La concursante fantasma

telecinco.es 27/03/2012 09:53

Anoche hubo una expulsada no concursante, como decía Mercedes Milá citando a nuestro ravenous, y otra protagonista de la gala de las sorpresas de familiares y amigos, una de las mejores que recuerdo. En realidad se trata de una concursante fantasma, que lleva tiempo estando sin estar, alcanzando un singular protagonismo. Se trata de Julia, la ausente. Ella fue la gran protagonista de una grandiosa noche. Ni Dextermorgan (el perro de Ari), ni la petición de perdón de Noemí a sus familiares (muy mala conciencia debe tener), ni la frialdad de Alessandro. Si acaso ese dúo divino de hermanas gemelas que se intercambiaron por un rato para que en menos de un minuto Dani descubriera que Marta no era Marta sino Constan.

Grandes momentazos nos reservaba la gala de anoche, con anuncio de repesca incluido. En plató estaban los concursantes expulsados hasta el momento, sin ninguna excepción. Da pena ver a Aristidín de nuevo intentando dar pena. De alguna manera lo ha conseguido. Un concursante que deja de ir a las galas pero cuando hay opción de repesca vuelve a aparecer solo merece la indiferencia de esa audiencia a la que él ha despreciado. ¿No tienen los concursantes obligación de asistir a las galas? ¿Por qué no se han explicado las razones de su ausencia? Es evidente que jamás deberían haber permitido a este exconcursante participar de esta segunda oportunidad. Mucho menos si tenemos en cuenta que solo se despidió de Torso, ese perro más mordedor que ladrador. Hace mucho que Torso ya no está, y la casa de Guadalix es ahora un espacio libre de perros.

La votación está abierta e incorpora la típica opción de "ninguno de los anteriores", o sea, una posibilidad para que los enemigos de la repesca hagan fuerza para que no vuelva a entrar en juego ninguno de ellos. Por ellos temo que no será la opción más votada, aunque tampoco soy capaz de predecir quién puede ganar. En su momento se pidió repesca para Zulema, Mary Joy y María. Sería inaudito que volviera a entrar Cristian, apenas dos semanas más tarde de su salida. Mi opción personal la detallaré más adelante puesto que ando ya relamiéndome ante una carambola fantástica que me hace esperar la gala del próximo lunes con tanta ansia o más que la de ayer.

Marta aplastando a Constan, Pepe bailando sin parar ante sus sosos amigos, Ari tirándose a la piscina sin quitarse el micro, Sindi saltando a por 'mondarinas' para ver bajar a una amiga por la "resbalaera", Dani a duras penas hablando en chino mandarín para terminar recibiendo indicaciones de los chinos en castellano para ver a su madre tras un vidrio, Alessandro comiendo un espagueti en plan 'La dama y el vagabundo' hasta estar a cinco centímetros de su madre, Noemí aguantando sobre la tabla de surf (podría ser una tabla de planchar, si es que no lo era) mientras lloraba y volvía a balbucir, Juan saliendo de la casa en su moto y Sergio volviendo a ver a su madre tras la friolera de... once días sin verla.

Tras semejante carrusel de emociones quedaba solamente un concursante por vivir su propia sorpresa. Hugo había esperado unas tres horas encerrado en la sala de expulsiones, viendo como el resto iban saliendo uno a uno, casi seguros de que habría visitas de familiares y amigos puesto que la gemela de Marta les había puesto sobre la pista. En un momento vimos a Sergio y Hugo, los dos últimos, tumbados en el suelo, con la cabeza al otro lado de la cortina que atraviesa cada noche de gala la famosa furgoneta, que ayer en lugar de llevarse a Berta, la no concursante que tuvo una no entrevista (y salió con un 50'9% de los no votos), había traído a los visitantes. Durante esa larga espera, Hugo ni siquiera sabía quién había sido expulsado esa noche. Pero llegaba su hora al fin.

Al salir de la sala de expulsiones se enfrentaba Hugo a un dilema, su propio y particular juego de las tres puertas. Cualquier amante de la lógica y los juegos matemáticos habría elegido la puerta del interrogante. Las otras dos llevaban grabadas las inscripciones de "Carmen" y "Julia", concursante fantasma y a la sazón novia de Hugo. Este tenía que abrir una de las tres puertas, y solamente una. Menuda decisión dura y complicada. Esto le pasaba a este concursante en un día que demostró ser un amigo leal, además de acreditar una coherencia sin mácula y gran capacidad dialéctica.

Con su forma de hablar pausada, sin aspavientos, dejando expresarse al contrario, mantuvo una conversación durante una hora aproximadamente con Ari y un silente 'páter' que aguantó sin meter baza mucho rato aunque al final decidió intentar hacer pinza y atrapar a Hugo, aunque he de decir que sin ningún éxito. En esa conversación vi a una Ari que no sabía muy bien lo que defendía frente a un Hugo convencido. Fue una lucha entre los argumentos volátiles de una y los principios sólidos de otro. Ari siempre me produce la misma sensación, me parece como si hablara antes de pensar, justo lo contrario que se supone debería ser. Es como si ella no buscase las palabras que se ajustan a su pensamiento sino más bien fuera intentando acomodar lo que piensa a lo que va saliendo de su boca improvisadamente.

El momento clave de la conversación fue aquel en el cual Hugo utiliza uno de esos argumentos definitivos que tanto me gustan. "No se pone a prueba una amistad", decía. Ayer mismo hablaba de los momentos de comunión entre un concursante y la audiencia. Pues bien, ese argumento es copia exacta del utilizado por este gato charlatán también ayer. La misma Ari reconocía que había querido probar la amistad de Pepe, lo cual comporta un concepto de la amistad que no entra en la cabeza de algunos. Hugo y yo somos así, oiga.

Durante dos meses he tenido dudas sobre este concursante, aparentemente descomprometido y con un sentido del humor no del todo fácil de entender. Pepe ha logrado sintonizar en ese aspecto del humor, pero también en muchos otros. Poco a poco, Hugo iba ofreciendo muestras de que no es un tibio. Su intervención en momentos concretos como la sobremesa del día posterior a la 'bizcochada' decía mucho a favor de él, especialmente teniendo en cuenta que no fue uno de sus partícipes. También entonces parecía que Hugo se unía a ese reclamo en Internet de que "todos hemos comido bizcocho".

Pues bien, este Hugo fue puesto ayer ante el dilema de las tres puertas, que tantos buenos recuerdos me trae personalmente. No creo que a muchos otros se les hubiera pasado por la cabeza la idea de que tras alguna de las puertas pudiera no encontrar lo esperado. En el minuto uno Hugo preguntó: "Esto no significa que vayan a estar, ¿no?". Tal vez le llevó a pensar eso que desde hace semanas tiene dudas sobre si Julia, su novia, estaría dispuesta a hacerle una visita. Tanto es así que renunció a pedirlo en la poco aprovechada boca de los deseos.

Otra vez iba a demostrar Hugo que no rehúye el compromiso. La postura fácil habría sido abrir la puerta de su madre. Ahí no podría tener duda de que iba a encontrar lo que anunciaba el cartel, pero se hubiera quedado sin resolver sus dudas. Las otras dos puertas tenían su enigma. Una porque no podía saber quién estaba detrás, aunque me extraña que no lo haya imaginado. Ayer decía a sus compañeros que seguramente no habría nadie, pero supongo que habrá pensando en algún momento que podía estar María. La puerta central encerraba un misterio más atrayente. ¿Estaría Julia? ¿Habría accedido a ir y saludar a quien era su novio hace un par de meses?

La situación estaba tan bien resuelta desde el punto de vista televisivo que esa duda era compartida por concursante y audiencia a un tiempo. De nuevo nos sentíamos solidarios con él. Todos éramos Hugo en ese momento, compartiendo sus dudas e inquietudes. La única diferencia estaba en que solamente él podía tomar la decisión. Una elección que me pareció estaba tomada con decisión y prontitud. Iba a abrir la puerta con el rótulo "Julia", la concursante fantasma, aquella que había estado en boca de Noemí, con el fin de amargar la despedida de María, la chica que se metió en la cama de Hugo y aún no ha salido de su mente.

Hugo se sentó delante de la puerta elegida. Se daba un momento para estar seguro al tiempo que preguntaba si ya debía abrir. El momento tenía una intensidad sin precedentes. Nos íbamos a enterar al mismo tiempo que el concursante si Julia estaba tras esa puerta o no. Abrió la puerta y apenas entró en el vestidor para comprobar que allí no se encontraba nadie. Había desaprovechado su oportunidad de tener visita en la noche de las sorpresas de familia y amigos, no así la de resolver su duda. Julia no quería ir a saludarle, importante dato.

Su entrada en el dormitorio azul, donde le esperaban todos sus compañeros, fue otro grandioso momento. "Nada, no he visto a nadie", dijo cabizbajo. Entonces se hizo un silencio sepulcral, teñido de tristeza e incredulidad en dosis semejantes. Un poco más tarde, mientras continuaba la gala en plató, Pepe le dijo que una madre nunca te abandona. Tras esa puerta tenía que estar su madre con toda seguridad y Hugo se había quedado sin poderla abrazar y besar. En realidad, había dejado a su madre sin ese premio, después de haber llegado hasta allí convencida de que lo vería.

Había arriesgado y en el riesgo tuvo una recompensa. Tal vez fuera una recompensa cruel pero no tengo ninguna duda de que para él era mucho más importante saber lo que había respecto a su novia que poder recibir apoyo familiar. No en vano eligió lo que ya conocemos. Ahora ya sabe que Julia no quiere verle (lo cual no quiere decir más que eso), todo un dato que no debemos descartar le pueda ser útil en un futuro muy próximo dentro de esa casa. Después vino la desolación. En dos habitaciones diferentes de la casa Hugo y su madre lamentaban no haber podido verse. Por primera vez en una gala de este tipo había un concursante que se quedaba sin sorpresa. Menos mal que siempre nos quedará Mercedes Milá.

Milá tuvo anoche dos momentos que recordaremos de forma muy especial. Primero fue su emoción cuando entraron los moteros amigos de Juan en la casa. Nunca antes vi tanta emoción en mi querida Mercedes. Le costó un triunfo seguir. No soy quién para hacer ningún tipo de conjeturas, pero unas semanas antes tuvimos una clave para interpretar la razón de su emoción, cuando apareció con una chupa de motero presentando un programa muy pocas horas después de enterrar a su padre. Solo al escribirlo me emociono.

Su segundo gran momento fue cuando, fuera de guion y sin consultar con nadie, tomó la decisión de que esa madre compungida y rota pudiera finalmente ver a su hijo. Hugo entraba finalmente en el 'confe' y la abrazaba, como debe ser. Digo siempre que Mercedes es 'alma máter' de este programa, pero a veces también es su (nuestro) ángel de la guarda. Igual de emocionante me pareció el fortísimo abrazo que le dio su amigo Pepe cuando volvió al dormitorio explicando lo sucedido. Las emociones compartidas son lo más.

Como pasa en las mejores historias, lo mejor había estado al principio y al final. La última sorpresa fue tan fuerte como acabo de relatar torpemente, y la primera se trató de ese encuentro entre dos gemelas idénticamente adorables. Constan esperaba a su hermana en el 'confe', camuflada en el sillón rojo (protagonista de la cortinilla personalizada para dar paso a la publicidad que anoche estrenaba Telecinco). Cuando Marta la vio se tiró al suelo y la apretujó hasta casi ahogarla. No era capaz de reaccionar, ni hacer caso a las indicaciones de Milá.

"¡Hazme caso, coño, estamos bien!", terminó diciendo Constan, intentando que Marta volviera en sí. Por fortuna lo hizo porque así pudo disfrutar de las imágenes de su hermana dentro de la casa. Lo que iba a pasar después es que su gemela intentase pasar por ella, dando un abrazo a Pepe, llamando espagueti a Alessandro, Pipi a Sindi y diciendo a Hugo la frase: "Yo me entiendo". Lo hizo fenomenal aunque debió borrar más el rastro del rouge en sus labios y contaba con el inconveniente del pelo, más largo y moreno. Dani entró en brote al momento, seguro de que no era Marta. Hasta llegó a comprobar su tatuaje en el brazo izquierdo. Y luego vino la delirante escena de Constan montada en patinete por toda la casa, camino del 'confe' con un grupo de concursantes detrás, como zombis inquisidores que señalaban a la impostora. Enorme, no tengo otra palabra.

Entre la emoción incontenible de Marta al ver a su gemela y la decepción de Hugo, solucionada in extremis, el resto de sorpresas completaban una gala repleta de emoción y tremendamente divertida. Con este programa de las sorpresas siempre pasa lo mismo, al no ser todas iguales suscita la crítica por el hecho de que unos concursantes puedan abrazar a sus familiares o amigos mientras otros tienen que conformarse con verles tras un espejo o asomándose a la ventana de una almena. Por eso Pepe preguntaba a cada uno de sus compañeros, según entraban al dormitorio, si habían podido tener contacto físico.

En su caso no lo tuvo, pero aún fue peor porque ni siquiera pudo hablar con sus amigos. Dani vio a su madre tras el espejo del 'confe' pero pudieron hablar, no sin dificultades para escucharse. Noemí tampoco pudo abrazar a su madre y su hermana, pero recibió el mensaje de ambas y les pidió perdón repetidamente por su actitud. Pepe no tuvo opción de recibir ese tipo de ánimo que tanto se debe agradecer ahí dentro. Si hablamos de sorpresas más generosas debo decir que la de Juan se llevó la palma anoche. No solo le dejaron salir de la casa en su moto, sino que pudimos verle departiendo tranquilamente con sus amigos. Con facilidad pudieron transmitirle cualquier mensaje útil en el juego, ¿no es cierto?

Observatorio de nominaciones

Anoche nominaron amigos y familiares en nombre de los concursantes. David, Ricardo, Fernando y José lo hacían por Pepe. Yolanda, madre de Dani. María Ángeles y Eli, madre y hermana de Noemí. Constan por su gemela Marta. María y Cristina, madre y hermana de Ari. Carmen, madre de Hugo. Cristina, hermana de Juan. Conchi y Carmen, madres de Sergio y Sindi, junto a un grupo de amigas. Y Conchi, madre de Alessandro. Los resultados fueron estos.

Pepe: Juan / Ari

Dani: Juan / Hugo

Noemí: Marta / Dani

Marta: Ari / Noemí

Ari: Pepe / Marta

Hugo: Juan / Ari

Juan: Alessandro / Pepe

Sergio-Sindi: Ari / Noemí

Alessandro: Juan / Dani

Nominados: Ari, Juan, Dani, Marta, Noemí y Pepe. Hay para elegir esta semana. La madre de Alessandro tuvo la llave para que hubiera tan solo tres nominados o los seis que resultaron finalmente. Hubiera bastado con que se atreviera a nominar a Noe para que esto finalizara con Juan, Ari y la propia Noemí en la palestra. Los resultados de estas nominaciones demuestran una vez más lo mal que calcula Juan y lo equivocado que estaba al presuponer que según quien se marchase Pepe no volvería a estar nominado. Ya está visto que no es así, aunque el argumento le sirviera para ayudar a que Ari nominase a Pepe. Anoche, sus familiares volvieron a hacerlo.

Moleskine del gato

Y ahora viene la carambola que hace relamerse a este gato malicioso. Pongamos que esta semana es expulsada Noemí, lo cual no parece nada raro. En mi opinión cavó su propia tumba el día que intentó dañar a una compañera, chafando su despedida. Lo ha rematado con sus mentiras casi enfermizas y la falta de palabra al prometer hace siete días que contaría en la casa todo lo que sucedió en Brasil, para finalmente no contar ni la mitad de la mitad. Creo que esta concursante ya ha dado todo lo que podía dar, y a partir de ahora ella será la principal perjudicada si permanece dentro de esa casa.

Pongamos, por otro lado, que la repesca se resuelve con la decisión de que vuelva a la casa María, injustamente expulsada, víctima de una doble moral bastante repulsiva. Creo que tiene muchas posibilidades de ser ella la elegida. Aún digo más, creo que si hay finalmente repesca en esta edición es por la marea creada a favor del regreso de la jerezana.

Pues bien, ya tenemos carambola. ¿No sería bonito ver caer a Noemí volviendo a cumplirse la maldición de Ari? ¿No puede ser el momento para que María le devuelva la bofetada a la surfista? Imagino a María interviniendo en la despedida de Noemí. Y sueño con que le diga algo así como: "Ahora cuida tú de Paolo o Fael, que yo cuidaré aquí de 'papi' y de Aless". Lapsus de maldad los podemos tener todos, aunque en este caso más bien sería pura justicia poética. Sin duda, el gran momentazo de esta edición. ¿Tal vez con Paolo y Fael en el plató?

Y dejo caricatura de Cristian lavando en el río, como siempre por el genial Javier B.V., supongo que para saber lo que es bueno. Por mí que se quede allí y no vuelva.