Alejandra, casi más que una promesa

telecinco.es 16/12/2014 08:39

A dos días de la final solamente me quedan los perfiles de dos de las finalistas, las que parecen tener más posibilidades de convertirse en ganadoras de esta decimoquinta edición de Gran Hermano. Hoy le toca a Alejandra, aunque antes quisiera hacer una reflexión sobre las tres finalistas. No todo vale para defender a nuestra favorita. Los concursantes que llegan hasta aquí lo hacen por merecimiento propio, en la mayoría de ocasiones, y otras por circunstancias del juego ajenas a ellos mismos. No podemos culpar a un concursante por no haber sido nunca nominado, por ejemplo, aunque en este caso eso no ha valido para salvarse de las cuatro últimas expulsiones, que han sido votando en positivo.

Sea como sea, no hay razón para descalificar a un finalista por serlo, pero es que esta vez tampoco veo de dónde nos podemos sacar críticas incendiarias hacia ninguna de las tres. Me sorprendía escuchar en el último debate gruesos calificativos por parte de algún colaborador. ¿De verdad alguien piensa que lo merece alguna de ellas? Son tres chicas con sus virtudes y defectos, que han hecho un buen concurso, nos han entretenido durante tres meses y merecen el premio las tres. Otra cosa son nuestras simpatías o preferencias hacia una y otras, pero me parece juego sucio pretender beneficiar a una concursante calificando a otra de lo que no es. No vale todo. Además, esto es un juego, no lo olvidemos.

Y ahora sí voy con el daguerrotipo de Alejandra, casi más que una promesa. La prima grande me ha dejado en muchas ocasiones con la miel en los labios, deseando que respondiera a mis expectativas más allá de cómo lo estaba haciendo. No será por falta de ganas, porque he deseado muchas veces que terminase de rematar y poder considerarla más que una promesa. A punto estuvo en un puñado de ocasiones, aunque en realidad solo un par de veces me quedé tranquilo pensando que sí, ella podía. Con todo, el balance final es que se ha quedado en un casi, tal como ese “uy” que se escucha en el campo de fútbol cuando un equipo está a punto de materializar un gol por enésima vez en el mismo partido. Una exclamación con la que la afición casi quisiera empujar el balón para hacerlo estrellar contra la red de la portería.

Alejandra le metió un gol a Luis aquel día que pretendía darle lecciones de comportamiento en el vestidor, bendito lugar donde han pasado tantas cosas importantes. Ese día nos ahorramos el “uy” y aplaudimos hasta con las orejas, porque descubrimos la Alejandra que nos hubiera gustado contemplar durante todo el concurso. Una Alejandra coherente, afrontando la situación con valentía y, sobre todo, sin reprimir su carácter. Lo hizo aunque después le costase un disgusto, porque a ella le alteró siempre enfrentarse a un compañero. Pero eso no fue impedimento para que defendiera lo que piensa y lo hiciera sin ningún miramiento.

El otro momento en que Alejandra se puso al mando y se hizo con la situación fue enfrentándose a Fran la noche que el apoderado creyó escuchar campanas que no supo identificar, solo que venían de la cocina, y allí se fue cámara en ristre para meter un poco de bulla. A Alejandra le pilló en medio porque ni siquiera quiso Fran concretar a quién se estaba dirigiendo. Las balas rozaban su cuerpo y la albaceteña tenía entonces dos opciones. Una hubiera sido apartarse para evitarlas, la otra ponerse el chaleco antibalas, armarse de valor y enfrentarse al francotirador.

En la vida real cualquiera de las opciones son válidas, y es el propio carácter del individuo o su disposición de ánimo lo que termina decidiendo. Sin embargo, en Gran Hermano solo cabe la segunda opción, porque la primera conlleva indefectiblemente la decepción de una parte importante de la audiencia. Por suerte, Alejandra tampoco nos decepcionó esta vez, lo cual contribuyó a mantener mis esperanzas de que pasase de ser una promesa a convertirse en la protagonista que pudo haber sido. Estuve siempre convencido de que lo terminaría siendo y, de algún modo, habiendo llegado a la final se puede decir que lo ha conseguido.

Lo malo es que tantas veces prefiriera Alejandra mantenerse en un discreto segundo plano, evitando enfrentamientos y siguiendo su camino de forma excesivamente discreta. Esto le ha proporcionado menos enemigos que Paula, pero también una cuota de protagonismo notablemente inferior. Las dos cosas valen para terminar llevándose el maletín. El hecho de no tener muchos detractores es un punto importante a su favor, aunque este gato maniático se decante siempre por aquel que logró ser más protagonista. En igualdad de condiciones, creo que haber asumido el papel protagonista, aún a riesgo de despertar mayor animadversión, es lo que más debe pesar a la hora de decidir un ganador.

La tendencia por evitar ponerse en primera fila de fuego también se evidenció a la hora de exponerse a la expulsión. Es de todo punto lógico puesto que esa es la batalla más peligrosa. Alejandra renunció en un par de ocasiones ponerse al nivel de sus rivales al exponerse a ser expulsada junto a ellos. La primera vez no le tocaba por turno, lo cual justificaba que no lo hiciera. No obstante, siempre pensé que estaba desaprovechando una oportunidad de oro de demostrar que reconocía a su rival, punto de partida importante para decidir enfrentarse al mismo en condición de igualdad. Nunca gana el que elige la no confrontación.

En la segunda ocasión que podía reconocer al rival sentándose a su lado en la sala de expulsiones sí que era su turno. Sin embargo, prefirió que fuera su prima Yoli quien se midiera a un enemigo demasiado temido, por lo que se vio. Es una demostración de debilidad no recomendable, ni siquiera desde el punto de vista práctico. Como estrategia es un desastre y sus consecuencias van en la misma medida que el resto de mi argumentación. Si Alejandra se hubiera expuesto en estas dos ocasiones a las que me refiero, el déficit de protagonismo que comento hubiera sido menor. Eran dos ocasiones inigualables para salir triunfante, concentrando la atención de la gran audiencia en los minutos de oro de la gala.

Mi interpretación es que Alejandra ha confiado muy poco en sí misma, lo cual le ha llevado a dar pasos para atrás cuando tocaba darlos para adelante, y con gran firmeza. No se trata tanto de una cuestión de valentía como de oportunidad. Por otra parte, con su actitud estaba poniendo en peligro a su prima. Tampoco por esto es una buena elección. Tal vez sea esta falta de confianza lo que ha llevado a las primas a cargar las tintas acusando a sus compañeros de falta de cariño, o presumiendo de haber sido las más nominadas. Ni una cosa ni la otra son exactamente así.

Se quejaban Yoli y Alejandra, amargamente en ocasiones, de que no eran queridas en la casa, pero la verdad es que nadie les ha demostrado una animadversión clara. Cuando Paula fue a expresarles sus reticencias hacia ellas la segunda semana pensé que quería bronca innecesariamente, pero de acuerdo con lo que la propia Alejandra proclama sobre decir las cosas a las claras, la hawaiana estaba haciendo precisamente eso. Entre ellas dos hay una cuestión de piel que impide se puedan tragar una a la otra. También Hugo ha demostrado que no las tragaba mucho, y sus dos enfrentamientos más abiertos, antes referidos, fueron con Luis y Fran, aunque con ambos continuó teniendo un trato cordial, especialmente con Luis, cómplice de juegos y atracones en la cocina en estas últimas semanas.

Por otra parte, las primas siempre han tenido un teórico apoyo de los primos, no en vano fueron elegidas ambas parejas en el convencimiento de que se llevarían bien. La realidad se ha demostrado que era otra, y los dos primos dicen ahora que prefieren el triunfo de Paula. Se lo escuché ayer a Juanma en la fantástica entrevista de ‘Las estrellas de Ro’, realizada por Belén Rodríguez. Pero dentro de la casa, todos estábamos convencidos de que los primos eran el gran apoyo de las primas. Luego vino la alianza con el clan Carabanchel y Vitín se convirtió en pareja de hecho de Alejandra. Está claro que exageraban un poco cuando decían que nadie las quería.

Otra cosa es que haya sido la pareja más nominada, concretamente siete veces. Pero claro, también es la única pareja que ha llegado a la final. Cuanto más tiempo permaneces en el concurso más ocasiones hay de quedar nominado. Sin ir más lejos, la pareja formada por Luis y Fran quedaron expuestos seis veces, solamente una menos que las primas. Pero, lo más importante, es que ellas tuvieron ocasión de turnarse e ir descansando, lo cual psicológicamente es muy importante. También tácticamente.

La comparación es inevitable hacerla con Paula, concursante que más tiempo ha estado sin pareja. Papirrín no le sirvió porque abandonó antes de la primera nominación, por lo que solo Lucía pudo evitarle salir a la palestra en una ocasión, primera y única en que la novia de Omar se enfrentó a la decisión de la audiencia. Hago un paréntesis argumental para comentar lo curioso que resulta tener a Lucía haciendo de regidora o animadora en prácticas en plató, machacando nuestros oídos y nuestra paciencia con sus “ole tú”, sus palmas solitarias, y un sinfín de comentarios sin que le haya sido dada la palabra previamente. Aunque parezca increíble esta concursante fue expulsada tras estar tan solo una semana en la casa. Si llega a estar catorce, como las finalistas, presenta y dirige las galas. Es lo que le falta.

Para cerrar el argumento, después de haber cerrado paréntesis, recordar que Paula estuvo nominada cinco veces, seis si contamos la que le cubrió Lucía. Solo una menos, en total, que las primas juntas. Pero lo justo es hacer esta cuenta por concursante y no por pareja. Porque las circunstancias quisieron que Alejandra se haya sentado en el banquillo de los nominados solamente tres veces (frente a las cuatro de su prima). Por tanto, tres veces estuvo en peligro Alejandra y cinco Paula. Está claro quién podría quejarse por esto.

Alejandra ha sido una concursante a la que hemos aplaudido hasta los pedos, lo cual es bastante sorprendente. Lo he comentado en varias ocasiones en estos meses. Todo lo que hacía nos parecía bien y era recibido por muchos de nosotros con alborozo. Desconozco la razón o el origen de tan curioso fenómeno, pero constato que así fue. Personalmente, con el transcurso del tiempo fui viendo cosas que me apartaron de esta corriente de fascinación continua y permanente. Creo que Alejandra abusa de algo que probablemente hacemos todos, acusar a los demás de aquello que ella misma hace.

Por poner algunos ejemplos, se me vienen a la cabeza las ocasiones en que Alejandra acusó a Paula de llorar por cualquier cosa, y hasta tuve un día que hacer lista de veces que había llorado ella y cuáles fueron las razones, la mayoría de ellas bastante peregrinas. También ha insistido en eso de las miradas, cuando nadie se delata tanto como Alejandra con miradas asesinas que indican más desprecio que otra cosa. Son solo dos botones de muestra sobre algo que he ido observando y ha contribuido a borrarme de la clac que aplaude todo lo de esta concursante.

Aunque aquello que más me ha hecho bajarme de la corriente complaciente con Alejandra han sido sus demostraciones de envidia. Creo que es una gran envidiosa, que soporta mal la competencia de otras chicas y no demuestra picardía suficiente a la hora de disimular. Esto sí me gusta, y es que Alejandra es transparente y basta con ver su mirada, eso que tanto le preocupa a ella, o estar atento a sus reacciones para darse uno cuenta de lo que le agrada o no, incluso adivinar lo que estará pasando por su cabeza. No disimula bien, lo cual me gusta, aunque contribuye a dejarla en evidencia demostrando su envidia en algunos momentos.

Como se puede observar, todas mis objeciones son producto de un análisis minucioso. Nada en lo que no podamos reconocernos nosotros mismos, porque todos somos envidiosos o criticamos lo mismo que hacemos. Por eso, hasta el último momento deseé que Alejandra tuviera más ocasiones de ser protagonista. Cualquier cosa puede valer para ello. Por ejemplo, hubiera ganado puntos en mi opinión si le dice a su prima hace unas cuantas semanas lo mismo que ahora sobre su relación con Jonathan. Más que nada porque ahora de poco vale, por no decir nada, y entonces igual hubiera ayudado a Yoli en cejar en su vano empeño.

La contumacia de Yoli estaba también apoyada en que Alejandra hizo por convencerla, con argumentos como los de las tres semanas con la “personita” o que si Jonathan se empalmaba en el almacén (mientras decía “no me toques”, no lo olvidemos) es porque Yoli le gustaba. Poco hizo Alejandra por hacer que Yoli desistiera. Es la razón por la que da bastante rabia escucharla ahora haciendo un diagnóstico muy preciso, llamando a Jonathan interesado y previendo que no querrá ni verla cuando salga. Tarde, llega ya muy tarde.

Con todo, ya digo que Alejandra nos conquistó en muchas ocasiones. Me sigue haciendo gracia su rostro pícaro y la claridad con la que trata muchas cuestiones, como las relacionadas con el sexo. A pesar de no haber aprovechado muchas ocasiones para ser más protagonista de esta historia y haber rechazado casi siempre reconocer a su rival, la he visto desde hace muchas semanas como una posible ganadora. Si esto sucede pensaré que es merecido, como dije antes, y lejos de disgustarme habré de alegrarme por tan noble triunfo.

Moleskine del gato

Por su gran belleza, no me resisto a copiar la carta dedicada a Paula por su padre, publicada ayer en redes sociales. Es esta:

CARTA DEL PADRE DE PAULA, PARA PAULA

Mi querida hija,

He decidido escribirte estas líneas antes de termine el programa, se que habrá mucho ruido alrededor tuyo cuando salgas el próximo jueves.

Solo quiero que sepas lo que pienso, ganes o pierdas esta experiencia la veo muy valiosa para ti, independientemente del resultado tu eres mi gran ganadora.

Porque has sido TÚ, no mucha gente tiene el coraje de enseñar cómo somos.Tu espíritu fresco ha despertado pasiones en almas dormidas y descreimiento en los que ven una sociedad corrompida por las apariencias, una sociedad donde hasta la corbatas, uniforme y sotana se han vuelto poco creíbles.

TÚ, con tu joven desenfado, tus risas, tus gritos, llantos y tus profundas reflexiones en tus blogs nos has hecho ver una Paula luchadora, con un valiente corazón sin miedo de amar o sufrir.

Esa es la Paula que yo conozco, la que supo con su valentía tirar para adelante con una profunda herida abierta, la que se cae y se levanta. Esa indomable hija, esa mezcla de pasión y coraje por todo lo que TU decides encarar y esa otra hija responsable, trabajadora incansable, cazadora de sonrisas en los labios de mucha gente, mi compañera de ideas y nuevas recetas

Esa Paula que logró encontrar trabajo por si sola en cuatro días en un país en desempleo, la que logró ser seleccionada entre 60000 personas, la finalista, la luchadora...

Ahora vendrán otros tiempos,oportunidades, otras experiencias, otras lecciones para aprender. La vida sigue y suma.

Recuerda que los guerreros también deben descansar para seguir luchando, Detente, mira tu alrededor, piensa y sigue tu ÚNICO camino aquel que te hace Paula la que MUERE DE AMOR.

Yo como tu lo sabes muy bien, seguiré tu luz y te acompañaré en las buenas y en las malas.

Estoy, estamos muy orgullosos de ti.

Te quiere muchísimo

Papa