Bea saca provecho de su segunda vida en el concurso

telecinco.es 23/12/2016 10:08

Esperaba que Bea le agradeciera a Montse haber podido ganar este concurso gracias a la segunda vida que había en su caja. Si no es por eso hubiera sido imposible ver a Bea con el maletín en la mano. Ni una palabra a su compañera, colaboradora necesaria para el triunfo de Bea. No digo que compartiese con ella el premio, aunque igual mercería algún tipo de compensación. Colaborar en lugar de competir siempre ofrece resultados beneficiosos. Supongo que de no ser por esta circunstancia que comento no estaría yo mencionando a Montse hoy ni por casualidad. Eso se lleva por colaborar.

Bea aprovechó esa segunda vida, en la que corrigió algunos errores anteriores e hizo realidad el cuento de la choni de barrio con el niño pijo que se convierte en su Pigmalión. Imagino anoche a Rodri, que mantuvo milagrosamente la posición vertical durante toda la noche, frustrado porque sus enseñanzas hayan valido para tan poco. Bea fuera de la casa y propietaria del maletín volvió a ser desagradecida (que lo diga Montse), prepotente y refractaria a pedir perdón. No es que debiera hacerlo por ganar, pero sí por alguno de los vídeos que vio junto a Meri. Si se hubiera quitado la venda de los ojos no habría negado la agresividad con la que se expresó en muchas ocasiones, compartida por algunos de sus compañeros.

Fue dando tumbos durante todo el concurso, pendiente de las señales que recibía del exterior, particularmente las que le llegaban de su familia. La buena defensa de su madre en plató se complementaba con precisos mensajes que le lanzaba cada gala, sin que prácticamente nadie se enterase. Pero el principal mensaje se lo dio cuando fue expulsada y se dio un paseo por plató. Anoche contaba solo parcialmente lo que le dijo su madre ese día. “La entiendo mirando sus ojos”, decía Bea, por no decir que le había recomendado que se llevase bien con Adara.

No fue un consejo cualquiera el de llevarse bien con Adara. Para mí tengo que ese fue un factor importantísimo para la rehabilitación de Bea ante buena parte de la audiencia. La Bea que en el apartamento se convertía en amiga de Adara convencía mucho más que la sumisa con Clara. Su relación con Adara era entre iguales, colegas que compartían celos viendo las imágenes de una fiesta en la casa. Sin embargo, con Clara la relación era de sierva de la gleba ante su ama y señora. Bea ganaba mucho junto a Adara y eso fue lo primero que hizo bien para sacar provecho de su segunda vida. Anoche la consigna era bien distinta. Nada de llevarse bien con Adara. Le decía a Bea su tía, mientras saludaba a los suyos nada más entrar a plató: “Que revienten más reventadas. Adara es una hija de puta”. Con el maletín en la mano mejor promover el conflicto que limar asperezas.

Tras volver a la casa, Bea tenía pendiente otra misión importante para congraciarse con el público, esa misma audiencia votante que en su día la puso en la calle frente a Adara y anoche la hizo ganadora. Esa misión consistía en lograr hacer carpeta, precisamente aquello que ella había rechazado. Bea no quería que ganase este año una concursante gracias a su carpeta, pero pronto lo olvidó. Coincidió con el momento en que se dio cuenta de que eso podía también rehabilitar su imagen ante la audiencia. Había sabido lo que es ser expulsada, aunque lo suyo fue casi un simulacro. Aquellos que sufren un falso fusilamiento saben bien lo que es la muerte, que han sentido tan cercana. Bea sabía lo que es estar fuera, porque lo había estado fugazmente.

Y aquí dio comienzo ese cuento del que ya he hablado, remedo del príncipe y la doncella. No podría decir que fuera un cuento necesario, pero sí conveniente. El programa necesitaba un golpe de timón, apartar de un plumazo la idea de que la fórmula para hacerse con el premio final había sido descubierta. Tocaba vender una historia feliz. Una nueva princesa del pueblo estaba en ciernes. La nueva Ylenia, menos perdida y más centrada. Todo se había puesto a su favor. Otras carpetas habían fracasado. Con Bárbara y Adara fuera, también lejos algunos de sus amigos en el concurso, lo tenía mucho más fácil.

Quien no se lo puso nada fácil fue Meri, la segunda finalista con mayor porcentaje de votos de la historia de nuestro Gran Hermano. Bea logró ganar con un 59,8 %, porcentaje inferior al de las dos ganadoras anteriores. Como digo siempre, la audiencia votante es soberana y si la ha preferido a ella es porque merece el triunfo. Por tanto, solo cabe dar la enhorabuena a Bea y desearle que disfrute mucho de su premio. En el apartado de lo anecdótico, decir que tras su regreso a la casa Bea no fue nunca nominada por sus compañeros. Algo parecido pasó con Rodri, solo que él en todo el concurso solo estuvo nominado la semana que lo estuvieron todos.

Meri y Bea se disputaron el premio tras la salida de Rodri. Las dos estaban ahí por semejante razón. Secundarias que llegan a la final de forma accidental. Es como esos tenistas que ganan un partido por incomparecencia del contrario. No hubiéramos apostado porque Bea pudiera llegar a la final. Tanto es así que la expulsamos al mes de comenzar el encierro. Tampoco parecía que Meri pudiera ser aspirante a llevarse el maletín, aunque al final estuvo muy cerca. A diferencia de Bea, Meri no hubo de recomponer su gastada imagen ante la audiencia. Más bien diría que fue precisamente todo lo contrario. Fue al empezar a mostrarse tal cual cuando empezamos a llevarla en hombros hasta la final.

La gala final resultó entretenida y de gran belleza visual. Junto a la decoración de cuento navideño en GH 15, la escenografía del pabellón de pruebas en la que Bea conocía junto a Meri que era la ganadora me parece lo más bonito que nunca se ha visto en este programa. Apreciable esfuerzo del equipo creativo y de producción del programa, que siempre lo dan todo para ofrecernos una final de categoría. En cuanto a las entrevistas, Rodri demostró lo pobre que ha sido su concurso al tener que recurrir a contarnos episodios habidos en su vida con dudoso interés. Meri no atinaba a responder lo que le preguntaba Jorge, aunque me gustó su sinceridad y generosidad al hablar de quién ha sido más importante para ella en estos meses.

Alain había respondido previamente que su ganadora era Meritxell. A pesar de la chapa que le ha pegado durante semanas, también ha sido su principal apoyo en la casa, como se encargó de aclarar el francés. Meri, por su parte, dijo que Alain había sido la persona más especial, pero quiso destacar a Candelas y Adara. Esa es la Meri indomable y con criterio propio que algunos no han podido o no han querido ver, quedándose en la espuma de la cerveza sin llegar a saborear el gusto amargo de la cebada fermentada y el lúpulo que la aromatiza. Todos los respetos para quien se quedó en la concursante colgada como un koala del chico que le gusta, no muy trabajadora y a veces impertinente. Por cierto, con esta descripción tanto podría referirme a Meri como a Bea.

Curiosamente, el momento estrella de la entrevista a Bea no lo proporcionó esta concursante sino una Clara siempre hambrienta de protagonismo. Hablaba Jorge Javier del evidente “respeto reverencial, rayano en el miedo” que tuvo Bea hacia Clara. “No te permito que hables de que me tenían miedo mis compañeros”, decía Clara. ¿Perdona? ¿Qué es eso de permitir o no que el presentador diga lo que le salga de la peineta? La reacción de Jorge fue perfecta. Se acercó raudo y veloz a donde se sentaba Clara y repitió lo dicho. Para que vea para lo que vale eso tan ufano de no permitir algo. ¡Faltaría más! El desapego a la realidad que manifiesta Clara siempre es poco menos que sorprendente.

Primero que no tiene necesariamente la culpa Clara de la falta de personalidad que evidenció Bea al mostrarse sumisa casi siempre ante ella. Segundo, que no sé de qué se puede sorprender. Eso sí que es llevar una venda en los ojos de manera realmente preocupante. Clara piensa que Jorge tiene algo en contra de ella. Más perspicaz estuvo el presentador al señalarle a Clara que si eso piensa bien podría habérselo dicho cuando la ha visto fuera de cámaras. Puedo asegurar que en esa circunstancia Clara ha sido todo sonrisas y teórica complicidad con Jorge Javier. Y yo entonces me acordaba de cuando la primera semana Clara abroncó a Pablo en el cuarto de baño por no decirle las cosas a la cara y sin esperar varios días.

Si hablamos de incoherencias, pillé en una a la mismísima ganadora, también relativa al miedo que le tuvo siempre a Clara, y que ella niega. Dijo su madre, y ella asentía, que Bea no le tiene miedo a nadie, menos le iba a tener a Clara. Pocos minutos después vimos un vídeo en el que Bea le reconoce a Rodri que no le había dicho algunas cosas por miedo. Si le tuvo miedo a tumbaíto no se lo iba a tener a Clara. Utilizando una expresión de esta concursante: ¿Estamos locos o qué? Por cierto, me gustó que el ‘súper’ utilizase frases muy usadas por la ganadora y segunda clasificada para despedirse de ellas con el cariño habitual, que tanto me gusta. “Esto es muy hardcore” y “Os amo”, dijo Floren con acierto.

Como cabía esperar, fue Sofía Suescun quien le dio el maletín a Bea. A su lado, la nueva ganadora parecía una colegiala, aunque viendo el desastre de su pelo más bien aparentaba ser una abuela. Anoche Bea era más Carmen Gahona que Ylenia. Entonces vino el momento en que la ganadora decía lo que quería hacer con el dinero del premio. Loables intenciones siempre, que cada uno decide si airear o no. Bea dijo que quería traerse a España a su madre, cosa con la que esta ya contaba. Antes de llegar Bea a plató, su progenitora ya había contado que gracias a ese triunfo podría volver tras más de ocho años fuera para poder sacar a la familia adelante. Imposible no alegrarse por ello.

También dijo Bea que ayudaría a Alain con lo que quería hacer. Si no me equivoco, deseaba poner un negocio de hostelería, o algo así. Y, finalmente, Bea dio publicidad a su intención filantrópica y caritativa con las siguientes palabras: “Voy a donar una pequeña parte del premio a los niños con cáncer”. Imagino que se refiere a una asociación dedicada a ayudar a niños con ese problema. Mejor esto que lo de Simona rapándose el pelo y dedicándolo a esa misma causa.

No es por poner pegas, pero lo de “una pequeña parte” le quita valor a tan noble gesto. ¿Cómo de pequeña?, me pregunto yo. Prefiero que la caridad se tenga sin publicidad. Esto ya lo había anunciado Bea hace días en la casa, y anoche pareció obligada a repetirlo. No digo que lo pretenda, pero parece que quisiera sacar provecho de esto. El refranero español lo dice bien clarito: “Caridad y amor no quieren tambor, en silencio se dan mejor”. Calladita hubiera estado más guapa. Mi impresión es que Bea ha sacado en este concurso provecho del amor, y también de la caridad.

Moleskine del gato

La buena noticia de este cierre de edición fue que habrá GH 18. Lo confirmó Jorge Javier justo antes de acabar con estas palabras, que encierran un reproche y un deseo: “Me ha encantado ser parte de GH 17. No me lo habéis puesto nada fácil. Me encantaría seguir. Ojalá me lo permitáis”. Eché en falta alguna referencia a GHVIP. Las dos últimas ediciones hemos visto a alguno de los concursantes en la casa durante la final. Los Chunguitos en el ‘confe’ antes de GHVIP 3, también Rosa Benito y Rappel antes de GHVIP 4. El VIP siempre es una buena ocasión para pasarlo bien tras la tensión de una edición convencional, aunque el año pasado (bueno, todavía este) Carlos Lozano nos tuvo también en tensión. ¡Somos incorregibles!

El postgala estuvo movidito, según hemos podido conocer a través de las redes sociales. Candelas contó un episodio lamentable vivido, que empaña de algún modo el triunfo de Bea. Según la exconcursante, un grupo de aproximadamente diez personas, amigos y familiares de Bea, la acosaron cuando llegaba a su hotel. Se tiraron encima de ella y la persiguieron profiriendo todo tipo de insultos. No me cabe duda de que Candelas dice la verdad, y me parece un hecho penoso y lamentable.

Dejo cartelera de la ganadora. Bea en 'Cigüeñas', cartel que tuvo necesariamente su versión con Meri, la otra posible ganadora, que muestro unas líneas más arriba. Es como enseñar un poco la trastienda de este blog. Aquí curramos mucho detrás de este decorado gris que rodea mis escritos. Y una final más me ha pillado sin Tequila. Justo cuando más falta me hacía. Ah, los carteles, como siempre, por Montse Juanilla.

¡Nos leemos en el VIP!