Alejandro fue víctima de una audiencia que se mortifica

telecinco.es 24/02/2017 09:55

Hay dos audiencias votantes y las dos son castigadoras por naturaleza. Los que votan de ‘paganini’ y esconden el recibo de su móvil por vergüenza se castigan ellos mismos, como una suerte de extraña penitencia. El cilicio de Gran Hermano mortifica y produce la herida del aburrimiento. Para conseguir tal castigo esta audiencia expulsa a los que nos pueden garantizar salseo, tramas, movimiento y mandanguita de la buena. La otra audiencia votante lo hace gratis total, que es un concepto ochentero de aquella época en la que en España florecieron nuevos ricos. Son los votantes ‘todo incluido’, solo que no lucen la pulserita de los resorts. Estos pasan de molestos cilicios y en lugar de castigarse ellos mismos prefieren castigar a los concursantes. Anoche lo demostraron decidiendo que fuera Aída quien volviese a la casa.

Habiendo dos audiencias castigadoras (que ayer quedaron 49,8 % frente a 50,2 %), ríete tú de las dos Españas que han de helar el corazón al españolito. Es una brecha que separa dos formas de entender este programa. A un lado las hiperhormonadas adolescentes carpeteras, que sufren latigazos de excitación cada vez que su pareja preferida está en plano y cuando no se les ve piden insistentemente que los muestren. Al otro lado una audiencia más adulta y calmada, que solo quiere diversión. Irreconciliables bandos que se diferencian fundamentalmente en la forma de votar. La democracia del voto ofrece resultados que coinciden con los estados de opinión que se pueden pulsar en redes sociales, comentarios de blogs y otros foros. El ágora de Gran Hermano está bien representada por el voto gratuito de una repesca, por ejemplo. Sin embargo, el voto de pago de las expulsiones está secuestrado por el enemigo.

La situación exige luchar desde nuestra trinchera porque todo el voto sea igual de democrático. Al ser gratuito el voto se puede limitar a 20 votos diarios por persona, no los 200 actuales (no hay recaudación). Acabaríamos con el fraude de las recargas de líneas de móviles, que a alguno le ha proporcionado noches de vino y rosas en un hotel de lujo, y todo a costa de los más crédulos. Pocos votos por persona y sin pagar. La última vez que votamos así fue en GH El reencuentro. En el Grande Fratello italiano hace tiempo que combinan el voto de pago con voto gratuito a través de aplicación y web. Incluso se puede votar por mensaje directo al perfil del programa en Twitter. Solo hace falta dar de alta tu número de teléfono con un mensaje corto previo. Solo un mensaje de pago para poder luego votar todas las veces que se quiera, semana tras semana y edición tras edición. El voto gratuito por Twitter no solo lo socializa, sino que lo acerca a todos aquellos que no pueden votar de otro modo.

Es cierto que la misma sociedad que anoche expulsó a Alejandro Abad es la que devolvió a Aída a la casa. Es la misma sociedad, pero se trata de una sociedad fracturada que vota diferente dependiendo del propósito del voto. Hay dos audiencias votantes y una de ellas vota mejor que la otra. O al menos su voto me representa mucho más. Me consta que nos representa a muchos, y corro el riesgo de decir incluso que representa a más espectadores que la otra. Si queremos que la audiencia deje de castigarse a sí misma y no parezca que está votando la competencia para fastidiar, es necesario democratizar el voto. Votando gratis anoche no habría salido Alejandro.

Alejandro es puro instinto televisivo y tiene una asombrosa intuición. Anoche lo demostró adivinando que Irma delató a Emma en el episodio del ordenador y las páginas web que aparecían mágicamente. También intuyó la explicación que habría dado la misma Irma al nominar a Emma, que luego esta reprodujo para devolverle los puntos. Por eso su análisis del juego ha sido tan certero. Cada una de sus afirmaciones parecían acertadas cerbatanas perfectamente orientadas y que describían a la perfección a sus compañeros. Tuvo para todos y siempre con la misma puntería.

Es un sueño el concursante que se convierte en nuestros ojos y habla por nosotros. Cuando escucho las precisas radiografías que ha hecho Alejandro desde la sala de confesiones pienso que es como si estuviera hablando yo mismo. “Irma actúa siempre”, dice Alejandro, y a esa afirmación le sigue esta: “Daniela me da miedo”. Así una tras otra, dejando a este gato cansado de tanto asentir con la cabeza. Firmo cada una de sus palabras. Estoy de acuerdo hasta con las comas. Además, Alejandro se ha abierto en canal y nos ha contado muchas cosas en su blog. Nunca antes había valorado tanto esta vía de comunicación del concursante, que en su caso ha sido también una vía de escape. Leer el relato resumido de su vida me hace desear que ese fuera el primer capítulo de una biografía. Estaría ávido por leerla de cabo a rabo.

Alejandro ha sido muchas cosas en la casa. Ha sido ese concursante que tiene especial inclinación hacia los malditos, los fronterizos, los desahuciados. Vive alejado de los prejuicios, lo cual le acercó a Toño o a Aída el primer día de cada uno. Se mueve bien entre los que otros detestan, personas condenadas sin juicio y forajidos cuyo principal delito es ser ellos mismos. No olvidaré que con todos recelosos ante la entrada de Aída, Alejandro se puso a fregar y hablar con ella. Todo un ejemplo de auténtica aceptación del diferente. Alejandro se acercó a Aída mientras más de media casa vivía entre ignorante y crispada por la nueva incorporación y la otra mitad quería morir entre timorata y pusilánime. Anoche ocurrió eso mismo, pero ya no estaba Alejandro para compensar la crispación. Entiendo la contrariedad que debió sentir Aída.

Alejandro ha sido el amigo de los concursantes malditos, lo cual me parece ejemplar. También ha sido ejemplo de risas, paciencia, resistencia, brillantez, sensatez, integridad e instinto televisivo. Sabía dónde estaba y lo importante que es proteger el espectáculo. Por eso le hacía gracia Aída. También es la razón que explica algunas de sus salidas de pata de banco. Comentarios desafortunados que algunos han exagerado utilizando de mala manera el argumento de la homofobia. Lo de Alejandro es el típico calentamiento vocal, y no me refiero al que suelen hacer los cantantes antes de subir a un escenario. Es otro tipo de calentamiento, el que suele acompañar a un estado de cabreo donde decimos barbaridades sin pensar.

Las aceradas críticas de Alejandro a Aless no son por su condición sexual sino por una gestualidad que a muchos puede resultar ridícula. Nada que ver una cosa con la otra. Y aun así se ha disculpado por lo dicho. No se entiende a Alejandro cuando distingue las cosas que se dicen para uno mismo con las que se lanzan a la cara del otro. Este gato discreto lo ve con claridad meridiana. El concepto del insulto depende mucho de con quién se esté hablando. Si yo digo de la persona X que es tonto no le estoy insultando, me limito a describirle de forma dura y poco favorable. Sin embargo, si a esa misma persona le suelto a la cara “eres tonto” sí se puede considerar un insulto. Luego el análisis del término determina si se trata de un insulto de baja o alta intensidad, e incluso si es políticamente incorrecto. Tonto es de baja intensidad; pedazo de sinvergüenza, de alta, y marica, total incorrección. Lo malo de decir “marica” es que automáticamente entras en un túnel del tiempo del que vuelves más viejuno y con los hombros repletos de caspa. Muy molesto, oiga.

Poco dura la alegría en casa del pobre. Aída pareció alegrarse tanto de obtener la mitad de los votos (unos 150.000) en la votación para la repesca como de su reencuentro con Alejandro en la sala de expulsiones. Lo abrazó durante minutos y luego lo miraba arrobada, igual que una rendida enamorada. Lástima que no pudieran disfrutar los dos en la casa el regreso del torbellino Nízar. Alejandro se lamentó de no poder ver las caras de los habitantes de la casa cuando le vieran la jeta a Aída. La repescada es una bomba que va dejando el rastro de su olor, tan molesta como una mofeta. “Aquí huele a Aída”, dijo Elettra. Le faltó añadir: “Y yo no he sido”. Aída debe ser de esas personas que se bañan en perfume igual que Cleopatra lo hacía en leche.

Tome nota el lector de lo siguiente porque es lo más interesante que voy a dejar escrito hoy. Pido perdón por adelantado ante mi falta de humildad, pero creo que es particularmente importante. Ha vuelto a la casa otra Aída. Si en su primera estancia descubrí una Aída más comedida y profesional, anoche adiviné planes diferentes para esta segunda oportunidad. No hace falta ser un lince para darse cuenta de que anoche tenía buen rollito con Daniela, y de rebote con Elettra. Todo lo contrario con Ivonne e Irma, a las que se suma Aly por haberse convertido en principal enemiga de Daniela. Diría que se trata casi de una obsesión. Como botón de muestra diré que anoche Daniela le recriminaba a Sergio que solo le hubiera dado un punto a Aly. “Me hubiera gustado que la nominases… en plan, con más”, decía. Curiosamente, ella no le dio sus tres puntos, sino dos.

El acercamiento de Aída a Daniela llega en el momento más oportuno. Nominada y claramente enfrentada no solo a Aly sino también a Irma (que le metió 3 puntazos) e Ivonne (2 puntos), Daniela necesita alguien en quien apoyarse. Sergio es un apoyo cojo y sospecho que no confía del todo en Elettra. El abrazo de Aída anoche creo que supuso para Daniela un chute en su autoestima, además de pura adrenalina. Se pone especialmente interesante el juego con Aída posicionada en un lado. Mucho mejor esta Aída que la destroyer que dispara a diestro y siniestro, sobre todo porque a esa ya la tenemos vista. Aída jugando en tablero de ajedrez de Gran Hermano puede ser un balón de oxígeno para esta edición, el suero que nos haga recuperar la atención y vitaminas para nuestra ilusión.

Observatorio de nominaciones

Las nominaciones se repartieron ayer así:

Aly > Sergio (nominación directa)

Irma > Daniela (3), Emma (2) y Elettra (1)

Elettra > Ivonne (3), Irma (2) y Marco (1)

Daniela > Irma (3), Aly (2) e Ivonne (1)

Sergio > Elettra (3), Irma (2) y Aly (1)

Ivonne > Elettra (3), Daniela (2) y Emma (1)

Marco > Irma (3), Emma (2) y Elettra (1)

Emma > Marco (3), Irma (2) e Ivonne (1)

La lista de nominados es más larga que nunca. Todos lo están menos Marco y Aly (que tuvo el privilegio de nominar directamente a un compañero). Ambos se quedaron por debajo del umbral de los 5 puntos. Los tres puntos a Aly vinieron de Sergio (1) y una Daniela (2) que con buen criterio no quiso aceptar la extorsión que supone un pacto de no nominación mutua. Esto fue lo que le propuso Aly tirando por tierra la coherencia de su discurso. Si considera “feo” y “poco ético” nominar a Daniela por lo que las une (entre otras cosas, que tienen la misma representante), no debería condicionarlo a que Daniela le diera algún punto. “Si tú me nominas no voy a ser tan estúpida de no hacerlo”, decía. Hombre, mejor que cada uno nomine a quien considere. Los pactos de no nominación o la sindicación de nominaciones son cosas que se hacen en grupo. Cuando se plantea entre dos tiene pinta de extraña componenda.

Aunque esto de Daniela y Aly no es nada al lado de la conmoción producida por la nominación mutua entre Irma y Emma. Irma le dio dos puntos a “mi Emma” porque sabe que el público la quiere y no va a salir. Emma respondió al golpe copiando las palabras de la que hasta ahora creíamos su amiga. No pudo evitar la cara de perplejidad, que probablemente la vaya a acompañar desde anoche hasta que salga de esa casa. Irma fruncía el ceño como extrañada por la nominación de Emma. El papelón de Irma ya no tiene enmienda. Resulta imposible seguir intentando ver el lado bueno de la señorita Soriano. Irma firmó anoche su sentencia de muerte con sus dos puntos a Emma. No creo que vaya a durar en el concurso y es posible que sea la próxima expulsada. Sería la primera mujer después de Aída, y sin segunda oportunidad a la vista.

Moleskine del gato

De Aylén ya hablaré cuando decida este domingo lo que hace. No me esperaba que fuera a entrar en la casa. O sea.

No creo que beneficiase a Alejandro su encuentro con Aída en la sala de expulsiones, aunque evitar ese momentazo televisivo hubiera sido impensable. Aída sigue llevando encima una losa de mala fama que no estoy seguro de que pueda levantar por muy buen concurso que haga ahora. Más que rehabilitarse como personaje televisivo creo que puede perjudicar a aquellas personas a las que se acerque. Y no digo más.