Fran vuelve a patinar al intentar desmontar a Azahara

telecinco.es 27/10/2014 09:16

Una de las aficiones de Fran parece ser conseguir que no termine una fiesta sin que haya hecho llorar a una de las chicas de la casa. Lo hizo con Paula, luego con Alejandra, y el pasado viernes la elegida era Azahara. Sospecho que tiene a la malagueña en el punto de mira desde hace tiempo. Cuando atacó a Paula por no ser ella misma ya avisó de que había otras personas en la casa que estaban haciendo un papelón y vino a decir que ya llegaría su momento. Entonces pensé que hablaba de Xamy, y ahora hemos visto que también se refería a Azahara.

Aprovechando el juego de la verdad se repetía maniobra y también resultado de la misma. Fran lleva dando bandazos y desafinando desde que entró en la casa. El jueves tras la gala le doraba la píldora a Paula afirmando haberse equivocado cuando pensó y dijo que ella estaba haciendo un papel en la casa. “Ahora me doy cuenta de que eres así, yo no había conocido a nadie como tú, y eso me hizo equivocar”, le decía. Con Paula optaba por la rectificación para intentar ponerla de su parte, sin embargo, con Azahara prefirió emplear la vieja táctica que dice: La mejor defensa es un buen ataque.

Ataque lo hubo, bastante injusto y cruel en algunos momentos, pero bueno no fue. Ahí es donde falla Fran porque si el ataque es malo no hay defensa sino que realmente está consiguiendo el efecto contrario al deseado. Con los ataques de Fran es lo que suele suceder. El viernes pretendía desmontar a Azahara y quitarse un rival fuerte de en medio, pero consiguió que incluso aquellos a quienes no nos gusta como concursante nos pusiéramos de su lado. Fran patina cada vez de forma más ostensible rozando el patetismo.

En el juego casi cualquier cosa está permitida, siempre y cuando no tenga el objetivo de dañar innecesariamente a otro concursante. Es poco ético que Fran utilice una información del exterior que supuestamente tiene solamente él sobre Azahara para basar en ella su acusación de que no está siendo ella misma. Más aún si es una información falsa o manipulada hasta el extremo. Dice Fran que ha visto doscientas veces a Azahara en televisión mostrándose más suelta de lo que muestra en la casa. “Tira de hemeroteca”, le dice a ella, aunque supongo que quería decir videoteca, y “cuando salgáis buscad en Google vídeos suyos”, les dice a los otros.

Es algo que los demás no pueden comprobar hasta salir de la casa, por lo que está utilizando una información fácilmente manipulable. De hecho, creo que lo está haciendo. Estoy seguro de que no hay doscientos vídeos de Azahara en su trabajo, una célebre discoteca de Marbella. Además, de los que pueda haber he podido ver uno correspondiente a un programa de TVE sobre bares, y lejos de mostrarse más suelta veo una Azahara aún más cohibida que en la casa.

Ya tenemos aquí la demostración palpable de lo que decía unos párrafos más arriba. Fran ha conseguido que defienda a Azahara cambiando mi discurso de cuestionarla porque trabajando donde trabaja diga que le agobian las cámaras y afirme tener fobia social. El tiro le sale casi siempre por la culata. Es lo que tiene ir de lo poco ético a la crueldad del argumento.

Fran defiende la futura profesión de Luis y su relativa implicación en el mundo de los toros (es funcionario del departamento de salud de la Junta de Andalucía, como él mismo le contaba el mismo viernes a Loli, siendo su labor de apoderado algo complementario, al igual que algunos otros negocios). Para defender vuelve a atacar, en este caso a la profesión de Azahara. “Tú le pones otra copa a un tío que lleva bebidas veinte copas porque la va a pagar, y por culpa de ello luego se va a estrellar con su coche al conducir borracho”, decía Fran.

De forma que Fran pretende criminalizar al que vende alcohol porque hay gente que hace un uso indebido de ese producto. En realidad, está utilizando un argumento que roza el absurdo para dañar a Azahara. También lo hace cuando dice que ser antitaurino es ser racista. Y lo hace sin darse cuenta de que el espectador ve mayoritariamente mal que un concursante dañe voluntariamente a otro, como dije antes siempre y cuando sea de forma innecesaria. Fran dice estarse defendiendo de un ataque de Azahara, pero no existió tal ataque. De lo que se defiende el apoderado es del efecto que haya causado en la casa el texto de la bola de tenis: Fran falso.

No hay ataque previo porque en el juego de la verdad Luis le pregunta a Azahara si podrán ser amigos algún día, a lo que ella contesta que no. En otro turno, Azahara le pregunta a Fran si le ha molestado la respuesta que ha dado a Luis. Hasta aquí el supuesto ataque, que no aparece por ningún lado. Sin embargo, Fran le comenta a Luis en voz baja: “Ella ha sido la que ha venido a por mí”. Azahara escucha que habla de “ella” y le pide que diga en voz alta lo que sea. Fran miente entonces al decir que estaban hablando de otra cosa, y vuelve a hacerlo un poco más tarde rectificando al decir que sí hablaba de ella, pero dando una versión que nada tenía que ver con la realidad.

El objetivo claro de Fran es desmontar a Azahara, y la excusa es su animadversión absoluta hacia todo lo que tenga relación con el mundo del toro. No se dijeron el viernes nada que no hubieran hablado ya antes. Lo único diferente ahora es que Fran ha decidido ir a por la destinataria del mensaje que puede haber socavado su reputación y buena imagen en la casa. Un rato antes la invita a ir a Caños de Meca con todo el grupo, y luego utiliza esto para acusarla de hipócrita por aceptar esa invitación sin ser amiga suya. Como si solo fuera posible relacionarse con amigos.

Este ataque de Fran beneficia doblemente a Azahara. Primero porque cuando un concursante antipático para la audiencia apoya o defiende a otro no le está haciendo precisamente un favor. En la misma medida que cuando ataca a otro concursante puede conseguir que muchos nos pongamos de su lado y eso nos haga simpatizar más con la víctima de sus invectivas. También la está beneficiando porque gracias a ese ataque Azahara ha despertado. En respuesta a Fran ha logrado sacar un carácter que no conocíamos. La pelota le ha dado pelotas a Azahara, sobre todo por ese ataque que Fran escogió como defensa.

Lo peor de este asunto es que Azahara juegue con un as en la manga. Un as en forma de pelota que la ha vitaminado y mineralizado lo suficiente para sacarla de su letargo y que saque las uñas por fin. Cierto que Fran también sabe de ese as y lo puede utilizar igualmente, solo que se trata de una mala carta para su juego. Respecto al papel del resto del grupo en la bronca entre Fran y Azahara en el juego de la verdad digamos que Juanma se puso tibiamente del lado de ella, igual que respecto al tema de mostrarse o no como uno es también la defendió Paula. Luego Azahara decía que solo había tenido el apoyo del primo, y era este quien tenía que corregirle recordándole que también la había defendido la hawaiana. Omar apoyó a Fran en público y a Azahara en privado, va aprendiendo de su admirado Fran.

No quiero dejar pasar un comentario respecto a la relación que tienen Omar y Vitín con Fran. Ambos concursantes se deshacen en elogios al apoderado, entregados a la labor de agasajo continuo. Si no quisiera ser un poco fino hablaría de eso tan desagradable de lamer culos, pero prefiero utilizar otros argumentos. Desde hace semanas tengo una teoría que justifica esa actitud, pero no me he atrevido a ponerla negro sobre blanco hasta escuchar que Fran le decía a Paula el jueves lo siguiente: “Ellos me apoyan, pero yo sé por qué. Es por cosas de fuera, que cuando salgamos de aquí ya te contaré”.

Fran venía a confirmar mi teoría. Lo apunté un día por encima, el refulgir del yate y los coches de lujo han cegado (o embelesado) a estos concursantes, igual que pasó con Alfredo. El propio Fran ha utilizado esa baza, prometiendo que les daría confiado las llaves de sus coches para que pudieran probar lo que se siente al volante de esos vehículos. Tener contento a Fran puede ser garantía de que esa promesa llegue a realizarse. Por el contrario, enemistarse con él puede malograr un plan tan jugoso. Por cierto, Omar tenía que decir mentira cuando fue preguntado si había dudado entre Lucía y Paula la noche que volvió con su exnovia. Contestó que sí, o sea, quería decir que no había dudado. Solo por esto la misión del juego de la verdad, parte de la prueba semanal, deberían darla por no superada.

Ni Luis parece que aguante a Fran últimamente. El viernes le reclamaba que cuando tome una decisión dentro del juego cuente antes con él, lo cual es del todo lógico. El golpe de efecto al no querer comer una vez que se había sentado a la mesa hubiera sido visto de otra forma si antes lo habla y consensúa con su compañero. En su campaña de limpieza de la propia imagen tocaba congraciarse con las chicas de la casa, aunque en general creo que no se dejaron impresionar. Luis acertó de pleno cuando le dijo: “Nos has dejado mal al resto de los chicos”. No descarto que fuera su deseo.

Lo más gracioso es que Fran, al igual que todos los chicos, sabían desde horas antes que tendrían una cena para ellos solos. Es más, cada uno había elegido el plato que querían (entrecot, churrasco, hamburguesa…), porque era una cena a la carta. Tiempo tuvo de plantear al grupo en conjunto, o al menos a Luis, su planteamiento o su reparo a la hora de disfrutar ese premio. Es más, bien podría haber dicho que no elegía plato, haciendo saber al ‘súper’ su postura. Coincido en que es una cuestión de principios, y sobre eso no manda nadie, pero en este caso creo que cuadra aquello que decía Groucho Marx: “Estos son mis principios, señora. Si no le gustan, tengo otros”.

Fran mostraba el diente retorcido el pasado viernes, mismo día que terminamos de descubrir que Jonathan es una farsa. Sus respuestas a las preguntas más comprometidas del juego de la verdad eran de cara a la galería, para no ofender a Yoli ni quedar él mal ante el grupo. Sin embargo, una vez acabado el juego, se encontraba con ella en un dormitorio para desmentir todo lo anterior. Lo que viene a ser recular, para después, utilizando el lenguaje del oficio de Luis, encularse en tablas.

Esa discusión de esa noche debería ser la final. Empezaron en el dormitorio, pero pronto se fueron al vestidor, lugar clave de los viernes después de las fiestas. De allí salió Yoli llorando, y Jonathan aparentemente afectado tumbado bocabajo. Luego hemos visto que casi lloraba en el ‘confe’. Sin embargo, terminó la noche contando lo que había pasado a algunos compañeros en el jardín. Si no recuerdo mal, estaban Juanma, Azahara, Paula y Xamy, aunque estas últimas creo que estuvieron menos tiempo. El discurso de Jonathan cambia radicalmente según esté hablando con Yoli o con sus otros compañeros.

Es alucinantemente diferente un Jonathan y otro. El doctor Jekyll y el señor Hyde tenían más semejanzas entre ellos. Con Yoli habla pausadamente, con palabras casi entrecortadas, en un tono casi infantil y repitiendo continuamente que le cuesta mucho expresarse. Sin embargo, cuando sale al jardín muestra una personalidad radicalmente distinta. Comienza entonces a hablar de forma fluida, enérgica, sin dudar y hasta diría que en un tono un tanto chulesco. Se suelta y no hay quien lo pare. Yoli le molesta, incluso llega a sugerir que sus problemas acabarán cuando ella sea expulsada de la casa. Si hubiera hablado así de claro con ella hace tiempo, posiblemente habrían ido las cosas de otro modo.

Es de esperar que Yoli cumpla ahora lo dicho sobre apartarse definitivamente del primo. Le deberían haber valido pistas como aquel “no me toques” del almacén, además de muchas otras. No siendo así, tuvo que llegar la cosa a un extremo, y pueden terminar pasando al otro, convirtiéndose en auténticos enemigos. Sospecho que si los primos no nominan a las primas es por no quedar mal, no por falta de ganas. Yoli dio con la clave el viernes: “Dices una cosa, pero tus actos expresan otra”. Eso es verdad.

La relación entre Paula y Alejandra ha vuelto a los orígenes. Tienen ahora la misma desconfianza y tirantez de la primera semana. Es triste, porque hay espectadores a los que nos gustan las dos concursantes, y hemos disfrutado durante días viéndolas juntas, divertidas y de buen rollo. Ahora los puñales empiezan a asomar de nuevo. Alejandra vuelve a elegir muy mal interlocutor y le hace un traje a Paula hablando con Fran. Por su parte, Paula se desahoga con Luis y Hugo. Ayer tuvieron las dos una discusión sobre una tontería, y me faltó ver voluntad de entendimiento, un abrazo… esas cosas que expresan cariño entre la gente.

“Cuando te digo yo las cosas te sienta peor porque no me tragas”, decía Alejandra. A Paula le habían molestado unos comentarios sobre su corte de pelo (a lo Raky, de GH 14) o su estilismo. Lo comentó primero con Luis y este aconsejó que antes de agobiarse (palabra de moda en la casa de Guadalix) fuera a decirle que no le dijese nada más sobre su pelo. Así lo hizo, probablemente de forma equivocada. Al final las dos coincidieron en que se trataba de una tontería, lo cual decía Alejandra al principio y Paula al final de la conversación. Por fin un punto de acuerdo, aunque no supieron aprovecharlo como correspondía. Sí parece que a Paula le molesta de Alejandra bobadas que tolera de otros.

Los comentarios de Alejandra corresponden con su impulsiva forma de ser, que tanto nos gusta a muchos. También es cierto que hay un fondo de mala uva, lo cual comprobamos cuando delante de otros compañeros critica que Paula se haya rapado un lado del pelo para parecerse a la ganadora del año pasado. Aparte de que se me ocurren muy pocas cosas semejantes entre Susana y Paula, el comentario denota suficiente mala intención para entender que igual sucede cuando le dice “lo llevas tapado porque no te gusta como te queda, ¿no?”. Esto es así, y Paula se ha dado cuenta de ello.

Es curioso que hayamos escuchado a Alejandra decir que no quiere que sea Paula la expulsada de esta semana, y a Paula que no quiere que lo sea Alejandra. Sin embargo, las dos parece que lo están disimulando muy bien. Alejandra criticaba a Paula el sábado por llorar tras raparse. No sé si lloraba descontenta con el resultado o porque Luis, quien le había aconsejado que no lo hiciera, le dijo que no le gustaba. Pero claro, llama la atención que Alejandra se sorprenda porque Paula llore por algo poco importante, precisamente ella que ha llorado por todo desde el minuto uno.

Hemos visto llorar a Alejandra porque Yoli se había expuesto a la expulsión la primera semana, porque tenía líquido en la rodilla tras darse un golpe, porque su prima fue al dentista, porque casi nadie les dio puntos positivos, porque cantando el ‘Bang bang’ tenía voz masculina y acento de Londres, porque lleva muchos días ahí metida, porque está aguantando mucho, porque Yoli discutió con Alfredo, porque pensaba que Paula y Luis estaban hablando de ella en el jardín, porque se ve muy delgada, porque cree que Luis no le habla, porque Fran le censura lo de “me la chupa”, porque no le gusta como le ha quedado el pelo una tarde de gala… suma y sigue.

El mismo sábado por la mañana lloraba con Yoli, que estuvo de diez apoyando a su prima en esta ocasión, porque Fran le gritó cuando ella quería arreglar un desaguisado en la comida, y porque le habían puesto como tarea semanal a hacer el jardín con Omar, cuando ella hubiera preferido estar en el fregado de platos con su prima. No le faltaba razón en nada. Alejandra necesita la vitamina que tuvo el viernes Azahara para que, por fin, se decida a enfrentarse de verdad a los demás en aquellas cosas que la afectan.

Alejandra evita siempre el enfrentamiento por temor, tanto personal como en el concurso. Ya ha comprobado que las nominan siempre, debe relajarse respecto al concurso. El día que supere el temor personal al enfrentamiento le pondremos el maletín en la mano. Es una pena, porque Alejandra es completamente adorable. Pero, de momento, eso es lo único que le falta. Bueno, eso y que elija mejor sus aliados. Juntarse a Omar y Vitín cuando de su entorno han salido los dos últimos expulsados, no parece lo más inteligente. Menos teniendo en cuenta que Vitín le da cíclicamente la tabarra a Yoli por lo que sea. ¡Hay que ser masoca!

Moleskine del gato

Resultados provisionales y medio ciegos de las votaciones oficiales. La diferencia entre las dos más votadas es de diez puntos, menor de lo que ha estado pasando estas últimas semanas. La menos votada es Alejandra. Para no dejar de ponerlo por escrito: 52,0 %, 41,9 % y el 6,1 % de Alejandra. Está claro que los seguidores de Paula no están votando contra Alejandra sino concentrando el voto en Xamy. Ignoro a quién corresponde cada uno de los porcentajes mayores, aunque creo que la diferencia no es tan pequeña.

A ver, diez puntos de diferencia es bastante o no tanto dependiendo de dos factores. Primero el tiempo que se lleva votando y lo que resta. Estos son resultados tras tres días de votaciones y quedan cuatro, aunque bien es sabido que la mayoría de los votos se realizan en el tramo final de la gala de nominaciones y al principio de la gala de la propia expulsión. El segundo factor es cuántos votos se emitan. Si hay pocos votos, a una distancia así se le puede dar la vuelta con facilidad. Sin embargo, con muchos votos sería muy complicado hacerlo.

Puedo intuir que esta será una de las semanas en que se vote más, puesto que se ha planteado casi como una final y han aparecido los grupos de ‘talifanes’ que tanta pereza dan. Pero no lo podemos saber a ciencia cierta, por lo cual solo cabe que sigamos votando para salvar a nuestro favorito.