Buscando una señal
El otro día escuchaba en Radioset a Iker Jiménez hablando a media voz sobre señales. Sincronicidades que parecen caprichos de la historia y acaso sean algo más. Contaba que Félix Rodríguez de la Fuente, cuya muerte yo también lloré siendo un niño, no solamente había muerto el día de su cumpleaños, sino que también lo había hecho a la misma hora de su nacimiento. Pura y macabra sincronicidad. Pues bien, fue escucharlo y ponerme a buscar sincronicidades en Gran Hermano. Deformación que tiene uno.
Solamente cuatro ediciones de Gran Hermano han estado en emisión tal día como hoy. Escuché en una ocasión decir a Manuel Villanueva, director de contenidos de Mediaset, que nuestro reality marcaba el inicio de la temporada televisiva y venía a ser como su símbolo. A pesar de esto, algunas ediciones han comenzado algo más tarde, en este mismo mes de septiembre o durante octubre. Otras bien recientes lo han hecho en enero o febrero, y las tres primeras se desarrollaron en temporada de primavera-verano. Por tanto, no tantas saludaron en realidad el comienzo del curso.
En GH 6, el que fue su día 9 tenía ya sus primeros nominados (Nicky, Jani y Salva). Jonathan, que era el patrón de la casa, había salvado a Cristal, con quien tuvo luego una relación más bien lánguida. Todavía no sabían que tres días más tarde tendrían nueva compañía, puesto que la argentina Natacha entraría para sustituir a la efímera Mercedes. Vino Natacha y se fue Salva, el poli, primer expulsado de esa edición.
En GH 8, este día fue su número 7 y tres días antes conocieron finalmente a Laura S., concursante elegida al azar. Esta concursante entró después de una auténtica comedia de enredo. En el sorteo se confundieron el 1 y el 7, Romina fue erróneamente elegida y, aunque el programa hubo de decidir que finalmente entrasen ella y Laura, finalmente, solo lo hizo esta última por imposibilidad de aquella. No hace falta decir mucho más. Al día siguiente nominarían por primera vez y quedarían expuestos Naiala, Javier y, precisamente, Laura. Una semana más tarde, la elegida al azar dejaría la casa tras una corta estancia en la misma.
En GH 9, el día anterior a esta fecha, Mayte había abandonado la casa voluntariamente. La hermana de Rebeca (¿recuerdas aquel “soy tu hermana”, “pues dame fuego”?) se quedó sin nominar, pues el que fue su día 5 lo hicieron por primera vez y salieron a la palestra Amor, Dadi, Melania y Paula. Con esta nominación firmaron la sentencia de muerte (catódica y temporal) de Amor. Un par de día después, Rebeca siguió los pasos de su hermana y también abandonó.
Y en GH 11, su día 8 llegó con Indhira y Pilarita nominadas. Esto fue cuatro días antes de que Gonzalo fuera expulsado por su comportamiento violento dentro de la casa, y Ángela tuviera que abandonar por haber descubierto Lis su secreto con Laura. Laura y Ángela se habían casado tres meses antes, pero tuvieron que simular que se habían conocido dentro de la casa. Ellas son la primera y, hasta el momento, única pareja homosexual que habitó esa casa. Pilarita completó tan ajetreado día de salidas al haber sido la primera expulsada por la audiencia, mientras Arturo, Indhira y Siscu quedaban nominados, este último (que finalmente fue el expulsado) por sanción del programa al responder con agresividad a la violencia de Gonzalo.
Déjame que repase otra vez los días 13 de septiembre de estas cuatro ediciones, y lo sucedido poco antes y después. Tal vez encuentre alguna señal, una inesperada sincronicidad. Aunque me temo que no. Tendré que ir por otro lado. O eso creo. Si me remito a mis supersticiones, me da buen rollo que una edición comience en domingo. Tengo la sensación de que hacerlo el mismo día de la semana en el que irán las galas no da suerte. Tenía dudas sobre otro detalle; el hecho de que la rueda de prensa se realice en Guadalix en lugar de en el plató de Fuencarral. Quitando que no me gusta ver la casa antes de la noche del estreno (tampoco el plató), porque se pierde inevitablemente parte de la magia, creo que es una buena señal. En definitiva, no nos enseñaron más que un par de estancias, y la última vez que se presentó el programa en la casa fue unos días antes de GH 12+1. Esto es definitivo, porque mejor no pudo salir la cosa. Así que, mis bendiciones a lo de la rueda de prensa. Al final da igual si se hace en un lugar u otro, casi ningún periodista hará preguntas y muchos estarán allí con pose de “a mí todo esto me da igual”.
En realidad, si quiero tener más éxito al intentar encontrar sincronicidades, más vale que piense en la marea de espectadores que esta noche permanecerán atentos a sus pantallas. Las de un televisor, ordenador, tablet o lo que sea; y también a las pantallas de sus móviles comentando la gala de estreno en su red social, blog u otro foro preferido. Internet es hoy más que nunca esa ágora en la que hablamos de tele más que de ninguna otra cosa. Saber que tantas almas andarán pendientes de un mismo acontecimiento nos debería hacer reflexionar. Pocas veces sucede esto, quitando los grandes acontecimientos deportivos o algún otro evento habitual. Y las campanadas de fin de año, el único momento en el que hacemos algo a la vez (que decía el grupo Mecano en una de sus canciones), aunque cada uno decida el canal por donde lo quiere seguir.
No sé si podrá haber una sincronicidad más bonita que esta. Miles y miles de almas pendientes de la entrada de un grupo de valientes a los que respeto y admiro siempre, aunque es cruzar la puerta de entrada de la casa y no poder resistir poner en solfa todas y cada una de sus actitudes. Para eso estamos, digo yo. En eso también somos como un solo hombre, sincronizados en la coincidencia e incluso más en la discrepancia. Pero todos a una, como los de Fuenteovejuna.
Digo que nada más cruzar la casa los concursantes les empezamos a tener ganas, pero esta vez ni siquiera hemos tenido que esperar. Marta, la primera concursante de GH 16 que hemos conocido, supo que lo era en la rueda de prensa del pasado jueves. Esto ya es sabido, solo me interesa remarcar que habían pasado apenas dos o tres minutos y en la red había un clamor que pedía su expulsión. ¡Esto sí que es grande! Marta lamentó que su padre le hubiera pagado una carrera para terminar entrando en Gran Hermano. Si es para insultar al formato mejor te quedas en casa, monina. Marta es canaria, solo falta confirmar que es surfista. Odontóloga ya sabemos que no, porque es periodista. No vaya a ser que hace focaccias.
Pues eso, que solo quedan horas (dependiendo de cuando leas esto) para que conozcamos a los demás concursantes. Aunque, ya sabes, no hay que dejarse engañar por las apariencias. O eso nos dicen, ¿no? La gala de esta noche empezará movida y solo el destino (y los mandamases de Zeppelin y Telecinco) saben cómo terminará. Y, a decir verdad, ni siquiera ellos lo saben del todo. A partir de esta noche, nadie sabe nada. Y eso es la gran clave, el secreto más conocido de este sorprendente programa.
Que las señales nos lleven por el mejor de los caminos posibles. Sincronicemos nuestros corazones. Comencemos a sentir. Y, si es posible, que nuestras sonrisas aparezcan a la vez en nuestros rostros. Si todo esto pasa, la nave de Gran Hermano, nunca exenta de misterio, llegará a buen puerto. Así sea.