Azahara se plantea abandonar por no poder comer suficientemente sano

telecinco.es 28/10/2014 09:06

Se lo dijo anoche a Juanma, su confidente en la casa. “Me lo estoy pensando seriamente... lo de querer irme”, decía Azahara. “Soy muy nerviosa con la comida. Si pienso que estoy comiendo algo malo empiezo a darle muchas vueltas”, añadía la malagueña, que ayer perdió su cabellera rizada por obra de la plancha de pelo. Irreconocible en el físico, pero la misma de siempre en aprensiones y obsesiones. Ella necesita comer una barra de pan al día y en la casa ahora mismo solamente hay para media barra por persona. Si Azahara abandonara por esto sería la media barra más cara de la historia.

Volvió a repetir anoche que ella no come sino que se nutre. No sé si en la casa se están nutriendo lo suficiente, aunque doy fe de que no están comiendo muy bien. Esta semana cocinan inexpertos como Vitín o Hugo, que hicieron el sábado sus primeros espaguetis. Ni con la suerte del principiante eso puede salir bien del todo. A Azahara eso le da lo mismo porque se cocina ella misma sus cosas. Debe fallar, por tanto, la materia prima. Ella no tolera comer nada procedente de animales que no hayan tenido una vida feliz y una muerte placentera.

No exagero nada, todo esto lo ha contado ella. Ahora bien, su comida preferida es el sushi. Supongo que al ser pescado crudo tiene la garantía de que el cadáver no ha sufrido al ser cocinado. Y no me digan que hay sushi vegetal porque ella no tiene problemas con comer pescado, aunque no come carne por nada del mundo. Con el pollo no sé bien, supongo que solo si ha sido masajeado a diario mientras les ponían música clásica. O algo.

Entre la comida y Fran la pobre Azahara está agobiada. Ayer le comentaba a Paula y Hugo que “Fran debería salir a la palestra ya, es lo justo y lo sabes”. No le apoyaron mucho, supongo que sorprendidos al ver una Azahara hablando de nominaciones, justo lo que ella lleva intentando evitar desde hace casi cuarenta días. Se abrió la veda, por lo visto. A ella le duele que se vaya gente que le gusta, igual que Xamy decía por la noche que no debería salir ninguna de las tres nominadas. Nunca he estado tan de acuerdo con esta concursante.

Paula siente vértigo cuando está nominada, puesto que compara el momento de la expulsión con el barco pirata del parque de atracciones. Siguiendo esa misma línea de comparaciones, el tren de la bruja le evoca las sesiones adivinatorias de Loli, el pulpo es evidente que sería Vitín (y no por el que tuvo un día en su cabeza), y los rápidos le deben recordar a Omar, por aquello de los diez segundos.

Alejandra debe plantarse y poner encima de la mesa lo que hay que poner. Si no demuestra su carácter y deja de callarse delante de sus compañeros para lamentarse después en petit comité estará perdiendo una oportunidad de oro. No pienso solo en que termine de convencer como concursante a muchos, sino en su propio bienestar en la casa. Algunos han tomado como costumbre reprochar a las primas cosas que otros hacen impunemente. Diría que las están tomando por el pito del sereno, y eso no hace ninguna gracia.

Ayer Loli les hablaba de malos modos en el desayuno porque supuestamente no están respetando lo hablado sobre el consumo de azúcar, sal, aceite o no sé bien qué diablos no pueden tomar en los desayunos. Lo que sí tengo claro es que a los demás no les dicen nada. Luis y Vitín se metieron en la conversación apoyando en mayor o menor medida a Loli. Luego las primas preguntaban a Juanma lo que desayuna y si a él le habían dicho algo. Evidentemente no, porque en esa casa unos tienen bula y otros viven con dos ojos pegados a su cogote controlando lo que hacen.

Estoy por ver a Alejandra saltar, pasando de los reparos que siempre le pone Yoli. Ayer se estaba quejando en voz alta y su prima no paraba de pedirle que se callase. Qué manía tienen algunos con pedir callar. Hay mucho censor que no ha entendido la regla básica de respetar que cada uno diga lo que le plazca. Luis es uno de ellos, pero Yoli no le va a la zaga en coartar la libertad de otros, particularmente de Alejandra. Para algunas cosas, Yoli y Alejandra son blanco fácil. Pienso si no será precisamente porque saben que ellas tragan con lo que sea.

Están concursando muy mal las primas. Ni terminan de enfrentarse a los demás cuando les dan un trato distinto al resto, ni tampoco aprovechan estar en clara minoría. Salen nominadas cada semana, varios compañeros para nominarlas ofrecen la razón de que no se relacionan con el resto de la casa, lo cual hace pensar si no serán los demás que no han hecho esfuerzos por acercarse a ellas, y les abroncan por cosas que a los demás consienten. Son solo unos ejemplos que demuestran hasta qué punto podrían aprovechar la situación, porque en este concurso aquel que es victimizado con menosprecio, aislamiento o nominaciones continuas tiene el triunfo casi garantizado. Otra cosa es que en lugar de aprovechar esa circunstancia el personaje prefiera aliarse con su enemigo.

Alejandra en este caso está acercándose más que Yoli a Omar y Vitín. Lo está haciendo de tal forma que incluso he llegado a ver como estando conversando con ellos se callaba cuando aparecía su prima. Cada uno es libre de relacionarse con quien quiera, pero la audiencia tiene buena memoria, por lo general. Por eso a muchos les resultará extraña esta nueva elección de mejores amigos tratándose del mismo Omar que hace días planeaba quemar Albacete, o el mismo Vitín que le daba la chapa a Yoli el pasado viernes protestando porque no les habían dado un punto en las nominaciones en positivo. No olvidemos que Alejandra decía hace menos de una semana que Omar le daba miedo. ¡Miedo! Ahí es nada. Y esto poniendo solo algún ejemplo.

Pasando por alto comportamientos de momentos completos, no parece que aliarse con el enemigo sea lo más inteligente en este juego, sobre todo si con eso pierden esa condición de víctimas de la que hablo, generalmente tan rentable. Menos aún si del entorno de ese enemigo han salido los dos últimos expulsados. Porque, vamos a ver, el jueves pasado se marchó el hermano de Omar, tercero en discordia del trío calavera. Y una semana antes la expulsada era Lucía, novia de Omar. ¿Hacen falta más pistas para que dentro de la casa puedan pensar que el clan de Carabanchel igual no está gustando mucho aquí fuera?

Alejandra está dando alas a Omar y Vitín. Tanto es así que para muchos eran su principal objetivo para próximas expulsiones, pero ahora se lo están replanteando. Si son aliados de las primas y queremos que dejen de estar nominadas mejor que se vayan otros antes. No está mal visto del todo. Puede que esta sea una forma de evitar que estén nominadas. Ahora bien, ¿eso para qué vale? Teniendo en cuenta que tanto Alejandra como Yoli no han llegado al diez por ciento de los votos en ninguna votación para la expulsión, tanto da que estén nominadas. Es más, estarlo y superar el trago cada semana es un plus para despertar las simpatías en buena parte de la audiencia. El argumento de pobres chicas a las que siempre nominan y no están tratando muy bien vende una barbaridad. ¿Por qué no aprovecharlo? Sigo argumentando, por mucho que moleste a los seguidores de estas concursantes, sean ‘talifanes’ o no. Hacer fuerte al enemigo es un error mayúsculo. Justo el que ahora comete Alejandra.

Da igual que critique o no a Paula. Es normal que lo haga, entre otras cosas porque las dos están nominadas, y convencidas de que tienen más papeletas que Xamy para abandonar la casa este jueves. El problema es que lo haga con Omar y Vitín. Es un problema de fondo y diría que incluso estético. Del miedo a prometerse amistad hay un trecho difícil de asumir. Anoche viendo la escena parecía que Lucía había vuelto a la casa de Guadalix. Alejandra con gorro de lana y hablando con Omar y Vitín me recordó otra vez a Lucía. De algún modo es como si estuviera ocupando su lugar. Hasta me pareció como si estuviese hablando en castizo de Carabanchel.

Ayer dije que Paula y Alejandra estaban ahora igual que la primera semana, lo mismo que afirmaba después la propia Alejandra. Entonces era la hawaiana quien tenía problema con las miradas, y ahora eso mismo le pasa a la de Albacete. Diría que es una cuestión de piel, y para eso no hay cura. Si a eso le añadimos que Luis está en medio, y a ninguna de las dos le hace gracia ver a la otra hablando con él, tenemos el cuadro completo. Aunque creo que bastaría con que ambas salvasen esta expulsión y no quedasen nominadas la próxima semana para verlas de nuevo con buen rollo.

La lectura que hace del juego Alejandra es muy equivocada, lo cual no le resta ese encanto con el que nos está conquistando a muchos. Ni aliarse con el enemigo es lo más recomendable, ni Paula es su principal rival por el momento, ni corre peligro al sentarse en el banquillo de la sala de expulsiones (si es que lo hace, porque el estar salvadas cada semana y ni siquiera llegar a pisar ese escenario debería ser una pista para las primas). Decía ayer Alejandra: “Si Paula se salva me voy yo”.

Algunos interpretaron esas palabras como que Alejandra estaba dispuesta a abandonar en caso de salvarse su rival, pero creo que no era eso. Me temo que la frase de Alejandra es el único análisis de la situación del que es capaz ahora mismo. Como ella piensa que Xamy no está en peligro, hace la observación de que la cosa está entre Paula y ella. Si Paula no va a la sala de expulsiones quiere decir que es ella la expulsada. O bien que si una vuelve a la casa desde esa sala quiere decir que la otra irá camino del plató. O sea, una obviedad. No podemos pedir más, de momento.

Curiosamente, de esa conversación entre los tres lo que más me llamó la atención fue un par de cosas dichas por Omar y Vitín. Este último decía que la audiencia está premiando la vaguería en lugar de la diversión y la decencia. Habitual análisis de concursante reventado que le enmienda la plana a los espectadores porque las cosas no están saliendo como a él le gustaría. Tampoco sé a ciencia cierta, aunque algo puedo imaginar, a quién está atribuyendo los valores de la diversión y la decencia. Si por diversión entiende sus imitaciones de humorista de sala de fiestas antigua o los frecuentes roces rijosos con Yoli estamos apañados.

Lo de Omar es una información que no conocíamos. En el juego de la verdad dijo que tenía una conversación pendiente con Paula, lo cual provocó la inmediata reacción de una Xamy siempre atenta recordándole que a ella le había dicho lo contrario. Recuerdo perfectamente esa conversación en el cuarto de baño. Era una de esas entrevistas tan oportunas como cansinas de la ceutí. Omar se justificó con Xamy diciendo que las situaciones cambian. En unos pocos días había pasado de no tener nada que hablar con Paula a pensar lo contrario. Pues bien, ahora sabemos que incluso lo ha intentado.

Según contaba ayer Omar, fue a decirle a Paula si quería que hablasen, pero ella le dijo que no, que ya hablarían más adelante. Omar se mostraba extrañado por la reacción, incluso afirmaba que cuando Paula quiera hablar él le dirá que se ha pasado su oportunidad. Por su parte, Alejandra llegaba a conjeturar si no iría Paula a usar esa conversación para evitar la expulsión, por lo que prefería tenerla en momento más cercano al jueves. No me atrevo a decir si puede ser así o no, pero me extraña que ninguno de los dos haya pensado que hace tan solo una semana estábamos todos comentando que Omar le había llamado “puta borracha”. ¿Y aún les extraña que no tenga ganas de tener ninguna conversación?

He dejado para el final el episodio cuatrocientos mil novecientos catorce del culebrón protagonizado por Yoli y Jonathan. A decir verdad, me cansa infinitamente. Tanta pereza me dio escucharles ayer, volver a ver el Jonathan de voz entrecortada y medio aniñada, diciendo que no sabe expresarse, mientras Yoli se esforzaba por mostrarse dura, pero los ojos le hacían chiribitas. Otra vez. Y van. Esto es como el día de la marmota, solo hace falta saber si la marmota es Yoli o Jonathan. Siendo sincero de nuevo, el problema es que no me importa nada si algún día se rompe el bucle y salen de ahí. A mí me va a pillar ya demasiado hastiado.

La conversación fue promovida por Jonathan después de sendas largas charlas con su primo y Xamy. Fue esta última quien le hizo ver que había podido hacer mucho daño a Yoli, sobre todo por su falta de tacto y lo poco agradecido que se mostró diciendo que el día de la muela había sido el que peor lo había pasado, cuando ella estuvo pendiente de él todo el rato, pidiendo una medicina en el ‘confe’ y dando cariño en uno de esos momentos que más se necesita. Se disculpó por ello. También recurrió al típico “no me expliqué bien”. No explicarse bien y no tener palabras, esas dos falacias tan utilizadas.

"Tú no me agobiaste, lo que pasa es que a lo mejor me expliqué mal, por eso te pido disculpas porque a lo mejor dije las cosas un poco fuertes y no es así”, decía Jonathan, y añadía: “También estaba enfadado conmigo mismo. Esta vez he visto que realmente te he hecho daño y también me siento culpable”. Las disculpas tenían un doble objetivo, según lo veo. Por un lado, volver a pedirle cariños. Por supuesto, cariños gratis, de esos que son mucho más fáciles de pedir que de dar. Por otro, quedar mejor ante la audiencia que hace unos días. La charla de Xamy le alertó suficientemente en este sentido. La charla terminó con un abrazo. También con mi paciencia.

Moleskine del gato

Empecé hablando de una concursante que igual se plantea seriamente pensar en si quiere abandonar, todo ello dicho en un tono que podríamos denominar condicional extremo. Pues bien, hay otro concursante que también se quiere ir, en este caso por la vía natural de nominación y expulsión. Omar está más quemado que el palo de un churrero y quiere salir nominado porque intuye que la gente le expulsará a la primera. Apuesto a que a pesar de lo dicho no se salta el turno y deja que sea Vitín quien salga a la palestra la próxima vez.

Lo más curioso es que la conversación en la que Omar dice que se quiere marchar ya estuvo trufada de críticas a Yoli. Les molesta que les regañe o que a Vitín le mandara callar durante una de las misiones de la tarde, en la que Luis montó un espectáculo vendiendo productos de la casa. De buen rollo con Alejandra después de haber estado haciendo un trajecito a Yolanda. Lo más normal del mundo.

Y dejo cartelera, con ‘El amor es un crimen perfecto’ y cuatro personajes que nos suenan familiares, cuando menos. Como siempre, por Montse Juanilla.