Se impone el toque de queda en la casa

telecinco.es 12/02/2015 09:32

Sandoval y Belén han decidido imponer el toque de queda en la casa más famosa de Guadalix de la Sierra. Estos dos concursantes junto a sus más afines se acuestan temprano incluso los martes, que es día de fiesta. En la de esta semana solamente quedaron Chari, Aguasantas y Ares, que perrearon todo lo habido y por haber mientras que seguía la música. Aún diré más, creo que el ‘súper’ fue poniendo música cada vez más cañera visto que las tres chicas tenían un día inspirado bailando y revolcándose sensualmente encima del sofá. Suerte que quienes a esas horas ya estaban intentando dormir no las vieron, porque no me cabe duda de que las hubieran puesto de hoja perejil, acusándolas de ser capaces de todo por hacer vídeos para el programa. Pero claro, si no fuera por el turno de noche el panorama puede ser tan desolador como el del pasado lunes, con media casa en la cama mientras Raquel Sánchez Silva hacía el Última hora.

Cada uno es libre de acostarse cuando quiera, por lo que no seré yo quien utilice este argumento para criticar al grupo belenista. Ahora bien, tampoco deberían ellos abroncar al resto de habitantes de la casa por no acostarse antes. Parece como si ese grupo quisiera decidir la hora a la que se deben ir todos a la cama, imponiendo un auténtico toque de queda. Quien no cumple con el horario establecido es reprendido duramente a la mañana siguiente, como sucedió ayer. Es surrealista que Sandoval reproche a Chari, Aguasantas y Ares que se esperen a que los demás se vayan a dormir para animar la fiesta. Como le contestó Chari, con toda la razón: “Pues la próxima fiesta te quedas despierto con nosotras”.

Nadie se sustrae a dedicar parte del día al deporte nacional del critiqueo, por lo cual sería muy absurdo censurar esto en unos u otros. Ahora bien, otra cosa es cuando se llega al absurdo de criticar que algunos concursantes estén despiertos mientras sigue sonando la música y, por tanto, la fiesta aún no ha acabado. Hay críticas y críticas. Ayer Belén e Ylenia hacían una interpretación disparatada de lo que había ocurrido la noche anterior. Que si se habían quedado bailando porque quieren hacer ver que se acuestan tarde y se levantan las primeras porque son el alma de la fiesta, que si habían dejado todo recogido porque son unas falsas, y un sinfín de insensateces del mismo jaez.

No quisiera caer en el mismo error de interpretar las cosas de forma disparatada, pero tengo cierta convicción de que en realidad les molesta estar perdiendo cuota de pantalla frente a sus oponentes. Es probable que sea eso lo que les hace cargar las críticas sobre ello, para compensar el protagonismo nocturno que ellos no tienen. También sería esa preocupación lo que les llevaría a abroncar a los disidentes de la madrugada, por si así les terminan haciendo caso y pueden neutralizar la supuesta ventaja que tienen. El toque de queda no se impone porque sí. Siempre hay una razón detrás de todo. Solo les falta ir al ‘confe’ y pedir que quiten la música en las fiestas cuando ellos se van al dormitorio, si es que no lo han hecho ya.

Como espectador me ocurre algo parecido, pero a la inversa. Siento mucho que dos concursantes que son el auténtico motor de esta edición VIP pierdan tanto acostándose casi antes de que se despida Pedro Piqueras. Es como si fueran concursantes a tiempo parcial, solo durante media jornada. Desde las diez de la noche hasta que les despiertan con atronadoras músicas no se puede esperar casi nada de ellos. Inexplicablemente están renunciando al prime time, la hora de audiencia máxima (parezco Ylenia).

Digámoslo sin ambages, de una vez: esto sin Belén y Sandoval sería mucho más triste y aburrido. Su aportación al programa es tan valiosa que hasta cosas tan poco lógicas como que pretendan imponer a nadie un horario me parezcan en el fondo una fruslería. Si esto fuera una edición tradicional de Gran Hermano y se tratase de concursantes normales habría cargado las tintas mucho más ante las barbaridades de Sandoval o la postura habitual de Belén, tendida o repanchingada en el sofá. Pero es que no es lo mismo. Estos son dos concursantes de auténtico lujo, cuya aportación es impagable. El contraste entre dos joyas como estas para un reality y concursantes como Aguasantas o Coman, que están demostrando una inesperada capacidad para leer perfectamente el concurso, hace de esta edición VIP algo auténticamente excepcional.

Por eso no quiero que se vaya nadie. Hoy por hoy todos me parecen imprescindibles ahí dentro para poder seguir disfrutando de este regalo inesperado. Bueno, cuando digo todos debo excluir a los habituales ceros a la izquierda, que en este caso serían Israel o Fede, aunque sean ambos del mismo grupo. El italiano de los inacabables ejemplos ha terminado con la paciencia de muchos, manteniendo de forma artificiosa una relación con Ylenia que nació ya muerta. En cuanto al torero, posiblemente estemos hablando del concursante más anodino que habita esa casa en la última década. Por lo menos. Aun cuando fuera posible expulsar a estos dos del tirón, no estaríamos haciendo otra cosa que aplazar el problema, porque un par de semanas más tarde estaríamos otra vez con el mismo dilema.

Mientras Belén y Sandoval lo dan todo por mantener viva la llama del interés, e incluso la indignación de muchos, Aguasantas me sorprende diciendo que el torero debe ser poco querido fuera y Coman me da la vida definiéndose como "un rebelde antijerarquías". ¿No es maravilloso? ¡Qué edición!, amigos míos, ¡qué edición! Por eso comentaba el otro día con Álvaro de la Lama y María Lama en MorninGlory mi esfuerzo por ver las cosas desde todos los prismas posibles. Los enfermos de Gran Hermano tenemos clara tendencia a dramatizar. En definitiva, el programa se mueve por los mismos códigos del melodrama que han regido la ficción desde la Grecia antigua. Ahora bien, podemos hacer el ejercicio de analizar los mismos hechos dramatizando y sin dramatizar. ¿Nos animamos?

Podemos empezar por lo de Belén en las nominaciones de hace una semana. Si dramatizamos, puede ser la muestra del ventajismo que practica una concursante desobediente y tramposa. Por el contrario, si desdramatizamos, lo veremos como una pillería espontánea nada meditada que no merece un juicio tan duro ni siquiera considerarlo una trampa. ¿Hacemos lo mismo con el engaño de esta misma concursante respecto a su diabetes? Si dramatizamos, está jugando con su salud y preocupando a sus compañeros por algo que no es cierto. Si desdramatizamos, quien más y quien menos ha llamado algún día al trabajo para excusar asistencia alegando una enfermedad inexistente. En el fondo, Belén improvisó una mentira para justificar ese paseo cuyo único objetivo era fisgonear quien andaba despierto y de cháchara a esas horas. No es tan grave… ¿o sí?

Tenía ganas de decir estas cosas, a pesar de que puedan despertar todo tipo de comentarios. Hasta ahora he contado todo lo que está pasando, sin ocultar nada que pueda beneficiar o perjudicar a unos u otros. Así seguirá siendo porque no sé hacerlo de otro modo. Eso no quita para que intente ver las cosas desde muchos puntos de vista diferentes, sencillamente porque creo que puede hacerse. O como dice el poema de Campoamor: “En este mundo traidor, nada es verdad ni mentira, todo es según el color, del cristal con que se mira”. No sé si están acertadas las encuestas que dan a Sandoval como el posible expulsado de hoy, pero de ser así lo lamentaría profundamente. Tengo claro que en su caso no debemos dramatizar nunca. Demasiado drama lleva encima siempre. Es impensable que él mismo se crea tantas y tan fuertes barbaridades que salen de su boca a cada minuto. Una vez asumido que hasta el vuelo de una mosca puede provocar en él una catarata de insultos y descalificaciones maliciosas, todo se hace mucho más fácil.

La esperanza de que Sandoval pueda salvarse esta noche nos la sirvió en bandeja anoche Raquel, anunciando unos porcentajes muy reñidos. Así, sin más, es poco para respirar tranquilos, pero menos da una piedra. Me hubiera gustado conocer los porcentajes ciegos, esta semana inéditos al repetirse las nominaciones el domingo. Él sigue convencido de que hoy visitará el plató e incluso está haciendo planes para quedarse el fin de semana en Madrid para evitar los carnavales en Sitges, que perturbarían su tranquilidad al vivir en un primer piso. ¿Tranquilidad he dicho? Si es que a veces soy un cachondo mental.

Está claro que cualquier cosa es susceptible de crítica para el grupo oponente, en uno y otro sentido. Por ejemplo, Ares piensa que Ylenia está muy desmejorada y hasta se muestra condescendiente con su petición de tinte para tapar las negrísimas raíces de su pelo, llegando a proponer que se incluyan dos tintes en la compra semanal. Otra cosa es cuando la propia Ylenia pregunta si pueden ser dos tintes en lugar de uno, reproduciendo de forma inesperada lo que para Ares había sido tan solo una broma. Hay que ser muy valiente para proponer un gasto de 18 euros en tinte en una compra para la que disponen de 4 euros por persona y día. Ylenia quería que su tinte se comiera cuatro días y medio de su presupuesto. Como cabía esperar, compraron solo uno y barato. Total, más seco y tieso no le puede dejar su pelo.

Si Ares se cebaba con la pobre Ylenia, esta y Belén se afanaban contra las ‘chirlas’. Por otra parte, Sandoval volvía a arremeter contra Coman, uno de sus ejercicios más frecuentes. Lo hacía hablando con Chari y, en este caso, criticaba que se tomase la clase de Zumba a cachondeo, cosa que no llegué a apreciar. Además, le molesta que intente caer en gracia ante la audiencia, lo cual se nota especialmente en las galas. Aquí debo darle la razón por completo. Resulta cansino ver a Coman diciendo “grande, Jordi”, o cuestionando siempre si se habrá equivocado a la hora de decir si está nominado o no. Se me vislumbra que al propio Jordi González tampoco le hace mucha gracia.

La víspera de gala algunos de los temas preferidos son la expulsión y posibles nominaciones. Anoche coincidían ambos grupos en comentar lo mismo, unos en el salón y otros ya acostados en el dormitorio. No hace falta especificar más. Aguasantas expresaba su deseo de nominar al torero sin nombre si salía de la casa alguien de los otros, es decir, Ylenia o Sandoval. Por su parte, este último comentaba: “Si me voy yo van a ir a por el torero”. Casi acierto pleno, porque finalmente cambiaron de opinión, en principio, haciendo ver que era por cumplir los deseos de Coman. En caso de que hagan lo pactado esta noche habrá un auténtico golpe de Estado en la casa.

Coman, poco amigo de descubrir sus cartas en las nominaciones, confesaba que iba a nominar a Belén, lo cual cabía esperar tras la bronca del martes. Su plan es nominar a Belén y a quien se salve entre Ylenia y Sandoval, considerando que el expulsado cae de ese lado. Ares y Aguasantas se apuntaban a nominar igual para poder hacer más fuerza. Es la ventaja principal de sindicar las nominaciones. Digo sindicar en lugar de pactar por el sempiterno equívoco que hay sobre esto. Lo aclararé una vez más: no hay inconveniente en que se comenten las nominaciones entre concursantes e incluso varios decidan nominar igual. Es parte del juego. Solo se prohíbe hacer pacto con el fin de quedar todos nominados, lo cual bastardea el formato, como sucedió durante toda la primera edición. Tomen nota los despistados, y dejen de pedir sanciones por cosas estúpidas, a ser posible.

Si se confirma el golpe de Estado esta noche las cosas se pueden poner muy interesantes. Anoche Aguasantas demostraba tener un sexto sentido espectacular, que viene a contradecir su fama de poco espabilada. Y Coman tuvo algunos otros destellos de divina brillantez, como cuando criticaba las reacciones en la expulsión de Olvido, o la burla a la gitana que hacía Sandoval este domingo. "Mañana, pase lo que pase, se va a liar. Yo soy rebelde y no estoy aquí para seguir jerarquías", decía Coman. Mientras tanto, en el dormitorio, Sandoval cuestionaba el dolor de ojos de Coman al ver que no se acostaba, y Belén volvía de echar un vistazo a escondidas criticando que Coman estuviera bailando “y las otras riendo”. Y así todo.

Moleskine del gato

No descartemos que Coman termine sudando dentro de la casa. Chari puede tener la culpa. Anoche le hacía un masaje y mantenía un tonteo máximo con ella (madre mía cómo se pega lo de Ylenia).

Superaron la prueba con creces. Más de cincuenta llamadas, con algunos fallos, pero más que suficiente puesto que se pedían solamente treinta. O sea, pudieron hacer la compra y tendrán hasta vino espumoso italiano. Ahí es nada. Ojalá todas las pruebas fueran así de divertidas. La semana que viene habrá una de baile ‘bollywoodiense’. También mola.

Coman compensa sus momentos de lucidez con torpezas que desaniman mucho. Ayer bromeaba sobre la casa que compartirá con Aguasantas y decía que ella sería quien fregaría. A ella no le hizo gracia. Evidentemente.

La gala de esta noche tal vez sea en la que más se juega el futuro de esta edición VIP. O sea, hoy tenemos una fiesta. Me relamo.