodenominaron ‘Los cuatro fantásticos’, aunque Carlos y el recién llegado al grupo competían por ser el más invisible.

Pronto se malogró esa asociación de concursantes, aunque Carlos siguió ligando su concurso a los chicos, especialmente aquellos con quienes pudiera coincidir haciendo una tabla de gimnasia. No se llevó bien con Quique porque creo que comparte con Suso la aversión a las bibliotecas. Tampoco ha hecho buenas migas con Vera ni con Han. Del primero no debió gustarle que estuviera más interesado por un par de chicas que por los más machotes de la casa. Es entendible que tampoco se convirtiera en su gran amigo siendo Ivy una de esas mujeres. En cuanto a Han, posiblemente enmascaró con la crítica a su poco discutible labor de cocinero un rechazo personal hacia alguien tan distinto a él.

Carlos se mostró anoche tan gris y sin sustancia como en sus casi tres meses de encierro. Tan larga permanencia pasa a formar parte de los secretos de esta edición. Se me vislumbra que será más difícil desentrañar ese secreto que el de la aparición de Aritz en el vídeo de Han, cosa que no fue descubierta en la casa cuando el pasado martes pudieron ver el vídeo de presentación del chino. Algo de humillante tiene que salieran la misma noche Marta y Carlos, que son el día y la noche, un concursante anodino al lado de una auténtica joya.

Coinciden bastante algunas de las críticas a Marta con las que se hacen a Sofía, tanto entre parte de la audiencia como por quienes fueron sus compañeros de encierro y hoy ocupan una fila cero pocas veces tan repleta de reventados. Llaman falsa a Marta, pero todos sabían lo que ella pensaba antes de abandonar la casa. Se ha enfrentado a todo bicho viviente, lo cual debe saber particularmente bien Raquel. Por eso no se entiende que en su alegato en contra del martes diga que lo dice todo por la espalda. Claro, como cuando la llamó a ella “mala pécora”. Por poner un ejemplo.

Por otro lado, estoy ya un poquito harto de ese discurso oportunista sobre decir o no las cosas a la cara. No sé cuál es el motivo para que nadie le diga a otro nada a la cara en lugar de comentarlo con terceros si no se trata de un amigo o alguien especialmente afín por el motivo que sea. A los amigos se les ha de decir la verdad, aunque también existen unos límites relacionados con la delicadeza y el deseo de no dañar ni ofender innecesariamente. Pero, desde luego, no hay ninguna necesidad de decir nada a quien no es amigo.

En realidad, lo criticable sería si acaso que alguien ponga buena cara por delante y ande haciendo trajes a la espalda, o directamente dando puñaladas traperas. O sea, lo que ha hecho Suso con casi todos por poner un ejemplo. Sin embargo, a él le reían las gracias mientras que a Marta la intentan crucificar. Me gustaría saber si estos que tanto hablan de decir las cosas a la cara no han criticado nunca a un jefe hablando con otro compañero o un amigo. ¿Acaso se lo dijeron a la cara? ¡Venga ya!

Anoche pasaba algo parecido con Sofía, que criticaba a Aritz tras quedarse sin su amiga Marta. La hija de Maite no entiende que el del sombrero pueda llegar a ganar este concurso, y en eso me representa completamente. Algunos criticaban anoche que Sofía lo hablase con Nied en lugar de decírselo a la cara directamente a Aritz. ¿Qué necesidad? Si Sofía dice que Aritz no puede ganar esto es que tiene miedo. Si dice que todos lo merecen estaría siendo una hipócrita. Del mismo modo que si no se lo dice a Aritz es falsa, pero si lo hiciera la llamarían follonera. Un poquito de coherencia, por favor.

Si este gato pacífico hiciera eso que pedís a Marta o Sofía, pero solamente a ellas porque cuando otros comentan a la espalda son putos cracks, tendría que ir a mi panadero y decirle: “Oye, tú, gilipollas, ponme una barra gallega”. Y a la kiosquera le diría: “Antipática, El País”. Pues no lo haría ni harto de grifa, por mucho que pueda comentar en el petit comité de mi casa lo que me parecen los tenderos de mi barrio. Conste que los ejemplos son solamente eso porque son todos ellos maravillosos seres. Y tal y tal.

Así las cosas, dependiendo de las simpatías de cada cual si un concursante discute es un enemigo de la convivencia y si se reprime un mueble. Marta y Sofía son, por otra parte, ejemplos opuestos de que la audiencia no pide a todos lo mismo en este concurso. Ambas han llegado a la fase final, pero mientras que una centró su concurso demasiado en sus relaciones con los chicos, la otra se mantuvo siempre fiel a su Lester, la auténtica carpeta de esta edición. A cada uno le pedimos una cosa distinta, y a todos que sean de verdad.

Que Amanda hable de mala educación es un sarcasmo que tendría gracia si lo dijese otra persona, porque ella no es graciosa. Así de simples son las cosas, por mucho que duela. Mofarse de Marta por haber salido de la casa anoche, dejando solamente a cuatro compañeros en la casa y a menos de dos semanas del final, solo se puede entender como una forma de exteriorizar la propia frustración. Amanda salió en la séptima expulsión y fue expulsada en una nominación junto a otros cuatro.

En contraste con lo anterior, Marta no ha sido expulsada nunca, sale como quinta finalista y siendo víctima de una concentración de votos que la propia Amanda y otros exconcursantes también han promovido. A nadie se le escapa lo curioso que resulta ver a Amanda defendiendo a Aritz para ganar el concurso cuando su amigo en la casa (aparte de Suso) fue Han. ¿Y ese giro tan curioso? Se llama voto útil, lo mismo que llevó anoche hasta el plató a Marta.

Otra cosa es cuando el voto útil se ha de conciliar con las posibilidades que da el programa a exconcursantes para seguir siendo promovidos. Es decir, los contra-alegatos y otros regalos a aquellos que la audiencia decidió expulsar. Con frecuencia la audiencia decide desembarazarse de aquellos concursantes cuya presencia se hace más molesta, con lo cual es muy discutible la decisión de darles tanto protagonismo tras su salida.

El caso más paradigmático de esto que digo es Suso, que cambia de favorito para ganar más de lo que se cambiaba la camiseta aquella de rayas dentro de la casa. Hizo un par de alegatos en contra de Aritz, pero luego vio la luz y sin que nadie influyera en su criterio repentinamente cambiante pasó a elegirlo como su favorito para ganar. Me gustaría saber ahora si volverá a cambiar dependiendo de lo que signifique la posible vuelta de algunos concursantes a la casa.

Suerte que anoche Mercedes puso cordura y supo dejar a Marta en el lugar que le corresponde, el de una magnífica concursante que muchos hubiéramos querido ver llegar a la final como la representante de las embrujadas que más se lo tenía merecido. Nunca he estado de acuerdo con los votos en positivo porque Gran Hermano es visceralidad y no se entiende sin audiencia castigadora que se siente un Dios ocasional. Por esto mismo, pongo en duda que tan larga fase de votos para ganar sea lo mejor para llegar con los mejores concursantes hasta la final. Creo que Marta no habría salido anoche votando en negativo.

Thug Life

Publicó esta semana J. K. Rowling un tuit en el que habla de uno de sus personajes. El texto de esa publicación dice así: “Qué horrible. Voldemort estaba lejos de ser tan malo”. Ella lo escribe en la lengua de Shakespeare, una manía que tienen los ingleses. Pero viene a traducirse así.

En primer lugar, pudo pensarse que se refería a Donald Trump, ese candidato a la presidencia de EE. UU. que va con capota de pelo en la cabeza. Más que nada por el enlace al final del tuit lo digo. Pero déjeme el lector que fabule y me haga ilusiones de que la autora de la saga ‘Harry Potter’ se estaba refiriendo en realidad a nuestro Voldemort, aquel que tal vez debería seguir sin nombrar.

Moleskine del gato

Mercedes nos dejó extrañados y pensativos anoche al adelantar algo de lo que va a suceder de aquí al final. Aunque parecía imposible mantener tanto tiempo la casa con solamente cuatro concursantes parece que esto puede pasar. Apuesto que las visitas de exconcursantes, así como de seguidores del programa, serán fugaces y solamente durante alguna de las galas que quedan.

Pienso que lo de las visitas de exconcursantes puede ser algo parecido a lo ensayado en el último GH VIP con el juez Chamorro y esos juicios sumarísimos y rápidos que tan buen resultado dieron entonces. Entonces ese era el primer contacto que tenían con su propia realidad vista en un plasma. Ahora les pillaría menos por sorpresa porque algunos se han hartado a ver vídeos mucho antes de salir. En cuanto a lo de los seguidores del programa, se hizo algo parecido en GH 14, aunque fue una visita tan fugaz que casi ni recuerdo.

Y un último apunte para agradecer que pudiéramos ver entera anoche la secuencia del tocamiento de tetas entre las embrujadas. Momento inenarrable que vale por decenas de repetitivas discusiones y reconciliaciones entre el matrimonio 'Hanaritz'. Luego querían algunos que fueran a la fiesta. Nos hubiéramos perdido ese momentazo. Hasta los chicos hubieran querido estar ahí en lugar de escuchando a Perales. ¡Por lo más sagrado! ¡Perales!