Coman es partidario del pensamiento neutro

telecinco.es 18/03/2015 09:42

Imaginen la siguiente escena e intenten ponerse en el lugar de uno de sus protagonistas, es decir, Coman o Belén. Ya advierto que para hacer de Coman hay que convertirse a la fe del pensamiento neutro, aunque de eso hablaré un poco más adelante. Y para encarnar el papel de Belén es preferible ponerse el pijama más feo o decir “tía” o “tronco” en cada frase. Allá cada uno con su responsabilidad al elegir protagonista. El caso es que a la hora del almuerzo hubo un poco de movimiento en la casa, lo cual parece tan excepcional a estas alturas como que reciten un solo verso del Tenorio con algo de acierto. Coman estaba en el cubículo de la radio, escribiendo en su blog, y Belén andaba merodeando por allí, cuando de repente le urgió que comenzasen el almuerzo.

Debo explicar que los diabéticos una vez que se ponen la insulina necesitan comenzar a comer inmediatamente. Supongo que Belén venía de ello y por eso urgió a Coman a que pusiese el almuerzo, una vez que este le había confirmado un momento antes que estaba ya todo preparado para comenzar cuando quisieran. Coman deja lo que estaba haciendo, el escrito en su blog, y va a la cocina a servir los platos. En esto que Belén, en lugar de sentarse a la mesa la primera, como hace casi cada día, entra donde la radio. Coman aprecia la maniobra y se acerca para comprobar que su escrito ha desaparecido y Belén está escribiendo un saludo a Jorge Javier Vázquez.

Según explica Belén, había saludado al resto de compañeros, pero se le había olvidado el presentador de Sálvame. Con toda lógica, Coman alucina por la maniobra de Belén. Le obliga a que deje el escrito a medias para servir la comida y en lugar de sentarse a la mesa hace que desaparezca su texto para escribir ella. Y ahora es cuando pregunto: ¿Cuál habría sido tu reacción? De acuerdo con el papel elegido, podemos imaginar la propia reacción siendo Coman ante lo de Belén, o si hemos preferido ser Belén, qué habríamos respondido a Coman cuando este protesta sin terminar de entender lo sucedido.

Empiezo yo con mis reacciones y luego que cada uno cuente las suyas. Particularmente, creo que habría alucinado, pero sin enojarme demasiado con Belén. En muchas ocasiones hacemos cosas de estas, previendo hacer una cosa para luego terminar en otra sin apenas darnos cuenta. Más fuerte me parece que no respetase lo que estaba escrito, aunque no debemos perder de vista que para Belén el ordenador es “la máquina de las teclas” y el primer día tuvo que pedir asesoramiento para borrar la última palabra escrita. Con semejante poco dominio de la técnica, es entendible que no se diera cuenta de lo que hacía. Por lo menos, le concedería el beneficio de la duda, intentando evitar una bronca justo a la hora de comenzar a almorzar.

Por su parte, si fuera Belén, no hubiera dudado en ofrecer mis disculpas a Coman, una vez supiera que mi poca habilidad ha provocado que pierda parte de su escrito. Como ella solo pensaba poner un saludo de menos de una línea, se disculpa que en lugar de incorporarse a la mesa antes pase a escribir en el blog, pero sus actos tienen una consecuencia que perjudica a Coman, y debería haberse disculpado por ello. A veces, una simple disculpa arregla las cosas más que nada. Basta con pedir perdón para que la discusión se suavice y no vaya a mayores. Y si no es así, al menos te quedas con la sensación de haberlo intentado.

Muy distintas fueron las reacciones de Coman y Belén. Él enfadado y ella sin aceptar haberse equivocado. Coman seguía molesto ya de madrugada, asegurando que daría cualquier cosa a cambio de que le mostrasen un vídeo en el que se viera a Belén cargándose su texto. No existe ese vídeo porque ninguna cámara enfoca de forma fija la pantalla del ordenador, o al menos eso creo. Tampoco sería necesario si está tan seguro como dice de que había dejado su texto a medio escribir. No sorprende nada la actitud de Belén. En estos dos meses largos la he visto pedir perdón pocas veces, y casi ninguna pedir las cosas por favor.

Conociendo a cada uno es muy fácil imaginar cómo van a reaccionar. Hubiera asegurado que a Coman le molestaría la actitud de Belén, del mismo modo que hubiera apostado cinco contra uno a que esta no pediría perdón. El primer día sorprende, pero ahora cuando Belén le pide a Coman que le haga un zumo porque tiene el azúcar a ochenta y tantos, sin añadir un mísero “por favor” ya no suena ni mal. Es Belén, ella es así. No quiero decir que esto exculpe de nada, solo que se acostumbra uno a todo.

La bronca fue a mayores, aunque esto es algo que debemos imaginar porque justo en ese momento reclamaron las burbujas del jacuzzi su ración diaria de protagonismo. Y lo tuvieron, ya lo creo que sí. De vuelta al interior de la casa, los ánimos ya se habían templado y andaban todos dudando entre estudiar o dormitar. La tentación de decantarse por lo segundo es grande, aunque si quieren hacer una representación medio decente del Tenorio más les vale dedicarse con esmero al estudio del texto. Es de esperar que Belén no seguirá leyendo el teleprompter todo el rato, como hace ahora.

Un par de discusiones tontas como esta te arreglan un artículo. Ayer tuvimos esta en directo y pudimos ver otra inédita para mí. Aquí también anda metido Coman, siendo Ángela su oponente en este caso. El jamón hace de personaje secundario, ese típico papel de figurante sin frase. De la bolsa de basura para el reciclaje ni hablamos. Pero vayamos por partes, que diría Jack ‘el destripador’. Estaban utilizando la funda del jamón para cubrirlo, y Coman lo sustituyó por una bolsa de basura. Ángela recomendó que se usase la propia grasa exterior del jamón para taparlo, o en su defecto un trapo, pero para Coman todo deja pelusa excepto la bolsa de basura.

No es por un tema estético, sino que el plástico es enemigo del jamón y hasta del sentido común, si me apuran. Decía mi madre que todos los escrupulosos son guarros, lo cual no me conviene decir esta vez no vaya a ser que Ylenia crea que le estoy dando la razón. Pasando de generalizaciones injustas, lo cierto es que Coman no es escrupuloso, es muy escrupuloso. Casi todo le da asco. Es extremadamente especialito para estas cosas, por lo que no le convencía ninguna alternativa a su cutre bolsa amarilla.

Finalmente, Coman se dio cuenta de su inútil cerrazón y dio su brazo a torcer. Entonces a Ángela se le ocurrió la mejor de las soluciones a este entuerto. Si a Coman le da asco que se pueda quedar pelusilla en el jamón por la forma de cubrirlo, lo más sensato es que no se coma él la primera loncha. El primer corte de cada vez será para otro, con lo que se evita que haya pelusa alguna en el jamón que coma Coman, al no haber estado en contacto con el exterior de forma directa, expuesto a coger pelusa de un trapo o lo que fuera. La solución convenció a Coman y en este caso se resolvió todo de forma inusualmente fácil y razonable. El diálogo lo puede todo.

Se empieza a preparar la prueba de la próxima semana, que consistirá en una campaña para ganar la final, al estilo de las campañas políticas de unas elecciones. Para ello, cada concursante ha tenido que elegir ya un eslogan. Vayamos con los elegidos. Belén: “Con Belén Esteban, fuerza y coraje”. Coman: “Nacido entre lágrimas, esperanza del pueblo”. Fede: “España, vosotros podéis realizar mi sueño”. Ángela: “Vive, convive y deja vivir”. Y Aguasantas: “Respeto y humildad”. El de Fede no lo tiene claro ni él. Antes de la referencia patria hablaba de felicidad y no sé qué más. He de confesar que fui incapaz de comprenderlo.

Más bien pomposos casi todos los eslóganes elegidos. Yo hubiera preferido algo así como aquel creado por Mingote en una serie de viñetas de una de las primeras campañas electorales tras la restauración democrática española. Decía así: “Vote a Gundisalvo, ¿a usted qué más le da?”. Es maravilloso lema, igualmente válido para otros fines. Imagine el lector que se dirige a la mujer o el hombre de sus sueños y le propone llevarle al huerto con el argumento ‘gundisalvista’ de Mingote: “¿A usted qué más le da?”. Aplíquese a peticiones de aumentos de sueldo y otras fruslerías de esas que tanta ilusión nos hacen.

Demasiado en serio se lo han tomado esto de la campaña, aunque ciertamente está en juego un jugoso premio. Ellos son de tomárselo todo en serio, más o menos. Anoche, Coman se ponía la túnica de santo y casi me pareció ver la aureola rodeando su cabeza. De esa guisa le pidió perdón a Fede por haber pensado mal de él. Más bien por haberse dejado engañar por quien le decía cosas inciertas por las que él había pensado mal. Se refiere a que Belén le dijo que Fede le iba a nominar, por lo cual Coman hace lo propio diciendo que está viendo cosas raras.

Lo gracioso es que ambos se dieron los dos puntazos, aunque Fede luego negó haber nominado a Coman. Esta es la razón por la que este anda arrepentido por sus puntos, sintiéndose engañado. En realidad, es Fede quien le ha engañado, y anoche dudo mucho que fuera capaz de adivinar la enigmática petición de perdón, que Coman acompañó de una auténtica loa a la amistad. Igual dijo cincuenta veces que se alegraba de que Fede llegase a la final y que también sería feliz si llega a ganar, aunque su prioridad es Santi. Al menos no se olvidó de remarcar esto casi el mismo número de veces.

La conversación se extendió durante un par de horas, que se me hicieron una eternidad. Es lo habitual entre estos dos, así que nada me sorprende. Ambos se pusieron filosóficos. A Coman le ha pegado Fede su costumbre de utilizar de forma permanente símiles, preferiblemente de tipo deportivo. Con el roce se pegan estas cosas, y ahora cada vez que puede hace lo mismo el ‘euskoguineano’. Los primeros diez minutos interesa, hasta gusta. A la hora está uno a punto de desfallecer.

Lo que menos soporto del discurso de Coman es que pregunte cada dos frases “¿esto lo entiendes?”. A ver, sí, normalmente se entiende. Y si no ya preguntará el interesado. Pero andar preguntando todo el rato cansa. Como coletilla no he conocido otra más larga, aunque ahora que lo pienso una vecina mía decía continuamente “¿entiende usted?”, que es la versión viejuna de lo mismo. Por otra parte, Coman y Fede poniéndose filosóficos son una gran invitación a hacer mute.

Filosofía indefinible la de Coman cuando se declara partidario del pensamiento neutro. “Hay un pensamiento positivo y otro negativo, pero yo prefiero el pensamiento neutro”, dice ante un Fede que mira con cara entre sorprendido y vencido. Algunas teorías orientales hablan del pensamiento neutro como el carente de carga emocional, lo cual no me termina de convencer. Otros como una combinación del positivo y el negativo, que suena mucho a cortocircuito peligroso.

También se habla del pensamiento neutro como el que tenemos cuando soñamos cosas que deseamos y nunca tendremos. Soñamos cosas una vez cada tres horas de sueño ligero, salvo que hayas cenado en un mexicano, que entras en un sueño continuo y picante que te pasas. Coman a veces parece que hubiera sido sometido a una sobredosis de picante. O algo.

Moleskine del gato

Hoy emplearé este moleskine en responder a Amor, ofendida con mi relato y opiniones de ayer. Sobre mi opinión, dice la exconcursante: “Jamás he hecho un montaje, jamás he contado una mentira… solo he contado mi vida, mis historias, mis éxitos y mis tragedias… pero jamás he mentido”. Queda dicho, cada lector decidirá. A mí, de momento, me ha convencido. Amor no es una montajista ni ha mentido nunca inventándose una relación con alguien tras hacerse tan solo una foto en el AVE. Esto nunca ha pasado y ahora mismo me aplicaré el “desneuralizador” de ‘Hombres de negro’ para borrar todo esto de mi memoria.

Ya está borrado. Amor es buena, no ha mentido nunca. Mucho mejor así. Aunque tranquilo no estoy sabiendo que ha conseguido mi número de teléfono. Solo puede agravar mi inquietud encontrarme con ella en el AVE. Que Renfe nos pille confesados. Y Adif, si es preciso.

Sobre el tema narrado hay una confusión muy habitual. Yo no sé si Aguasantas dice la verdad o no. Solamente transmito lo que ella cuenta, con la mayor fidelidad de la que soy capaz. Ella contó cómo Amor le confesaba que había mencionado a Manuel Cortés en su entrevista con la revista Primera Línea, sin haber tenido ninguna relación con él. Le confesó que había mentido, según Santi. También afirmó la concursante que la mención al hijo de Raquel Bollo no se llegó a publicar en el reportaje. Esto entre otros muchos detalles, que resumí en mi escrito de ayer.

Según Amor, “la revista se publicó” y “nadie paralizó ninguna publicación”. No es exactamente lo que contó Santi. Según ella, la revista se publicó, pero sin el nombre de Manuel Cortés. No estoy dando una visa de credibilidad a lo que cuenta Aguasantas. Me limito a contar lo que ella ha dicho. Si Amor quiere se lo puede aclarar en cuanto salga de la casa, como mucho dentro de ocho días. Por mi parte, aquí queda la rectificación de Amor a las palabras de Aguasantas.

Creo que el “desneuralizador” que he utilizado estaba mal regulado y no recuerdo lo que tenía que hacer ahora. Hola, ¿hay alguien ahí?