Joven, atractiva y con apoyo mediático. Laura, estereotipo de ganadora

telecinco.es 15/04/2016 09:36

Ganó Laura Matamoros y la gran duda que plantea su triunfo es si en este programa volverá a ser una sorpresa el ganador o a partir de ahora podremos saber quién se llevará el maletín en cuanto conozcamos el casting. Laura cuenta con las dos características que han reunido las ganadoras desde hace cinco ediciones. Y digo ganadoras porque han sido todas mujeres. Concretamente, mujeres jóvenes y atractivas. En el caso del VIP con gran apoyo mediático en el propio canal. Si estas condiciones se habían dado por separado, mujeres jóvenes y atractivas en las ediciones normales y con apoyo mediático en el anterior GH VIP, esta vez en la ganadora coinciden ambas.

Ya hubiera querido Belén Esteban el apoyo casi unánime que ha tenido Laura. No se trata ya de que buena parte de la audiencia del programa sienta que ha perdido el control y no decide el ganador. Lo más importante es la sensación de que al comienzo de GH 17, cuyo casting comenzó anoche mismo con la publicación del teléfono de rigor, sabremos quién va a ganar. Tenemos la pista en Susana Molina (GH 14), Paula González (GH 15) y Sofía Suescun (GH 16). Por su parte, para saber quién ganará GH VIP bastará con ver Sálvame los días previos al comienzo de la edición. Insisto en que Laura Matamoros responde a los estándares de ganadora de edición normal y VIP. Es, por tanto, un estereotipo de ganadora.

Y todavía algunos se extrañaban de mi seguridad al pronosticar que ganaría Laura. Incluso se podía pensar que lo decía como una manera de promover el voto para Carlos. Ni soy mejor adivino que Rappel (para lo cual no hace falta mucho) ni digo nunca algo que no piense. Es algo tan sencillo como que llevo catorce años analizando a diario este programa. Además, prefiero sustituir los pálpitos por datos a la hora de basar mis opiniones. Fue definitivo ver cómo tras el abandono de Alejandro el porcentaje del segundo clasificado subía el doble que el primero. Esto son datos, queridos amigos. El problema es trabajar lo suficiente para saber y querer interpretarlos.

El dato conocido anoche de los porcentajes definitivos es igual de desasosegante que el propio resultado de esa votación. Laura ganó con un 57,9 % y Carlos tuvo el 42,1 % restante. Una variación inferior a un punto (0,6) respecto al resultado conocido al final de la gala del jueves anterior. Y eso que, según Jordi González, anoche se había triplicado el número de votos desde entonces. Esperaba al menos que se igualaran un poco más los porcentajes. Visto lo visto, la suerte estaba echada y daba igual lo que se hiciera.

Estos datos plantean varias reflexiones respecto a las votaciones. En primer lugar, igual conviene empezar a considerar que las recargas de teléfonos para que algunos gestionen los votos son de una inutilidad manifiesta. Eso por no pensar que puede esconderse en ciertos casos algún tipo de fraude, de lo cual está convencida cada vez más gente. Si tenemos en cuenta que los resultados de la votación han distado tanto de los de todas las encuestas, igual es hora también de replantear la forma de votar. Nunca he apoyado la idea de un hombre, un voto. Ahora bien, el voto gratuito a través de medios sociales (como se hace en la edición italiana, por ejemplo) puede convivir con el mensaje corto de móvil o la llamada. De esta forma, tal vez el resultado se aproxime más a la voluntad mayoritaria de la audiencia.

El estereotipo del que hablo está relacionado estrechamente con el target mayoritario de este programa y, más concretamente, de la audiencia votante. Puede que sean las mujeres jóvenes quienes voten con más empeño. Mujeres que en buena medida pueden sentirse identificadas con aquellas concursantes a las que hacen ganadoras. Con todo el respeto a la voluntad de la mayoría, llama la atención ese divorcio claro entre el resultado de las encuestas y el de los votos. Un divorcio que podemos hacer extensivo al que experimenta cada vez más el programa con su fiel audiencia de siempre. Una audiencia que siente una edición tras otra como se aleja de lo que siempre fue el programa de sus amores.

Laura entró con mal pie en el plató, escurriéndose por la escalera y casi arrastrando a Carlos en su caída. Le faltó acusar a Makoke de haberle puesto la zancadilla según bajaba, aunque entre bromas y veras no faltó la acusación a Carlos de haberla hecho caer. Muy al contrario, si no llega a ser por su compañero la caída podría haber sido mucho más aparatosa. Y de milagro logró Carlos mantener la verticalidad y sujetar en lo posible a Laura. La entrada podía ser premonitoria, pero faltaba saber si jugaba a favor o en contra. Los dos finalistas estaban ya en Fuencarral al comienzo de la gala, lo cual ahorraba tiempo. A partir de ese momento comenzaba una sucesión de vídeos ya conocidos de lo sucedido en la casa, con uno y otro finalista como protagonistas.

Con toda la información que han ido teniendo a lo largo de la edición, la entrevista en plató se hace menos importante. Pocas cosas hay que no hayan visto ya o sobre las cuales no les hayan filtrado información desde fuera. Cuando anoche Carlos veía las imágenes de la “trampa para ratones” o el cepillo de dientes, tenía prácticamente la respuesta pensada porque no había nada que no supiera. Por eso la gala careció del interés que pudo tener, lo cual va a ser complicado si se insiste en este nuevo formato, mucho más flojo e imperfecto.

Reservemos la información para el momento clave. Que no lo hagan es como si nos cuentan quién es el asesino al comienzo de la película. O, peor aún, si se lo soplan al inspector de la policía del propio film. Intriga y emoción asesinadas. Y eso no lo quiere ningún director, mucho menos los espectadores. No se trata de impedir que el programa evolucione, solo que lo haga en contra de sus propios intereses. Este formato no solo es diferente al que hemos conocido desde siempre, sino que lamentablemente es bastante peor.

La entrada conjunta de Laura y Carlos en plató impidió apreciar distintos recibimientos. Luego los vídeos eran equitativos, tanto para uno como para otro. No fue hasta una vez comunicado el ganador que empezamos a ver serias diferencias entre el protagonismo de los dos últimos finalistas. Curioso comprobar que pese a haber ganado Laura, durante muchos minutos todo el protagonismo se lo llevaba Carlos. Un protagonismo que trascendía el propio programa y saltaba enseguida a los titulares de muchos medios. Jordi González le comunicaba de forma oficiosa a Carlos Lozano la oferta para presentar un programa de parte de un alto cargo de la casa. Es un buen premio para él y su oportunidad de volver a trabajar en España. Probablemente es mejor un trabajo que ganar el maletín. La diferencia es que el maletín era casi más un premio para todos aquellos que han apoyado a Carlos. Probablemente sea egoísta, pero se trataba más de ganar nosotros que el propio concursante.

Luego vino el final del engaño puesto que desde el principio de la gala se hizo creer a Carlos que su novia estaba lejos y podría hablar más tarde con ella por teléfono. Pero Miriam Saavedra estaba en plató y pudo abrazar a su novio. La visita venía acompañada del anuncio de su participación en Supervivientes, que Miriam planteó como una oferta no cerrada y pendiente de una conversación en pareja, aunque en la primera pausa publicitaria de la gala vimos una promoción que la daba como segura concursante.

Esto parecía anoche el premio de la Lotería de Navidad esas veces que queda muy repartido. Hubo premio para Carlos con ese programa que pronto conoceremos. También para Miriam, rumbo a Honduras. Mónica Hoyos, exmujer de Carlos y madre de su hija Luna, ha empezado a trabajar en Mujeres y hombres y viceversa. Por su parte, Laura se llevó el premio que destinará íntegramente a su hermana. ¡Qué sorpresa! Hace más de un mes que pronostiqué que diría esto, aunque también comentó en la casa que quería el dinero para poner un restaurante. Sabía que entre una cosa y otra diría lo de la hermana. Acierto más que Rappel.

Otra de las grandes diferencias fue que a Carlos vino Miriam a verle y pasó una parte de la gala junto a él, mientras que los padres de Laura aguardaban en salas distintas sin dejarse ver por plató. Ni siquiera en una circunstancia como esa pudieron hacer la excepción y abrazar a su hija justo al entrar, después de casi esmorrarse en la escalera. No digo nada de Kiko, que ya fue a visitarla a Guadalix previo pago de una cantidad. Pero tampoco su madre estuvo ahí.

Carlos protagonista de la gala a pesar de haber perdido. Nada que pudiera sorprendernos. Si por algo guardábamos algo de esperanza en que aún podía llevarse el premio es precisamente por haber sido el alma de esta edición. Ser el más protagonista no es suficiente. De poco valdrá si un concursante sustenta su protagonismo en actitudes que la audiencia no aprueba. Por poner un ejemplo, es el caso de Noemí Merino, su realidad paralela, un zurrón de mentiras y la indiferencia ante el dolor de los demás. Sucede que Carlos ha contado con el favor del público. Concursante con el que la audiencia simpatiza, protagonista absoluto y de actitud honesta. Eso es ganador seguro el 99,99 de las veces. Pues bien, aquí debió mandar ese insignificante 0,01.

Belén Esteban había aparecido para entregar el maletín. Suerte que ganó Laura porque a Carlos no parecía dispuesta a dárselo. Cuando Carlos quiso agradecer el apoyo que ha recibido de Mercedes Milá contestó la Esteban que Laura ha tenido el de la audiencia. Hubiera sido un puntazo que añadiera “y sin propaganda durante cuatro horas y media en mi programa, ni nada”. Igual no conviene presumir de una audiencia que ha dado la espalda a Matamoros en todas las encuestas. Sí, ya sé que solo cuentan los votos, pero mucha gente no tiene dinero que gastar. ¿Me entiendes? Ni que fuera yo Amancio Ortega.

Ni Laura ni Carlos hicieron un gran ejercicio de autocrítica. Curiosa la intervención de Diego Matamoros cuando Laura prefería pasar página en lugar de disculparse ante Alejandro Nieto por las barbaridades dichas sobre él, tanto las que se vieron como las que no. Reprocha Diego a Alejandro que hace semanas se hubiera disculpado y no lo hiciera anoche. Mejor hubiera quedado si antes le avisa a su hermana de que debería pedir disculpas a Alejandro puesto que él ya lo hizo en su día. Aplicando la ley del embudo (lo ancho para mí y lo estrecho para ti) solo hace perder un poco más de la poca credibilidad que le pudiera quedar.

En plató dos bancadas de exconcursantes, que esta vez sí estaban todos. A la izquierda (del espectador) estaban los que apoyan a Laura y Fran Nicolás. A la derecha los de Carlos. Termino antes diciendo que allí estaban Lucía, Liz, Javier y Alejandro. Fran cambió el otro día de bando, de apoyar a Carlos a apoyar a Laura. Al día siguiente se anunció que comenzaba a colaborar en Sálvame. No hay más preguntas, señoría, es serendipia. En la bancada Laurista lloraba Julián como si hubiera perdido la Barbie Sirena. Rappel confundió la final de GH VIP con Eurovisión 1963. Y Raquel Bollo debió trasplantarse el subwoofer que se tragó de niña Laura Campos porque todavía me duelen los tímpanos de escucharla. Con todo, preferible escuchar los alaridos de la Bollo que las frases inconexas de Rosa Benito. No sé si preocuparme por la deriva de esta exconcursante o dar por hecho que intenta ir por la senda de grandes humoristas del absurdo como Pedro Reyes o Antonio Ozores. ¡No, hija no!

Moleskine del gato

Último moleskine de la temporada. Una vez dicho esto puede que el lunes vuelva a aparecer si me parece interesante comentar algo del debate dominical. Pero no prometo nada.

No sé si sabe Laura que entre el 20 % que se lleva Hacienda por el morro y lo que va a tener que pagar del impuesto de donaciones por darle el premio a su hermana el maletín se va a terminar convirtiendo en neceser. Dice que no está acostumbrada a vivir con ese dinero, lo cual va en línea con lo que lleva contando tres meses. Empezó con lo del arroz blanco en Navidad y en los últimos días terminó afirmando que se alimentaba básicamente de arroz. Mira, como los chinos.

Me pareció una ofensa que Laura en sus agradecimientos mencionase a varios familiares y no a Diego. Tampoco dijo nada de “coñito guerrero”. Qué injusta es la vida. Me esperé al final del programa y salió agradecimiento a una marca de encimeras de cocina, pero de lo dicho nada. Si nada cambia, en la próxima edición podemos tener legiones de seguidores poniendo anuncios en Wallapop, Vibo y Milanuncios. O en farolas y semáforos de España. ¿Qué tal tablones de anuncios en escuelas y facultades? Esto es un filón, amigos. Quita que no pase en el Supervivientes que está pronto a empezar.

Me preguntan muchos amigos si voy a escribir sobre Supervivientes. No lo haré. Me vendrá bien darle algo de descanso a mis neuronas, aunque lo comentaré en el programa MorninGlory de Radioset. No me privo de ese placer. Gracias a todos por el interés. Y gracias una vez más por haber estado ahí haciendo este blog líder durante tantos meses. Tengo una deuda con vosotros que no podré saldar nunca. Es algo emocionante de verdad.

Una vez más, lo mejor de la gala final de GH VIP fue la promo de la próxima edición de Gran Hermano. Con el fondo de las palabras de Mercedes al ganador de GH 17, un puñado de exconcursantes volvieron a responder la llamada del programa para animarte a llamar y tener opción de ser un próximo concursante. Si tienes ánimo y valor de exponerte a los impertinentes comentarios de este gato y otros muchos; si estás dispuesto a dar tanto por tan poco: este es #TuMomentoGH17.