Vamos a contar mentiras

telecinco.es 26/11/2009 08:18

(Tralará...)

La historia vendría a resumirse más o menos así:

Indhira y Arturo eran amigos que de vez en cuando se acostaban juntos y más de vez en cuando todavía tenían relaciones sexuales. No les unía nada más, el vasco le insistió en multitud de ocasiones que fuera de la casa no tendrían nada, hablándole de su complicada situación personal o sus tres hijos de tres mujeres distintas, además de llamarse medio borracho. O sea, todo lo contrario a lo que necesitaría la malagueña. Ella nunca quiso aceptar la realidad y tenía esperanzas de que la relación entre ambos llegase a más, sin que nada le pudiera indicar esa posibilidad. Arturo jamás le insinuó que tuviera ligazón sentimental ninguna, limitándose todo a una pura conveniencia de resolver la apetencia sexual entre dos personas que no se desagradan físicamente.

Entonces discutieron por tonterías y tras ofenderse gravemente dejaron de dormir juntos, acabando con su relación claramente deteriorada. En ese momento, el programa les cambia de casa a ellos dos y también a la pseudopareja formada en aquel momento por Tatiana y Toscano, que curiosamente también habían tenido momentos tensos tras los cuales nunca volverían las cosas a ser lo mismo. En su nueva casa no estaban solos sino que minutos después de entrar aparecieron Carolina y Carol. Recordemos que Arturo e Indhira apenas se hablaban entonces.

Al día siguiente del encuentro entre habitantes de las dos casas tuvieron la habitual fiesta de los viernes. La fiesta se prolongó con una larga conversación entre Arturo y Carol. Dada la cercanía de sus lugares de residencia ambos habían conectado bien desde el primer momento. Indhira, sin ninguna justificación, se sintió celosa y desde ese momento se la juró a su nueva compañera. Sin que entre aquellos dos concursantes hubiese nada en esa semana, Indhira estuvo llorando y penando porque pensaba que esa otra mujer se estaba inminscuyendo en una relación rota de antemano.

Llegó entonces a pedir explicaciones a Carol, respondiendo afirmativamente al ofrecimiento hecho por esta de alejarse de Arturo para evitarle sufrimiento alguno. Indhira estaba siendo egoísta, pretendiendo limitar las relaciones sociales de Carol en esa casa, mientras que esta mostraba generosidad y buen corazón al brindarle en bandeja de plata la posibilidad de su posible reconciliación con Arturo. La semana finalizó con la salida de Carol pues sus compañeros decidieron que preferían la permanencia en la casa de Carolina, momento que Arturo aprovechó para ofrecerle agradecido una pulsera suya como regalo de despedida.

Días después, Arturo quiso mejorar su relación con Indhira en aras a una buena convivencia, razón por la cual llegó a decirle que había utilizado a Carol para darle celos, pero ni siquiera le gustaba. Ambos volvieron a retomar el mismo tipo de relación que siempre habían tenido, cimentada básicamente en el sexo. Esto fue así hasta producirse el regreso de Carol repescada por decisión de la audiencia, posiblemente para posibilitarle que viviese esta experiencia al completo, pudiendo nominar y experimentar todo lo que conlleva ser concursante de Gran Hermano. Indhira mostró su paranoia anti Carol antes de su regreso, simplemente por conocer la vecindad de algunos antiguos compañeros en la casa de al lado.

El simple hecho de un baño en el jacuzzi hizo que Indhira entrara en fase depresiva, aprovechada convenientemente para llorar en el confesionario con el fin de dar pena a la audiencia. De nuevo eran injustificados sus temores, porque la pobre Carol ni siquiera le había reprochado sus insultos en el confesionario, donde la palabra "zorra" había salido de su boca decenas de veces posiblemente. La buena voluntad de la repescada era demostrada al querer olvidar ese episodio del pasado para poder comenzar una nueva andadura sin rencores. Y así llegamos al día de ayer en que Indhira quiso quedar como quien tenía mejor voluntad de entre las dos al ir a hablar con Carol presuntamente de buen rollo.

(Por el mar corren las liebres, por el mar corren las liebres, por el monte las sardinas, tralará, por el monte las sardinas, tralará, por el monte las sardinas).

Pues bien, basta ya de mentiras. Perdón por reescribir la historia más o menos del modo que vengo escuchando contar desde hace días. ¿Qué digo días? Hace semanas que hay quien nos está intentando vender una versión edulcorada y falsa de esta realidad. La verdad tiene muchas caras, y cada uno tenemos la nuestra propia. No se trata de una versión actualizada de esa frase recogida en el evangelio según San Juan, puesta en boca de Jesús: "Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres". La verdad está en cada uno de nosotros, y utilizamos nuestra libertada individual para contarla a los demás.

No se trata, por tanto, de pontificar sobre lo sucedido, pero sí de contar una historia que yo veo rotundamente diferente a como he tenido el gusto de reflejar en los párrafos precedentes. Por eso daré ahora una vuelta de tuerca a la historia narrada, metiéndola en la lavadora que le da el lustre de la verdad, aportando algunos detalles omitidos previamente. No se trata de que nada de lo anteriormente dicho sea estrictamente falso, pero sí lo es el conjunto, dado que se han omitido datos importantes cuyo conocimiento anula algunas conclusiones. Ayer veía a Saray en el resumen diario diciendo que intentaba tener una visión objetiva sin dejar que primase su buena relación y el cariño que tiene por Indhira. El problema es que le faltan datos, ignoro si porque los olvida o sencillamente los ignora.

(Tralará...)

Indhira y Arturo tenían algo más que una relación basada en el sexo. Ambos compartían su vida en la casa, pasaban mucho tiempo juntos, se protegían mutuamente y se daban muestras de cariño. Ambos le dijeron al otro que empezaban a estar pillados, utilizando el léxico de Indhira sería estar fritos el uno por el otro. Pasaron entonces de los "abrazos y besos frescos" al sexo, lo cual sucedía mientras Arturo reconocía en el 'confe' que empezaba a tener sentimientos por su compañera. A ella, por un lado le decía que no era el hombre más adecuado y por otro no dejaba de mostrarle su interés, lo cual justifica sobradamente que Indhira diera por sobrentendido cierto compromiso en la relación de ambos.

De entre todas las muestras o indicios que pudo tener para considerar cierto compromiso entre Arturo y ella, la principal fue un episodio sucedido el mismo día que se produjo la entrada en la casa de Gerardo. Al comentario de este sobre que tenía a cinco mujeres a su disposición en esa casa, Arturo le respondió que no eran cinco sino cuatro, añadiendo: "Indhira es mía, chaval. No te flipes". La muestra de propiedad, condición indisoluble al enamoramiento o relación de pareja en las sociedades monógamas occidentales, dice mucho más que otros miles de detalles. Con esa frase, Arturo estaba poniendo las cosas claras y, de algún modo, impidiendo que Indhira se pudiera plantear una posible relación con otro chico en la casa. Si a esta concursante le hubiera gustado Gerardo mismo, por no buscar otro ejemplo, se hubiera dado con el muro cortafuegos puesto por Arturo y su "Indhira es mía".

Tras la pérdida de respeto entre ambos y su paso a la otra casa, Arturo da pequeños pasos en varias direcciones. Nada más entrar le vuelve a dirigir la palabra a Indhira diciéndole: "Estás muy guapa con ese vestido". Esto se produce antes de saber que hay más habitantes allí. Luego aparece Carol y llega la conocida fiesta del día después, tradicional cada viernes. En la misma esta concursante se centra mucho en Arturo, sin apenas hablar con los demás, salvo el sueño que le cuenta directamente a Indhira: "He soñado que me daba un muerdo Arturo". Acompaña el relato del sueño con la descortesía de decirle que sus padres pensarían que era una fresca si hace tal cosa. Teniendo en cuenta que se lo está diciendo a Indhira que ha llegado a disfrutar con Arturo de una hora sin cámaras para tener sexo, es poco menos que insultarla y menospreciarla en su propia cara. No hace falta decir ciertas palabras para dar a entender las ideas que encierran.

Cuando la fiesta termina y es el momento de retirarse a la cama, Arturo y Carol deciden quedarse en el jardín para ir después a pedir media botella de vino al 'confe' y continuarla ellos dos solos. Desde el dormitorio, Indhira se siente en cierto modo traicionada y teme a Arturo sabiendo lo que él siempre le ha contado sobre sus relaciones con las mujeres. Ese mismo fin de semana, Carol provoca una situación crítica en su relación con Indhira, cosa que debía haber previsto pues conocía su relación con Arturo y lo reciente que estaba el alejamiento entre los dos, producto de una grave discusión. Carol pronuncia la frase fatídica: "No he podido espiar apenas nada porque como Arturo me estaba metiendo mano". Es una broma, pero a Indhira le hace entender que entre los dos hay más que palabras.

Indhira piensa que ciertamente están teniendo contacto físico, por lo cual teme que en cualquier momento les pueda encontrar teniendo sexo en algún rincón de la casa. No es tan solo una paranoia injustificada, sino que la propia Carol había abonado esos temores con la broma relatada. Luego viene la charla reclamada por Indhira en la que pretende evitar que de los supuestos tocamientos pasen a más, entre otras cosas porque Arturo antes de la muy reciente discusión que enfrió la relación entre ambos, había dejado claro que eran pareja al impedir que un tercero se inmiscuya. Ese parecía el asimétrico concepto que tenía Arturo de su relación con Indhira: ella es suya y nadie puede venir a meterse de por medio pero, sin embargo, él puede dejar que venga a meterse otra mujer.

Carol sabía que estaba irrumpiendo en una relación que, de momento, simplemente se había enfriado tras un par de sonoras discusiones. Su regreso a la casa, al ser repescada con los votos de un público que busca el morbo del posible daño en dos concursantes, se produce con dos objetivos. Saldar cuentas con un Arturo que tras su salida la menospreció, y con quien no desea tener nada según ha manifestado aquí fuera y allí dentro por activa y por pasiva. Este quitó hierro a lo sucedido preocupado por su imagen ante la audiencia, de igual forma que ahora interpreta que si el público ha votado a esta concursante para la repesca quiere decir que podría apoyar su acercamiento hacia ella. Por otra parte, también quería la cántabra pedir explicaciones a Indhira sobre el exabrupto repetido por esta en el 'confe' al llamarle zorra. De momento, no ha hecho ninguna de ambas cosas, acercándose de nuevo amablemente a Arturo, llegando a disponer las condiciones más confortables en el jacuzzi para bañarse a su lado. Y hasta ayer tarde no se habían cruzado apenas la palabra Indhira y ella, lo cual hicieron a iniciativa de aquella.

(Empecé a tirarle piedras, empecé a tirarle piedras, y caían avellanas, tralará, y caían avellanas, tralará, y caían avellanas).

Hasta aquí el juego de versiones comparadas. En realidad es no salir del bucle en el que llevamos semanas metidos, precisamente un día en que el cuerpo me habría pedido pasar de este falso triángulo amoroso. Pero no podía dejar pasar la oportunidad de decir que con todo lo exagerada que a veces parece la reacción de Indhira, una cosa es eso y otra escuchar o leer poco menos que es una loca peligrosa. La loca ya salió de la casa y no se espera su regreso. Su dolor está justificado y también la desconfianza que demuestra. Ni burbujas, ni egocentrismos, ni celos enfermizos. La realidad explica su sentir. Un sentir sobre el que no tenemos mucho control nunca, al menos a mí también me pasa. Es tan simple como eso.

Otra cosa es que Indhira haya emprendido una campaña para expulsar a una concursante que le resulta molesta. Es parte del juego y cada uno es libre de hacer lo que considere, pero me parece hipócrita y algo falso que lo plantee del modo que lo ha hecho. Realmente no quiere que sus amigos nominen a Carol y a ella misma para quedar expuestas ambas. Quiere que nominen a Carol y lo suaviza con la doble opción en la confianza de que, al menos Toscano y Saray, no la querrán nominar a ella en ningún caso. Al final igual hasta lo consigue. Anoche terminaba de convencer a una Saray que es un pedazo de pan y cuando ya se marchaba del dormitorio se aseguraba de esta forma: "Pero nomínala, eh". No dijo "nomínanos". Está claro su juego, que ignoro cómo va a acabar.

De la conversación que tuvo Indhira con Carol a iniciativa de la primera, decir que esta noche tendremos cumplida cuenta porque la realización apenas nos dejó entrever pequeños fragmentos salteados con otras partes de la acción en la casa. Mi conclusión es que hubo buen rollo en general, y ambas demostraron voluntad de convivir en paz, lo cual no es poca cosa. Especialmente curioso me pareció la reacción del resto en ese momento. Carolina decía: "Ahora mismo, como si queremos prender fuego a la casa. Las cámaras están pasando de nosotros". "Somos un cero a la izquierda", añadía Saray. No exactamente, ya nos hubiera gustado que así fuera.

Un detalle y la tradicional cita de todos los buenos aficionados para esta noche. Carolina dice: "Los gatitos son animales ridículos. ¡Que se los lleven a los restaurantes chinos!". Te la has ganado, lo que has dicho no tiene perdón. Esta noche tenemos una fiesta con Mercedes Milá como anfitriona. Entre las expectativas tendremos el modelo vegetal que haya preparado Mayte Méndez de Vigo; la expulsión a decidir entre Carolina, Tatiana y Gerardo (posiblemente sea él); las nuevas nominaciones, que en la casa sospechan pueden ser especiales, en positivo o algo; y todo lo que ha dado de sí la semana y el interminable culebrón al que he vuelto a dedicar casi todo el espacio de hoy. A quienes hayan sido capaces de llegar hasta aquí les emplazo hasta la gala de esta noche, como hago cada jueves.

[Esta tarde tengo una nueva cita para responder lo que queráis saber. A las 19.00 horas nuevo encuentro digital. Ya puedes dejar tus preguntas. Os espero. Recuerdo también que puedes seguir participando en el Test de Gran Hermano, donde tienes oportunidad de probar tu nivel de conocimientos sobre la historia del programa].