Mis (clásicas) segundas impresiones

telecinco.es 24/09/2015 09:18

Es posible que haya retrasado algo más de lo normal el momento en el cual presento mis primeras impresiones de los concursantes. El comienzo de esta edición ha sido tan arrollador que no he encontrado ocasión hasta hoy. En realidad, suelo hablar de segundas impresiones, y esta vez quizá debería decir terceras. Pero respetando la tradición de tantas ediciones, dejaré lo de segundas y haré como si no hubiera pasado el tiempo.

Iré a ello en breve, pero antes debo comentar algunas de las cosas que se han vivido en la casa durante estas últimas horas. Suso contaba ayer ofendido que, según le había revelado alguien, Ivy tenía intención de nominarle. Antes de nada diré que si esto llega a pasar tampoco hubiera sido una tremenda sorpresa. No recuerdo haber visto a Ivy y Suso teniendo reposadas conversaciones. Tampoco se han prodigado en cariños.

Está claro que si Ivy nomina a Vera sí nos dejaría con la boca abierta, aunque incluso en ese caso haríamos una lectura posiblemente correcta de lo sucedido. Es decir, pensaríamos que Vera había dejado algunas Fantas sin pagar. Pero Ivy nominando a Suso entra dentro de lo esperable. No es una apuesta fácil, posiblemente, pero tampoco algo altamente improbable.

Lo revelado por Suso le metió en un jardín del que en algún momento debió desear salir con urgencia. Posiblemente no valoró las consecuencias de su maniobra. Si es cierto que a Suso le contaron tal cosa, igual se lo tenía que haber reservado, tanto para preservar la identidad de su confidente como para evitar precisamente el revuelo de ayer. Sucede que algunos piensan (pensamos) que Suso se inventó esta historia para despejar sus sospechas sobre Ivy, o incluso para esquivar el golpe disuadiendo a su compañera de que pronuncie su nombre esta noche.

Hay una tercera vía, que nadie le hiciese ese comentario a Suso sino que fuera él mismo quien escuchó algo sin demasiada claridad, y sin poder resistir la curiosidad decidió preguntarle a la propia Ivy. En la casa, a altas horas de la madrugada, Quique y Carolina estaban bastante convencidos de que Suso se lo había inventado todo. Estos dos concursantes están claramente por encima de la mayoría y no me extrañaría que dentro de poco les vea jugando otra liga. Pero, ¿por qué esas dudas? Intentaré explicarlo.

Las dudas surgen por el personaje en cuestión, que el domingo pide poco menos que una orden de alejamiento para Sofía, exigiendo que no apareciera en el mismo plano que él (a lo Tom Cruise, que controla quién entra en plano con él y si se les ve mucho más altos, lo cual no es difícil), y ayer andaban ambos morreándose y moviendo levemente la manta, tumbados en el jardín. Solamente que sea Suso quien diga algo así haría dudar a algunos de sus compañeros, justo aquellos que no han quedado prendados por sus encantos, abducidos por el más gañán de esta edición.

Pero hay más razones para la duda, aparte de la propia personalidad de Suso. Cuando le pidieron que descubriese quién le había contado tal cosa se negó tajantemente. Hasta ahí parece normal y ético que no quiera hacerlo. Ahora bien, falla diciendo primero que había sido una chica y negándolo después. Le faltó decir que no era ni chica ni chico, y entonces habríamos empezado a dudar de Itto, de ese Juan ‘Reborn’ que hoy podría pisar la casa por vez primera, o hasta de los fantasmas de Carolina.

Dice igualmente Suso que se lo habían dicho mientras permanecían encerrados en el dormitorio, pero alguno se fijó que había estado todo el tiempo silente o rodeado de Sofía y Maite. Las sospechas sobre estas dos concursantes ya habían sido despejadas por Suso. Si hubiera seguido eliminando posibilidades igual se queda solo. Ivy parecía lógicamente molesta. “Me vas a hacer dudar de mis amigas”, le dijo. Es lo que pasa cuando se tira la piedra y se esconde la mano. Si esto fue verdad debió haber callado, y si es mentira no deja de proyectar una sombra de duda sobre todos, a excepción de los excluidos.

No caerá esa breva, pero después de esto llegué a pensar que igual más de uno decidía nominar a Suso, incluyendo a la propia Ivy. Hablaba antes de las dudas de Quique y Carolina, que expresaban delante de una Marta menos convencida de que Suso lo había inventado, pero igualmente reticente a creerle. De parecida forma se había expresado antes Raquel. Marina, dada su enorme sintonía con Quique, es posible que termine convencida por este. Si sumamos podemos empezar a ver a Suso en riesgo. Aunque insisto en que, lamentablemente, todo quedará en un espejismo.

Igual que Quique, me inclino a pensar que se lo inventó para intentar sacar verdad de una mentira. Por la razón que fuera dudó de Ivy y pergeñó esta maniobra para enterarse de si le nominaría. Puede que Muti escuchase algo desde su escondrijo espía y luego se lo contase a Suso, pero sinceramente no lo creo. No me extrañaría tampoco que el propio Suso hubiese escuchado que Ivy pronunciaba su nombre sin estar él presente en la conversación y eso le puso la mosca tras la oreja. Sea como sea, creo que se confundió sacando esto a relucir.

En mi escrito de ayer decía que Maite había vuelto, y no me equivocaba en absoluto. Se levantó criticando a sus compañeros por desayunar sin antes haberse lavado los dientes ni aseado. “Es cuestión de higiene”, decía. Se abrió entonces una curiosa disquisición sobre si había que lavarse los dientes antes o después de desayunar. Esto me recordó a la pregunta que me hizo un compañero de estudios con quien coincidí luego en uno de mis primeros trabajos.

La gran duda de mi amigo era sobre si cuando iba al baño debía lavarse las manos antes o después de mear. Le respondí que lo normal era hacerlo después, pero con sus explicaciones entendí que igual la duda era razonable. Su argumento era que si no se las lavaba antes se tocaría sus partes con las manos sucias. Entonces me encontré atrapado en un callejón sin salida y le aconsejé que lo hiciera antes y después. ¿Por qué no?

Ayer podían haber acordado una solución tan salomónica como la mía ante la duda de lavarse las manos antes o después. Perfectamente puede uno lavarse también los dientes antes y después de cada comida. Igual de fácil que era el acuerdo en este caso me lo pareció en otra discusión más larga, que puso a Maite en brote durante un par de horas. Todavía la escuchábamos de fondo cuando ya estábamos viendo a Sofía y Suso juntando sus lenguas haciendo círculos con los que en realidad estaban escribiendo “10 %”, dato esencial para que Suso decidiese dejar de humillar a Sofía para pasar a encamarse con ella.

La importancia de la discusión es bastante discutible. Resulta que la mayoría prefería los espaguetis carbonara y Maite pedía que a ella le apartasen los suyos y dejasen que se echase un poco de tomate frito. No parecía una petición descabellada, toda vez que en los pocos días que han cocinado he visto que hacían comida especial para alguien más de una vez. Sin ir más lejos, el día anterior Aritz y Han habían planeado poner pizza con una ensalada y las quejas de algunos les obligaron a hacer también unos macarrones.

Sin entrar en el espinoso tema de la falsa carbonara con nata, en lugar de con huevo, que sería considerado un sacrilegio por la mayoría de italianos, no veo mayor complicación en lo que pedía Maite. ¿Por qué tanta reticencia? Porque es Maite, claro está. “No vamos a abrir el tomate frito para que te pongas tú un poco, hay que racionar la comida”, argumentaba Aritz, apoyado por Han. Se trata de los mismos Aritz y Han que de madrugada hacían copiosa recena junto a otros muchos.

Y voy ya con el repaso a mis segundas impresiones.

Amanda: Su personalidad no ha terminado de traslucir, pero en sus formas parece un Frankestein fabricado con despojos de la Pelopony, Yleniay otras divas de esas que ella idolatra. Antes de tener tiempo para conocer a Han exclamó “me encanta” solo por el hecho de saber su condición sexual. Porque Amanda es de esas personas que tienen muchos amigos gais, y se enorgullecen de ello. Me parece que confía demasiado en sí misma. Ya sé que está bien tener confianza y nada debiera considerarse excesivo, pero a veces demasiado significa pensar que bailas bien, considerarte divina y dártelas de “friki de la RAE” sin que ninguna de esas cosas esté realmente justificada.

Aritz: El tipo del sombrero, como se apoda en esas redes sociales que en teoría no maneja. Ignoro si su falso desapego a la tecnología es su secreto, lo que no cabe duda es que no ha conseguido engañarnos con eso. Fue presentado como el único que no tiene secreto, pero la cosa iba de no fiarse y no dar nada por seguro. De momento, aparte de su febril actividad en Internet, se sospecha de la llave que adorna su sombrero, que bien podría ser simplemente eso mismo, un adorno. Pero también podría encajar en alguna de esas extrañas cerraduras que hay en el cuarto de baño.

Artiz parece templado y bienhumorado. Ha vuelto a acoger en su cama a Han, con quien está demostrando más paciencia que el santo Job. Hasta ahora casi todo son cosas buenas, salvo que parece excesivamente ‘bienqueda’. No sé si su parte buena nos va a terminar resultando suficiente.

Carlos: De apariencia plácida y sonriente, no ha tardado en descubrir un carácter destemplado, caprichoso y algo chulesco. No debe saber bien dónde se ha metido si llevando una semana anda desesperado por un currusco de pan. La falta de carbohidratos no solamente puede terminar desinflando sus músculos sino también puede debilitar su neurona. De momento, se escucha el eco cuando patina. La neurona, digo.

Carolina: Me inquieta su mirada penetrante, con los ojos extraordinariamente abiertos. También su apariencia de insondable tristeza, que parece contagiar a su alrededor. Con todo, me parece de las más inteligentes y analíticas. Si es tan observadora como aparenta puede tener mucho futuro en este programa. De momento, es quien más despierta mi interés. No puedo esperar a conocerla, y hasta desearía que se convirtiera en una de mis preferidas.

Quique: Posiblemente es tan analítico y observador como Carolina, pero sin estar rodeado de un halo de misterio que se desea traspasar. Me parece un marujo dado al cotilleo que igual puede acertar como equivocarse en su apresurado diagnóstico sobre los demás. También comparte con Carolina un rol secundario hasta el momento, lo cual no me hace verle como el Kikea (muebles de Guadalix) que algunos apuntan. Mi confianza en él es tan firme como mis temores a que falle el tiro y termine haciendo desaconsejables alianzas. Ya erró con Raquel, de la que se alejó como quien se aparta de un apestado. La próxima puede ser Marina, su actual confidente. Viendo a Quique y Marina, creo que uno de los dos intentará manipular al otro, pero no estoy seguro de quién es quién.

Han: Perdió la gracia cuando pudo hablar en nuestro idioma. Prometía atrapar nuestras simpatías y convertirse en un concursante querido, pero en cero coma pasamos a cansarnos de sus niñerías y esos aires de diva que comparte con Amanda. Han satura enseguida, y esto no ha hecho más que empezar. Puede hacerse perdonar si elige bien sus aliados y no se deja influir por su entorno. Es posible que me equivoque, pero empiezo a vislumbrar que demostrará carácter y no se va a dejar manipular. Ojalá acierte, porque sin nada positivo voy a tardar muy poco en desear su expulsión inmediata.

Maite: Lo dije hace días, Maite es una concursante imprevisible y libre, para la que el juego, o la opinión de sus compañeros y la audiencia, no condiciona sus actos. Es incorrecta, impetuosa y de mecha corta. También divertida, alocada y sorprendente. Al mismo tiempo, tiene un nulo sentido del ridículo. De momento, está resultando infinitamente más interesante que los demás. De acuerdo que llamarlos rebaño de ovejas es inapropiado, pero más lo sería si no tuviera buena parte de razón. Es posible que nos cansemos pronto de ella, igual que pasa con Han. Pero, hoy por hoy, si tuviera que definirlo en corto diría que es la puta ama.

Marina: Me resulta inevitable que a cada crítica que comparte con sus compañeros, ya sea con Quique o con quien sea, piense que ella tiene un bebé de mentira que pasea en un carrito como si fuera auténtico. Su secreto lastra por completo su imagen, y tampoco ayuda su carácter apocado o el desprecio con el que habla de casi todos. Eso sí, lo hace con la boca pequeña, adaptada totalmente a un mundo de susurros que siempre he detestado en Gran Hermano.

Marta: Si a veces uno duda de que Maite haya pasado las pruebas psicológicas, Marta no se queda atrás. Con ella tengo un problema que eclipsa cualquier otra cosa: no me la creo. Me da la impresión de que está sobreactuando de forma permanente. Creo que exagera la exageración, resultando poco menos que una caricatura histriónica hecha a la tragedia. Parece que Marta necesitara el drama, habiéndolo convertido en una forma de vida.

Muti: Es muy gracioso, cabesa. Ha elegido como colegas a Suso, Carlos y Vera porque son también graciosos, cabesa. Sigue siendo casi tan invisible como al principio. Apuesto a que desaparece mañana y no nos daríamos cuenta hasta pasados unos días. Cabesa.

Niedziela: Que siga rozándose con Vera después de ver que está jugando a dos bandas entre ella e Ivy da muestras de escasa inteligencia y débil carácter. De no ser por esto la seguiría viendo como la chica más adorable de la casa. También como la más tratable. A Nied le ha salido un grano que debería reventar más pronto que tarde. Tampoco es extraño que se lleve bien con Vera, si tenemos en cuenta que ve a Suso como ganador. Tantas vueltas en el monociclo creo que le han terminado girando la cabeza. (Y ahora sí que saco el paraguas, porque Nied tiene talifanas y talifanes de los buenos).

Raquel: Puestos a señalar sus errores creo que terminaré antes destacando sus aciertos. Bueno… mejor paso a otra cosa. Lo peor de Raquel es que en todo hay alguien que la supera. Los hay mejores estrategas, que manejan mejor el drama y disimulan mejor sus intentos de llevarse bien con todos. Es la perfecta actriz secundaria. Si hacemos un concurso en el que se lleva el premio el primer expulsado de la casa quedaría segunda. Espero que esto no se cumpla y salga esta noche.

Sofía: Pues Sofía es casi nada. Bien, de acuerdo, es el pibonazo de esta edición. También es hija de Maite y su único apoyo en la casa, por lo cual mejor será que aguante ahí dentro un poco. Se nos presentó como una chica desinhibida, que solo buscaba diversión, y a los cuatro días nos vende ‘hamor berdadero’ con Suso. ¡Con Suso! Ave María purísima.

Suso: Candidato a gañán de esta edición. Hombre de Cromañón aficionado a los libros de autoayuda. La combinación es explosiva. A pesar de todo, no puedo negarle cierta facilidad para las relaciones. De momento, ha logrado encandilar a media casa. De todas formas, no creo que le dure la estrategia de decirles a todos cosas como “voy a muerte contigo”, “eres un tipo genial”, o “tus padres estarán orgullosos de ti”. Basta con que unos se enteren de que eso mismo ya se lo dijo a otros.

Vera: Admiraría su morro al ir de los brazos de Niedziela a los de Ivy, de no ser porque se me vislumbra que lo suyo con las dos se va a enquistar y al final quedará como el ‘pagafantas’ que ya aparenta. Estoy convencido de que sabe perfectamente que Ivy y Carlos son pareja, pero se la refanfinfla.

Ivy: A veces pienso que juega a romper su relación con Carlos. Esto es tan fuerte que no me puedo fijar en nada más. Casi me ha costado darme cuenta de que ni dramatiza ni hace la pelota a nadie. No pierdo las esperanzas con ella.

Moleskine del gato

Ayer volvió a aparecer en la casa el dron saltarín Super Jump. No recordaba que es un dron parlante, lo cual me hizo desear con mucha fuerza que el mismo redactor que pone la voz al dron haga lo propio con Juanito ‘Reborn’, el bebé de Marina. Entre esto y los fantasmas de Carolina (o quienquiera que sea) esto puede terminar siendo un auténtico pasaje del terror.

Y esta noche tenemos una fiesta. Como siempre, nos la traerá a casa Mercedes Milá. No podíamos tener mejor invitado y anfitrión a un tiempo. Viviremos la primera expulsión. Debemos indultar a ese toro navarro que tantos buenos momentos nos está haciendo pasar. ¡Salvemos a Maite!