Hay cosas que el dinero no puede comprar, para todo lo demás...

telecinco.es 04/03/2013 09:28

Decía el eslogan publicitario: “Hay cosas que el dinero no puedo comprar, para todo lo demás MasterCard”. Pues bien, para algunos creo que la forma de conseguir aquello que quieren es Gran Hermano. Si con la tarjeta de crédito no te da, preséntate al programa de telerrealidad más exitoso y veterano, hazte pasar por concursante y verás tus sueños (y de los tuyos) hechos realidad. Esto es lo que ha debido pensar el DJ inanimado, Mr. Danny.

Lo dije a los pocos días de empezar, este concursante no lo es en realidad. Su relación con Susana y la mención permanente a Eva, concursante fantasma a la que puso en el juego su novio, parecía una forma de promoverse a él mismo como el DJ de Gran Hermano y, de paso, promover también a su novia, supuesta modelo (de tallas pequeñas, por lo visto en algunas fotos). Solo han tenido que pasar tres semanas de programa para ver confirmadas nuestras sospechas.

Resulta que esta mañana sale desnuda la tal Eva en portada de la revista habitual y, para más inri, esta noche nos anuncian que optarán a entrar en la casa parejas de concursantes. Lo decía el otro día: anda como un pato, tiene plumas de pato, grazna como un pato... pues va a ser un pato (Igor el mismo día acudía a un dicho parecido, con leche en lugar de un ánade, siempre me sorprende coincidir casi en tiempo y hora con un concursante de dentro de la casa).

Pues adelante con los faroles. Si Eva es una de las aspirantes no solo la habrá puesto en juego su novio sino el propio programa. Ignoro si los ingresos por esa portada los comparte o no con la agencia de representación que tiene la exclusiva de los concursantes. Entiéndanme, no me parece mal lo de los concursantes pareja de otros concursantes, pero casos como el de estos dos perjudican mucho el programa y andan muy cerca de lo que costó la expulsión a aquel Feroz y su cómplice argentina.

Danny no se espera lo de esta noche, en caso contrario no habría empezado su particular campaña para asegurarse la nominación y posterior expulsión. Diría que incluso le ha metido el morbo suficiente a la entrevista, haciendo comentarios despectivos sobre Mercedes Milá y declarando sus simpatías hacia Sergio y Cristian, adorables concursantes del año pasado, eslabones perdidos en el proceso evolutivo del ser humano (virtualmente, claro).

Conseguida cierta fama para el DJ locutor y su novia minimodelo, ahora ya puede salir de la casa y empezar a saborear las mieles de ser popular. Solo falta provocar a la presentadora y así hará un poquito más de ruido. Su plan ejecutado con precisión. Este concursante, por no ser, no es ni tóxico. Sí es un concursante vago y anulador, y en su camino deja a Susana como daño colateral. Ha anulado a esta concursante, a quien arrancó la alegría arrojándola al barranco de la triste vacuidad, donde él se encuentra. En cuanto al trabajo en la casa, Danny ni cuece ni enriquece.

Lo de vago sospecho que es también algo útil para su plan. Decía Leónidas ayer que Álvaro (el pollito volador, según Mercedes), con los dos brazos escayolados haría el mismo trabajo que Danny en la casa. Ayer se levantó a la hora de comer, mientras la mayoría de sus compañeros lo habían hecho al sonar la música, como es su obligación según las reglas del programa. Cuando él se incorporó a la vida en la casa estaba todo limpio y recogido (la cocina era un caos tras la fiesta de la noche anterior, dedicada a las verbenas populares). Pues bien, el señorito se quejó diciendo estar “un poquito molesto”.

Dos cosas me llamaron la atención de su planteamiento. Primero que empezó quejándose a Juan Carlos, no sé si por compartir con él cierta confusión sobre lo que debe hacer el moderador o por verlo más débil que otros. Segundo que no fue sincero cuando dijo que estuvo durmiendo mientras los demás limpiaban, porque en algún plano le vi despierto tendido en la cama. Sonia demostró ser la única con algo de sangre en las venas al responder que no le iba a pedir perdón por limpiar la casa, aunque no se lo dijo a la cara sino por detrás.

No obstante, Danny lo escuchó y le dio a Sonia la gran oportunidad de ser la única que se enfrentase mínimamente a él cuando un rato más tarde repetía su queja delante del grupo, mientras se preparaba la comida. Igor intervino haciendo algún comentario pasajero, igual que algún otro, pero en general callaron acobardados. Me gustó Sonia ‘doña perfecta’ cuando le decía a Danny que en lugar de levantarse contento porque los demás hubieran limpiado mientras él dormía (vagueaba, más bien) lo había hecho enojado. Tampoco es necesario que hubiera dado las gracias, pero darle la vuelta a la tortilla de esa forma parece un sinsentido.

Por eso digo que igual Danny está deseando abandonar la casa y ayer aprovechó para dar a la mayoría de sus compañeros argumentos para nominarle, por si no tuviesen suficientes. Es curioso que el grupo mantenga apariencia de buen ambiente (Flower Power your room) cuando se respira en realidad todo lo contrario: desconfianza, recelo y miedo. El temor está claro cuando vemos conatos de enfrentamiento cuya resolución no es inmediata sino diferida y aplazada. Muchos solamente toman la palabra después, para comentarlo a media voz entre algunos de sus afines.

Igor me decepcionó en este episodio que relato, aún más cuando le vi luego decir que no había estado presente en ninguna de las dos discusiones del día (la otra fue un enfrentamiento entre Iván y Leti que no pude ver). Pero no es cierto. Igor sí estaba allí, aunque tal vez se quitara de en medio durante la discusión. Kristian tampoco dijo en ese momento lo que le hemos escuchado mil veces en privado sobre Danny y su poca disposición a colaborar en las tareas y pruebas. Para colmo, afirmaba luego que debe callarse un poco más. Si así lo hace se convertirá en el primer concursante mudo en la historia de nuestro Gran Hermano.

Este tipo de concursante poco decidido a intentar gestionar bien los conflictos (Igor) o directamente pusilánime (Kristian) son de los que se ponen piedras en el camino ellos mismos.Y luego está lo de Noe, contando a Argi su versión de la discusión: “Empezaron a discutir todos con todos, en plan gritando y tal". Ella vive en un universo paralelo. Su versión de los hechos es única y peculiar, ya sea porque ve la realidad distorsionada o porque aprovecha la mínima para enredar. Lo bueno de la princesita no es lo que tiene, es lo que es.

Otra opción para entrar esta noche a la casa la tiene Marii (con dos íes). Su novio ha demostrado una vez más este fin de semana ser un tarambana. Empezó el viernes diciendo que quería casarse con ella dentro de la casa y siguió sugiriendo que igual estaba embarazada, cosa que negó al darse cuenta de lo enrevesado del argumento. Iván (híbrido entre el personaje Bruno y el futbolista David de Gea) se muere por ser prima donna de esta historia.

Comentario aparte merece que pusiera de nuevo la excusa de su supuesto sonambulismo para justificar la falta de respeto al ‘súper’. Esto abre una nueva vía para los amantes infieles, que siempre podrán decir que les da por follar dormidos, o algo. Y otra vez metió la pata en la radio el sábado diciendo que estaba pasando "más hambre que un niño de Mozambique", lo cual le afearon algunos compañeros.

Hablando de África, ¿estará el médico modely ya en Uganda? Dicen algunas fuentes que sí, lo cual descartaría cualquier posibilidad de que optase esta noche a entrar en la casa. Lástima. Por cierto, ¿presentará Raquel Sánchez Silva su Uganda Express? Espero que sí. En fin, dado que parece inevitable lo de la entrada de una pareja, solo nos queda decirles que bienvenidos a la república independiente de su casa.

Sonia y Kristian son el otro gran argumento del fin de semana. Al comenzar la fiesta del sábado asistimos al siguiente diálogo:

Sonia: “¿Estás enamorado?".

Kristian: "Creo que estoy empezando".

Sonia: "¿Te había pasado alguna vez?".

Kristian: "Tan rápido no".

¿No es bonito? El diálogo me recordó a aquel chiste en el que un hombre espera el parto de su esposa y en el hospital otro tipo le pregunta si está nervioso. Cuando responde que sí le vuelve a preguntar: “¿Es la primera vez?”; y aquel responde: “No, he estado nervioso más veces”. La escena terminó con un beso, como en una película de Frank Capra.

No sé quién es más antiguo (Capra seguro, digo de la pareja). Kristian no tiene móvil y ve con malos ojos que su novia se masturbe, lo cual le acerca tanto a los tiempos del cineasta americano como a los de Paco Martínez Soria. El beso técnicamente fue más prestado que robado, aunque prefiero decir que fue un robado posado, máxime teniendo en cuenta la mirada de Sonia a la cámara justo después de separarse de ella Kristian.

Luego le dijo él que quería llegar a la final a su lado y entonces le daba igual ganar o no. Pues que gane ella. ¡Alegría! Es desprendido el chaval. Dice que se moriría si sale y ella sigue ahí dentro. Tal vez esa sería su oportunidad de mirar, comparar y si encontrase algo mejor comprarlo. Seguro que haría buena compra. Viendo este momento cualquiera diría que la tiene en el bolsillo, pero otras veces (esa misma noche) Sonia se pone en modo Donette y parece decirle: “No te doy ni el agujero” (esta ordinariez provocará una lluvia de improperios hacia este gato cachondo de la peligrosa mutación carpetera que defiende a esta pareja).

Seamos serios un par de minutos (¿tanto?). Cuando Kristian le pregunta a Sonia por qué dice que no puede la respuesta es que no está preparada. También ha contado que le cuesta tiempo sentir algo por una persona. El chico le gusta pero no está nada segura de que se vaya a enamorar y, además, dice que: “Él no es de mi rollo”. Tengamos en cuenta que en la noche ideal de la doctora Walls no puede faltar el Moët & Chandon y los chuches (aparte de un buen restaurante, una buena cena y un buen vino). O sea, ella más que una noche ideal busca vivir en una comedia romántica. Me cuesta decidir entre Capra y Meg Ryan.

Intento entender a Sonia y casi lo consigo. Pero no puedo evitar que Kristian me dé pena porque le veo muy pillado por esta chica. Debo entender que los ritmos de cada uno son distintos (más acelerados los de él), e incluso que ella tiene derecho a jugar, siempre y cuando él se deje. Si Kristian está cansado que deje de pelar la pava. Sonia está en su derecho de hacer lo que quiera, como dar una de cal y otra de arena. O una de cal y toneladas de arena.

No le falta razón a Sonia cuando dice que le ha puesto las cosas claras desde el minuto uno. No el minuto cero, pero sí el uno, buena apreciación. ¿En qué se está equivocando? Creo que ha fallado en meter al doctor Uganda en esto. Mucho más en dejarle pingando de mierda al contar (con la frialdad habitual) sus mil y una infidelidades. Creo también que no acierta al considerar común su propio juego. El juego se malogra si solo juega uno. Entonces pasa de ser un juego a parecer que se está jugando con la otra persona.

Dice Sonia: “Entiendo que la situación que te presento es difícil y no quiero hacerte daño (...) no quiero que pienses que estoy jugando contigo (...) a mí me lleva mucho tiempo sentir algo por una persona”. ¿Por qué entonces justifica luego su actitud diciendo que es un juego? Lo hace perfecto (como le corresponde) a veces y otras lo estropea. Si hoy digo que Sonia está jugando con Kristian puedo añadir que según propia confesión. ¿Qué necesidad tiene de justificarse? Es entonces cuando falla.

Incluso el casi desaparecido Dodo se lo ha dicho: “No le trates mal, pobrecito”. A lo que ella contestó que nunca lo ha tratado mal. En todo caso, Kristian debería darse cuenta de lo que hay y poner tierra de por medio. Pero hacerlo de verdad, devolviendo a Sonia la arena en toneladas de antes. Soy consciente de que lo intenta, pero le dura poco. No tiene más que comprobar que ni en los momentos más cariñosos Sonia ha cedido. No ha ido nunca más allá de un beso y mil abrazos. Y, amigo mío, ¡el algodón no engaña!

Moleskine del gato

Superaron la prueba a pesar de la trampa que supuso estirar el punto hasta el infinito, lo cual valió un metro de sanción. Hicieron más de doce metros de bufanda y solo les hacía falta llegar a los tres. Un apunte sobre la prueba y su resolución: midió la bufanda Danny y el sobre lo abrió Iván, es decir, los dos que no han dado ni palo en la prueba. Trabajar no, pero figurar les gusta más que a un tonto una tiza.

Por fin se han dado cuenta de que Juan Carlos se ha excedido en su papel de moderador. Lo decía una Argi desatada, que mejora mucho cuando bebe (se convierte en mueble bar y es más divertida): “Una cosa es ser moderador y otra cosa es ser gilip...”. La censura la puso ella. Tampoco era bueno repetir en las tareas las mismas personas. Esta semana estarán Raki y Juan Carlos en la cocina (con Leti de pinche), la parejita Kristian-Sonia en la colada, e Igor de moderador.

Lapidario sin quererlo estuvo Igor hablando con Argi el sábado después de la fiesta: “Tú nunca darás motivos para dar motivos". ¡Soberbio!

El viernes andaban tirándose mierda unos a otros. Bueno, esto lo hace Noe cada día y casi a cada momento. Pero me refiero a mierdas de los animales, mierdas de verdad. Toda una metáfora.

Esta noche tenemos una fiesta. Hay gala. El menú no puede ser más completo: expulsión, nominaciones, lo de las parejas... Yo me tiro de cabeza a verlo. Como dice otro mensaje publicitario: Tengo derecho a mi fiesta. Y uno más: Que nada nos quite nuestra manera de disfrutar de la vida (o sea, Gran Hermano).