El fallido pacto de Carolina puede hacer estallar la casa

telecinco.es 13/10/2015 09:32

La casa fue ayer un clamor reclamando alguna decisión respecto a Suso tras su arrebato contra Vera del domingo por la noche. Si aquí fuera el movimiento que pide expulsión disciplinaria fue creciendo hasta convertirse en tendencia destacada en Twitter, ahí dentro también se sumaban a la petición. Alguna consecuencia ha tenido, aunque no del tipo que unos y otros reclaman. Ayer Suso estuvo ausente, como si hubiera abandonado ya la casa. A pesar de lo que dicen las reglas, que el primer día escuché leer a los concursantes, Suso está comiendo apartado del resto, y su convivencia es prácticamente nula, aparte de una mínima participación en la prueba semanal.

Ayer vi a Suso pasar un paño por la cocina, simulando cumplir con su tarea doméstica, que tuvo desatendida todo el día y hubo de ser asumida por otros. Solamente Amanda tiene algunos momentos de charla con él, entre otras cosas para pedirle que conviva con el resto de habitantes porque Gran Hermano no se puede vivir en el aislamiento del ermitaño. No le falta razón a Amanda, aunque como espectador disfruté de ese día casi sin Suso.

La ausencia de facto de Suso nos dejó disfrutar de un Gran Hermano delicioso de conversaciones sotto voce y reconfiguración de grupos. Mucho más interesante que ese otro de trazo grueso, donde el protagonismo se consigue fácilmente a base de provocaciones y astracanadas. Me divierte la sutil lectura de ese pacto propuesto por Carolina y que conoce ya media casa. Mucho más que el disparate propuesto por Suso.

El pacto de Carolina e Ivy, del que la primera es ideóloga principal, ha permitido que anoche Marina pasase a un primer plano, convirtiéndose en protagonista y deseada por la audiencia. Nos dio lo que le estábamos pidiendo, al menos en parte, y eso siempre se agradece a un concursante. La mamá de Juanito Reborn no era ese mueble que algunos preconizaban. Hay que tener paciencia con algunos concursantes y no precipitarse a la hora de repartir etiquetas. Marina puede desempeñar un papel importante a partir de ahora. Su fuerza está en el resquemor que le produce ver como casi todos pasan de ella. A su paso, las conversaciones viran a lo intrascendente, o bien les aplican la horrorosa sordina del susurro. Esto le duele a Marina, y su venganza comenzó anoche mismo.

Carolina lleva varios días proponiendo el pacto e intentando venderlo a algunos de sus compañeros de encierro. Ayer terminaba retirando el producto, por así decirlo, y explicando que tan solo era un prototipo. En realidad, la excusa de que se trataba de una idea, una propuesta que habrían de madurar y sobre la que discutir, venía derivada del poco éxito alcanzado por la propuesta. Nadie estaba dispuesto a aceptar el pacto, por eso era retirado de la circulación. Sucede que cuando Carolina e Ivy, su única avalista, reculaban ya conocía el pacto media casa. Y en eso tuvo Marina su papel estrella.

¿En qué consiste el mencionado pacto? Pues bien, Carolina e Ivy planteaban lograr la nominación de Amanda, Han y Aritz. Para ello necesitan sumar fuerzas para conseguir los votos necesarios, y ahí viene su error más importante. Esa estrategia podría bordear la jugada maestra de no ser porque no supieron dimensionarla. Imposible plantear una estrategia de la que participen siete u ocho concursantes, como pretendían. En primer lugar, es innecesario, aunque lo peor es que sencillamente es un suicidio. Imposible que entre siete u ocho no haya suficientes vías de escape de la información y al final no se enteren todos del plan. Por otra parte, la audiencia votante nunca vería con buenos ojos que un grupo mayoritario plantee un minucioso plan para aplastar a la minoría.

Marina decía anoche que después de las críticas a Raquel por plantear una estrategia nominatoria ahora estaban haciendo lo mismo. Tiene razón en parte, porque lo que sentó mal en aquel caso fue el intento de lograr apoyos de un grupo numeroso de concursantes para el exclusivo beneficio de uno de sus miembros, la mismísima Raquel. Lo sorprendente es que Marina también estuvo en aquel contubernio víspera de las primeras nominaciones. Hubo otros errores en aquella estrategia que no son aplicables ahora. Se precipitaban entonces al plantear una estrategia llevando tan solo tres días de encierro. No se podían conocer mínimamente para empezar a hacer cábalas e intentar cuadrar unas nominaciones. Todo esto sin tener en cuenta que no se justificó tanta crítica a Raquel, cuando no fue la única que valoró hacer un pacto.

El ahora planteado por Carolina e Ivy tiene el acierto de ir contra tres posibles favoritos de la audiencia. Si planteasen sacar a la palestra a dos favoritos estarían condenando a un tercero a la expulsión. Sin embargo, siendo tres favoritos se aseguran quitarse de encima a uno de ellos. También serviría para conocer por dónde van los tiros de la audiencia votante, al comprobar quien es el menos favorito entre los supuestos favoritos. El riesgo de que la audiencia no perdone a los promotores de este pacto el tener que elegir entre tres favoritos se diluye si lo llevan con discreción y sin dar tres cuartos al pregonero. Pero no fue así.

No hubo tal discreción y enseguida le contaron el pacto a Marta, lo cual es sinónimo de máxima difusión. Ahí encontraron el primer escollo, porque Marta no está dispuesta a nominar a Han. Con Marta presente, se lo contaron a Quique, a quien no le pareció mala opción, pero se mostró contrario a acometer ese plan… de momento. La justificación de Quique fue que se vería mal una recomposición del grupo mayoritario tan apresurada. Eso dijo o vino a decir. A Quique esto le servía para ir conociendo las preferencias de cada uno cara a la próxima nominación. Diría que anoche Quique se acostó repasando mentalmente las posibles nominaciones de todos. El experto en Gran Hermano no había podido demostrar hasta ahora que lo era, pero desde ayer no cabe ninguna duda.

Conociendo el pacto Marta había posibilidad de que se enterasen todos de su existencia. De momento, ella se lo contó a Nied, que osciló entre el entusiasmo y su convencido no alineamiento. La conclusión era que Nied hará lo que quiera, lo cual da poca garantía de que pudieran contar con ella en algo así. Sofía también se entera por Marta y Nied, siendo su respuesta la más genial de todas. Con su conocido estilo que va entre el desprecio hacia todos los demás y la razón más arrolladora, Sofía comentó que es de cobardes ir a por tres para no salir nominados el resto. “La piñita esta que están montando, que quiere nominar en grupito. ¡Pocos huevos! Os iréis por idiotas”, decía Sofía mientras este gato complacido aplaudía con las orejas. El que uno de los objetivos fuera Han me hizo pensar en la posibilidad de que Sofía se lo terminara contando al chino. De momento no ha llegado ese momento, que personalmente sigo teniendo a deseo.

El pacto de Carolina e Ivy se había difundido con cierta viralidad dentro de la casa. Tanto es así que Marina sospechaba algo, supongo que después de haber puesto la parabólica a esas conversaciones vedadas para ella, lo cual contaba anoche con evidente amargura. Marina se metió en la conversación que tenían Nied y Quique sobre el tema, donde este último repetía sus mismos argumentos sobre la falta de oportunidad del pacto en estos momentos. Nied intentaba quitarle hierro al asunto, dando al pacto una categoría de borrador que nunca tuvo. La propuesta de Carolina fue bien clara desde el principio. Tampoco quisieron decir Nied y Quique quien estaba detrás de esta idea, aunque me extraña mucho que no lo sepan.

El caso es que Marina ya estaba informada, y no perdió el tiempo antes de contárselo a Aritz. Primero en el salón y luego en el jacuzzi, Marina le da todos los detalles sobre el pacto a Aritz. Con ello consigue meter una auténtica espoleta en la casa. A pesar de que le pidió discreción absoluta, no es descartable que esto sea utilizado por Aritz en una futura discusión. Consciente o inconscientemente le va a afectar, aunque anoche decía que le daba igual lo que pactasen.

Quique e Ivy echando unas partidas de billar comentaban el tema del día. El médico avisaba de que se les estaba yendo de las manos, porque ya lo sabía hasta Marina. Hablaron de Marta como la principal chismosa de la casa, aunque todos sabemos cómo se había enterado Marina. Al rato aparecía ella, que ayer estuvo omnipresente, y de nuevo salió la excusa de la propuesta de borrador en versión beta del pacto. No hubieran dicho lo mismo en el caso de estar ante un pacto exitoso, en lugar de este fracaso absoluto.

El remate de la noche en que Marina se convirtió en auténtica estrella fue una conversación con Quique en el vestidor, donde termina su labor de correa de transmisión. Una misión de gran utilidad para que termine estallando una bomba en la casa, algo previsible cuando se le da el poder de la información a quien se le ha estado ocultando de mala manera, como ha pasado con Marina. En la primera conversación de Marina con Aritz este se sinceró y le contó cuáles eran sus planes nominatorios.

En principio, Aritz planea nominar a Marta y a Sofía, creo que en ese orden de prelación. La primera por ‘piqui-piqui’ (chismosa) y la segunda por algo que no le había gustado nada. Parece que Aritz sigue teniendo en cuenta que Sofía contase que se había reído al verse insultando a Raquel. Entonces le pareció falso el arrepentimiento de Sofía y la abroncó por ello. El último servicio de Marina anoche fue contarle a Quique las intenciones de Aritz. “Necesito saber a quién más va a dar puntos Aritz”, le decía Quique a Marina, y esta le completaba la información.

Una estela de cuchillos se adivina en el cielo de Guadalix de la Sierra, justo encima de la casa de Gran Hermano. Se avecina tormenta, especialmente si la difusión del pacto continúa y termina llegando a oídos de Han y Amanda. Ambos son los otros dos objetivos de Carolina e Ivy. Aritz ya lo conoce, pero era previsible que su reacción sería pausada y sin demasiados aspavientos. No aventuro lo mismo si se llegan a enterar los otros dos. Anoche albergué la esperanza de que Sofía se lo terminase contando a Han. Sospecho incluso que Quique estuvo a punto, aunque al final prefirió optar por la discreción.

De momento, el fallido pacto de Carolina está sirviendo para varias cosas. Una ha sido que la misma Carolina o Marina dejen de considerarse muebles. Marina ha dado en una noche mucho más juego que Suso en varios días. También ha servido no solo para que Quique tenga valiosa información sobre las intenciones de varios compañeros en la próxima nominación, sino que empieza a apuntar una posible futura alianza entre el experto en Gran Hermano, Aritz y Han. Una cuarta plaza se rifa entre Sofía y Marina, aunque la mamá de Juan tiene desde anoche muchas más papeletas.

Tengo dicho que cuando se evapora la espuma queda la cerveza, que es lo importante. Suso es la espuma de la cerveza. Ha sido evaporarse y ahora estamos disfrutando del placer de saborear una buena cerveza, que vamos a poder beber sorbo a sorbo. Si Suso se queda el jueves volverá a atragantársenos la cerveza. Se trata de un concursante tóxico, de esos que taponan la acción y no dejan que se desarrollen más tramas que la suya, basada en la estridente bufonada de quien está más interesado en los bolos de fuera que en disfrutar de ese fantástico juego que se llama Gran Hermano.

Moleskine del gato

Dice Suso: “Me dijo mi redactora que la primera semana me controlase. Ya lo sabían todos. Sabían que era una bestia y me han metido aquí por eso”. Es evidente que no me creo nada de lo que dice este sujeto, pero tal vez deberían advertirle que está jugando con fuego. No es la primera vez que intenta dinamitar el programa inventando barbaridades que puedan desacreditarlo.

Quique daba ayer dos nuevos indicios de su talento como estratega y buen jugador. Su teoría de los dos círculos concéntricos tiene mucha miga. Dice que hay un círculo de concursantes afines y dentro otro círculo con los más íntimos. De alguna manera estaba apuntando, para quien quisiera entender su dibujo de la situación, la necesidad de romper el megagrupo de la chupipandi.

Lo otro de Quique fue un consejo a Han. “Tienes que dejar la cocina cuanto antes, aunque sea descansar una semana”, decía Quique. El consejo no me pareció interesado. En realidad, Quique sabe que la cocina está perjudicando a Han y este jueves volverán a nominarle por ello. Dejando la cocina, al menos dejará a algunos sin excusa a la hora de nominar. Pero Han se resiste. De momento, piensa seguir una semana más, y luego descansar. Tal vez entonces sea tarde.

Y dejo cartelera, con Amanda en Amy.

[Cartel por Montse Juanilla]