La audiencia ha decidido…

telecinco.es 22/12/2016 09:13

Cuando termina una edición de Gran Hermano siempre me pregunto cómo será recordada en un futuro próximo. Respecto a esta que hoy llega a su fin creo que quedarán en nuestra memoria personalidades fuertes que no hace falta enumerar. Del mismo modo, no es necesario decir que ninguno de los finalistas. Es obvio que quien se lleve el maletín no será olvidado, aunque a muchos les costó recordar el nombre del ganador de GH 11 la noche que visitó Guadalix hace unas semanas. Estoy seguro de que también recordaremos el pelo postizo de Miguel. Nos lo vendieron de entrada, en la primera gala, como gran golpe de efecto, adelantándose incluso a lo que fuera a hacer el propio concursante dentro de la casa. Con su vídeo de presentación ya tuvimos suficiente, no hacía falta todo lo demás.

¿Y lo que no recordaremos? Tal vez se nos olvide que llegó a la final una concursante que fue expulsada. Como dije hace un par de días, si mal no recuerdo, si Bea gana será la primera vez que llega a la final una concursante a la que la audiencia ya expulsó previamente. Técnicamente podríamos decir que Adara ganó a la ganadora. No soy nada amigo de eso que algunos llaman “ganador moral”. La moral se lleva más bien mal con la televisión, así que no me parece una buena ocurrencia. Ahora bien, habría de crearse un premio para casos como estos, aunque sea una mención honorífica, como se hace en algunos festivales de cine, o similar.

Otro ejercicio que acostumbro a hacer es imaginar al ganador de una edición como participante de otra, ya fuera anterior o posterior. En algunos casos la conclusión es demoledora. ¿Habría ganado Laura Campos en GH 12+1? Está claro que no. Frente a Pepe Flores no hubiera tenido nada que hacer. Es un juego tan solo porque intervienen tantos factores que nunca se sabe. Si Bárbara no se hubiera visto obligada a abandonar habría ganado esta edición y creo que cualquier otra. Pero las cosas son como son, a veces muy distintas a lo que deseamos. No es por fastidiar, pero no veo opción a Rodrigo, Bea y Meri en casi ninguna otra edición. Aunque, ya que mencioné antes GH 11, creo que en esa edición la podría haber ganado hasta tumbaíto.

Tampoco nos pongamos ufanos, que cosas más raras hemos visto. Frente a Kiko Hernández (GH 3), concursante irónico y juguetón, y Patricia Ledesma, ganó Javito. ¡Javito! Un concursante inclasificable al que me costaría describir, el último cocinero que se llevó el maletín. Cualquier cosa puede pasar, eso hay que tenerlo asumido. Bueno, cualquiera no, porque rizar el rizo de las tres llamadas con un empate absoluto sería tal vez demasiado. Aunque válido para pasar a formar parte de las páginas del libro Guiness de los récords, el más robado de las bibliotecas públicas en EE. UU. Tampoco se puede dejar el premio desierto. Una auténtica lástima.

Puestos a imaginar cosas disparatadas sería divertido que paralelamente al premio oficial se institucionalizaran otros. Por ejemplo, el premio al familiar o defensor de concursante más desatinado. Ese sí que quedaría desierto en esta edición porque hay demasiados candidatos. Aunque, pensándolo bien, creo que se lo daría al amigo guaperas de Rodri, porque no ha entendido de qué va la cosa aún después de haber sido invitado a todas las galas y debates (o casi todas, no vengan a corregirme una tontería así). Supongo que es por guapo, porque ningún otro concursante ha tenido tantas veces dos defensores en plató. Otro premio necesario es el de la hinchada más fatigosa. También complicado en esta edición. El año pasado eran los sombrereros, pero esta vez creo que se lo disputarían ‘claristas’ y ‘robeados’, o sea, seguidores de Clara y de la pareja Rodri-Bea.

A todo esto, hoy es el día. Esta noche no se celebran los Razzie que reclamo para Gran Hermano, pero sí veremos a Sofía entregando el maletín a uno de los finalistas. Si nada lo remedia, acudirá a plató un ganador notablemente desmejorado respecto al que entró hace algo más de 100 días. Ha sido una constante en este GH 17 donde casi todos salieron peor de lo que entraron. Pero con los finalistas la cosa puede terminar siendo épica. Con todos los respetos a la profesional que ayer se encargó del pelo de los tres candidatos al premio final, no les podía haber dejado peor. El pelo blanco de Rodri compite con los decolorados con mechas azules de Bea y el caoba apagado de Meri.

Lo de Meri tiene un pase, pero lo de los otros dos es de cárcel. No obstante, yo hubiera puesto a Meri más tirando a naranja (sin diminutivos). Siempre he pensado que es el color de pelo que más le pega. Debería ser pelirroja. A Rodri y Bea cuesta reconocerlos, con eso lo digo todo. Cuando dije que esta final desmerecía una edición fantástica no estaba deseando que la realidad me diera la razón de forma tan estrepitosa. Todavía hay unas horas para devolverle a Bea el pelo rosa, o el color que fuera. Quiero decir que esto todavía tiene arreglo, y no me refiero solo al pelo de los finalistas. También el resultado final lo tiene.

No hay nada decidido. El cuento no termina hasta que vemos la palabra “fin”. En definitiva, cuando vemos el final de ‘Casablanca’ siempre deseamos que ella no suba al avión y cuando Rick dice “Siempre tendremos París” Ilsa suelte una risotada y diga “Casablanca tiene un color especial”, o “De Casablanca al cielo”, incluso “Casablanca és bona si la bossa sona”. Lo que sea para callar a ese pesado. Y que Sam la vuelva a tocar. La canción. No podremos cambiar el final de esa película, pero sí forzar el de Gran Hermano. En nuestras manos está.

Moleskine del gato

Hoy tenemos una fiesta y esta es la última que lo puedo decir en esta edición, aunque después de las fiestas vendrá GH VIP y espero veros como siempre por aquí, también mañana mismo que haré crónica de la final. Jorge Javier Vázquez tendrá el privilegio de sostener entre sus manos el sobre del ganador y leer su nombre. Qué nervios.