Esto huele mucho a Gran Hermano

telecinco.es 19/09/2014 08:42

Me va a costar describir la sensación de satisfacción de anoche, al descubrir que la auténtica bomba de la gala de presentación de Gran Hermano 15 no era el baile tipo lipdub realizado por 40 exconcursantes y Mercedes Milá (junto a algunos bailarines profesionales y con coreografía de Lola González). Tampoco era la bomba auténtica esa sorprendente entrada de Mercedes a la casa para convivir con los concursantes, y eso siendo una genial idea absolutamente inédita e inesperada. En realidad, la bomba era la magnífica selección de concursantes. La madrugada ha sido muy reveladora para darse cuenta de esto, aunque ya lo parecía durante la gala.

La personalidad de ese puñado de concursantes logró que casi ni nos diéramos cuenta de que a la gala le faltaba algo de ritmo y emoción. Decía Cecil B. de Mille que una buena película debía empezar con un terremoto y luego ir hacia arriba. Pues bien, anoche empezaba la gala tan arriba que luego era difícil mantener el nivel. Con todo, fuimos devorando plato tras plato, ajenos a si el servicio de camareros era más o menos diligente. Y es que, tenía todo muy buena pinta y prometía tanto como para fijarse si los platos venían fríos o se había prolongado en exceso la espera. Nada de eso nos podía importar ante lo imponente del menú.

Y mira que me gustaría detenerme más en lo accesorio, que hubiera podido valer por sí mismo en otras circunstancias. Porque claro, lo de que Nicky apareciera en el número de baile inicial con una paella fue un detalle reseñable. Lo mismo que Milá fuera lanzada por un bailarín desde el jardín de la casa al exterior y cayera aparentemente de pie, como si fuera un gato. O lo de ese traje de luces en su pechera con el que competía en torería con Luis, concursante aspirante a matador de toros (no ha tomado la alternativa) que va en compañía de su apoderado, supongo que para mediar en las discusiones sobre el maltrato animal o negociar en qué condiciones se han de producir estas.

Pero es que ni siquiera cobraron demasiada importancia las sorpresas a los concursantes. Lo menos malo de ese juego de engaños es que sea tan previsible. Lo peor, que sirve para que sus protagonistas lo cuenten una vez tras otra durante días en la casa, porque siempre habrá quien no se enteró muy bien que Paco, el taxista, no sabía que iba a convertirse en concursante a pesar de haberse hecho las fotos oficiales y haber grabado el vídeo de presentación. Xamy ya lo contó varias veces anoche, y las que habrán de venir. Aunque igual no son tantas si sigue diciendo cosas como que no se siente española. Me temo que su estancia en la casa puede ser más corta de lo que ella misma espera.

Xamy es Shaima, musulmana de El Príncipe, barrio ceutí de la serie televisiva. Estudia para ser Técnico en Emergencias Sanitarias. Dice que expresa sus sentimientos cantando, aunque de momento está más bien dando el cante. Por increíble que parezca, logró resultarme más cansina que Paula. Su pareja la decidió el programa, y se trata de Paco, el taxista de Sanse (San Sebastián de los Reyes, en Madrid) que liga mucho y le va muy bien el negocio, pero no tiene novia y vive con su madre. Dice que liga diciendo que es capaz de hacer tres cosas a la vez. Después de esto, no hace falta saber mucho más.

Loli y Mayca, por su lado, habían firmado contrato para cinco días como limpiadoras, sin saber que se convertirían en concursantes. De hecho, son las únicas que no tienen vídeo de presentación, y en su lugar vimos unas imágenes de los castings. Apuesto cualquier cosa a que sospecharon algo en cuanto les hicieron entrar en la casa durante la gala por una trampilla. Y ya cuando les llevaron a saludar a Mercedes durante una falsa pausa publicitaria debían estar casi seguras de que lo suyo no sería limpiar. Y no digo nada cuando apenas acertaban a recoger con rapidez los dos litros de refresco de cola que una redactora había tirado en el cuarto de baño.

Las supuestas limpiadoras son hermanas de Córdoba y sufren las duras consecuencias de la crisis. Mayca tiene una amenaza de desahucio y anoche le contaron a Milá, genial entrevistadora siempre, con detalle su casuística. Aunque en un principio no parecen pegar mucho con el resto, anoche ya despuntaron al meterse con los modos de Xamy. No descarto que con un poco más de confianza le terminen diciendo que tiene andares de marimacho. O algo.

Las sorpresas a concursantes que supuestamente quedan como reservas y luego descubren lo falso de la trama también quedaban ensombrecidas por ese juego en el que participaban decenas de ganchos y dos concursantes. Todos llevaban una pulsera luminosa que solo les cambiaría de color a Josep y Paula. Antes de eso tenían que encontrarse y saber que ellos habían sido emparejados por el programa, lo cual parecía una tarea imposible, especialmente sabiendo que habrían de hacerlo en el breve tiempo de 10 minutos.

La cuestión iba de pulseras, porque resulta que solamente ellos dos, al igual que el resto de concursantes (los humanos, al menos) llevaban otra pulsera. Se trata de una pulsera roja que pone GH 15 y no sé si les da derecho a estar en la casa hasta la expulsión, como en un “todo incluido”. Esto facilitaba mucho la labor, y explica que se encontraran tan pronto.

Preguntaba Paula por los puntos en común entre ambos. Que sepamos, los dos están viajados. Él es de México (con padre catalán) y vive en Barcelona con la familia de su primo. Ella es precisamente de Barcelona, pero ha estado viviendo cuatro años con su padre en Hawái. ¡Y los dos tienen apodo! A saber: Papirrín-tin-tin (llevaba camiseta con esto grabado en su vídeo de presentación) y la Hawaiana. Para terminar, creo que andan a la par en cuelgue vital y estridencia general. Ahora bien, con 19 años, Paula tenía a su alrededor a tres compañeros de encierro pendientes de lo que hacía y decía sobre las cuatro de la madrugada. Y encantada, supongo, con haber logrado tan pronto ser centro de atención. Eso sí, creo que no se dio cuenta de que se estaban riendo de ella más que con ella.

A Paula todo le parece “chuli”, tiene tatuados hasta los tatuajes, es lo más parecido a como me imagino la novia de Pocoyó (pobrecito, si no ha hecho nada malo) y sospecho que aspiró un enorme globo de helio antes de entrar. De otra forma no se entiende. Basta con escucharla para saber de lo que estoy hablando.

Ni siquiera los animales lograron desviar nuestra atención de aquello que anoche estaba llamado a tener todo el protagonismo, que era ese grupo impagable de nuevos concursantes, casi todos joyas en bruto, la mayoría de ellos susceptibles de convertirse en adorables muñecos de pimpampum. Porque como un concursante más estaba Rubia, una cabra que si se despistan terminará creyendo su condición de concursante de pleno derecho, aunque todavía me pregunto cómo va a nominar. Lo de que la gallina nominaría dando tres nombres y tres razones puede que lo creyera Paula y pocos más. Al final es una cabra la que suscita esa duda, porque ya sabemos que la gallina se irá con Mercedes dentro de unas horas, como muy tarde este domingo por la noche.

No sé si me quedo con el montaje del vídeo de presentación de Hugo, amo de Rubia (la cabra), o con la estampa (muy a caballo entre Paco Martínez Soria y Lina Morgan) de Mercedes entrando en la casa con la jaula de Falacia (la gallina) en una mano y una maleta clásica en la otra. Seguro que no fue pretendido, pero no pude evitar sonreír cuando vi a Hugo en su vídeo diciendo: “El sexo es muy importante”, seguido de un fundido y luego el primer plano de Rubia.

El ‘súper’ se empeñó sin éxito en hablar con la cabra en el ‘confe’, y cuando ya creíamos que era muda escuchamos sus primeros balidos justo en el momento que llegaron a hacerle compañía Yoli y Alejandra, una morena y otra rubia, primas de Albacete. Entonces Milá dijo que la rubia era licenciada en Educación Primaria, y por un momento creí que se estaba refiriendo a la cabra. Luego dijo la rubia, o sea, Yoli: “De vez en cuando leo libros”, y entonces volví a dudar de lo de la licenciatura. Por cierto, Yoli es como Tatiana Maleskina pero sin rajeta. O sea, sin tener siempre la rajeta en la boca. Bueno, ya me entienden. Con estas primas pudimos descansar un poco, después de haber visto desfilar a la mayoría de concursantes. Solo faltaban Hugo (gallego amante de las cabras que si no se abre un poco se convertirá en parte del mobiliario, como pasa siempre con algún concursante) y Azahara, malagueña camarera de Olivia Valere.

Se supone que lo que debería interesarnos de Azahara es que entra sola y debe escoger con quien desea aliarse. Es decir, los dos o tres concursantes (porque también hay un trío) que desea sean su compañía. Además, deberá cumplir una misión que no llegamos a conocer anoche. Pues bien, tampoco es esto lo que nos terminó interesando de esta guapa concursante, sino que en apenas media hora ya se había manifestado activista contra el maltrato animal (Luis, el torero, encantado con la idea), se había declarado vegetariana vegana (quiere que compren leche de soja para ella y Josep, intolerante a la lactosa) y había demostrado ser de esas personas que aparentan saberlo todo sobre cualquier materia.

Mi duda es si será Azahara o Paula quien coja el testigo de adorables concursantes como Noemí o Sonia. Esta vez ese rol en lugar de ser encarnado por una canaria habrá de serlo por una hawaiana o una malagueña. Aunque no es descartable que pase a manos de uno de los chicos. Así, de entrada, los primos valencianos son surfistas, y eso puede servirnos de pista. Juan Manuel tiene barba de hipster y Jonathan solamente tiene barba. Se hacen llamar “borreguete” y “borreguín”, lo cual me pone las cosas bastante fáciles. ¿No es todo maravilloso?

El trío está compuesto por dos chicos de Carabanchel (Madrid) y el hermano de uno de ellos. De los tres me quedo con Vitín (Víctor de nacimiento). Anoche me hizo reír varias veces, y eso se agradece. Luego está su amigo Omar, que no ha logrado conocer a su padre. Cuando les dijeron que ellos dos concursarían con la compañía de otra persona pensé que metían a su padre. Y no iba muy desencaminado, era Alfredo, su hermano, o sea, el hijo de su padre. Tampoco le conocía, aunque en cuanto le vio en el plasma entrar en la casa adivinó quién era. Bonito culebrón.

Alfredo es vendedor ambulante y cristiano evangélico. Lo interesante es que Omar no quiso decirle a su desconocido hermano lo que sabe, supongo que se guarda esa baza para cuando considere utilizarla. Sospecho que, a su vez, Alfredo también reconoció a Omar y tampoco quiso decir nada, o cuando menos hay algo que le tiene un poco mosca. Lo mejor fue cuando Alfredo hablaba con Luis de flamenco y le preguntó si Nani de Córdoba es de Jaén. “No, de Córdoba”, le contestó el torero. No vimos otra secuencia tipo “yo soy tu hermano, pues dame fuego”, pero esta también tuvo lo suyo.

Y luego, Mercedes queriendo dormir y Xamy venga a darle la tabarra. Daría todo lo que tengo porque la primera gran discusión en la casa fuera entre Mercedes y cualquier concursante. Bueno, puestos a pedir que sea Xamy.

Lo dicho, un casting . Como leí anoche a alguien en Twitter: "Con estos concursantes Almodóvar te hace una trilogía".

Moleskine del gato

Prueba de agudeza visual: ¿Quién provocaba este gesto de desagrado en Mercedes Milá durante la cena de anoche? Se abren las apuestas.

Otra pregunta: ¿Debo hacerme ilusiones de que Florentino Fernández va a ser el súper malo durante toda la edición? Esto sí que es para relamerse.

Y el domingo más. Esto huele mucho a Gran Hermano. ¡Viva Gran Hermano!