Kiko, a Laura Matamoros: “Vas a ganar”

telecinco.es 12/02/2016 10:35

Con una Laura renuente al contacto, el encuentro entre padre e hija se produjo en medio de una gran tensión, pero finalmente fue sellado con un gran abrazo. Kiko Matamoros hablaba a su hija Laura al oído. Primero le dijo que estuviera tranquila. Y luego le transmitió un mensaje de tranquilidad para ella, que a algunos espectadores puede intranquilizar por la seguridad en las palabras del colaborador de ‘Sálvame’. “Vas a ganar, gilipollas. Pero tienes que corregir cosas”.

El optimismo de Kiko es tal que no ofrece lugar a la duda y ve ganadora a su hija Laura. Poco duró su satisfacción y un rato más tarde era expulsado el hijo de Makoke, su pareja. En el ‘confe’ se sinceraba: “Si sé que sale Javier no vengo”. Al final de la gala, Kiko respondía a Jordi González: “Ahora estoy contento. Me alegro muchísimo de haber vuelto a ver a Carlos, que hacía mucho tiempo que no lo veía y le tengo mucho cariño, y a las compañeras de ‘Salvame’, y a Víctor, y a Liz y… bueno… y a Rappel, que me ha hecho unas predicciones muy bonitas”. Ni una palabra sobre su hija, la supuesta ganadora.

Está bien saberlo, porque ahora ve uno esto con otros ojos. Sabiendo que Laura va a ganar igual no merece la pena glosar sus contradicciones, las obsesiones enfermizas y ese mundo de mentiras en el que ella vive. Esto último me va a costar más, pero uno puede con todo. Igual el lunes pienso de otro modo, pero hoy me he quedado dormido en mala postura, escribo con más prisa que nunca para entregar este texto cuanto antes, aunque será tarde en todo caso, y no estoy de humor. Es como cuando te cuentan el final de la película, y además el asesino no es quien uno desearía.

Me dirá el lector, seguramente más templado y mejor dormido, que es un padre animando a una hija de la mejor forma posible. Suerte que tiene la concursante, que si ya estaba subidita no quiero ni imaginar lo que será a partir de ahora, después de cargarse a su odiado hermanastro, que anoche no durmió en la casa de Guadalix, y sabiéndose posible ganadora. La lectura de todo esto es clara, la audiencia está premiando la actitud de Laura, sus insultos a Makoke (me faltó ver el “abeja guarra”, muy significativo por lo bien que les pareció el comentario a sus interlocutores), su obsesión por desacreditar un concursante cuyos avales para serlo son los mismos que los de ella, más bien escasos, por no decir que ninguno. Lo repitió varias veces Alejandro, después de la gala: “Han salido los tres: Fran, Lucía y Javier”. Como diciendo que algo malo debería haber hecho ese grupo. Un perfecto desmarque, teniendo en cuenta que él era uno de sus integrantes. “Que me haya importado, solo han expulsado a Julius”, decía Laura por la tarde. Todo de color de rosa y a favor. El concurso se ha puesto de cara para la hija de Kiko.

Ahora más que nunca es necesaria una repesca, y que alguien le diga a Laura al oído algo diferente a “vas a ganar”. Bueno, mejor que se lo diga a viva voz, que secretitos en reunión son de mala educación, como me decían de pequeño. Todavía se enfadaba Laura porque su padre no la mencionaba al final, y a poco estuvo de hacer ademán de irse. Una pena porque hubiera sido la tercera en hacerlo anoche. Antes quiso irse Raquel y como el ‘súper’ no debió ser suficientemente convincente le pusieron a su hijo por teléfono. “Tienes que seguir hasta el infinito”, le dijo Manuel a su madre. Hubiera quedado redondo si añade “y mucho más”. Con ese ejemplo tontos son todos los demás para no coger el atajo perfecto para hablar con sus familiares. Si yo fuera concursante lo haría hoy mismo. Con Sema no hizo falta porque ni siquiera llegó a plantearlo en el ‘confe’. Víctor Sandoval tuvo la culpa.

Raquel dijo que quería irse porque Aguasantas va a estar alojada en el balneario VIP unos días. Es más, ella y Rosa planearon de urgencia un auténtico apartheid para la visitante, diciendo que se iban a negar a servirla, lo cual fue secundado por Julián ‘el palmerito de Guadalix’. “Cuando me pida un masaje le tiro aceite a la cara”, decía Raquel, que no conoce la palabra “diplomacia”. Las cosas no son siempre lo que parecen, y en este caso tengo la completa convicción de que la auténtica razón fue que Kiko la saludó diciendo que se alegraba de verla, porque desde casa no la estaba viendo apenas, o algo parecido. Rosa, compañera de ambos, parecía emocionada al ver a Kiko, pero también en este caso creo que la realidad se encuentra rascando un poco y por debajo de las falsas apariencias.

Creo que la emoción de Rosa era en verdad decepción porque ninguno de los tres visitantes está relacionado con ella. Andaba totalmente convencida de que uno de ellos habría sido elegido por ella, lo cual temía al tiempo que esperaba. Anoche se dio de bruces con la cruda realidad: no está siendo protagonista de esto. De ahí el brillo de sus ojos y su rostro de decepción. Su amiga Raquel tuvo anoche el protagonismo que a ella le hubiera gustado tener. No quiero pensar lo que sería si Laura le cuenta el claro e inequívoco mensaje de su padre al oído. El remate vino cuando Víctor convirtió en protagonista a Sema cebándose con este concursante, lo cual casi pone en pie de nuevo el “protocolo de abandono”.

Víctor le dijo de todo a Sema. Que no podía agredir a una persona tocándole el paquete cuando no es gay, ni tocarle las tetas a una señora, que si simulaba sus borracheras, que sus cortes de mangas no hacen gracia, y así un buen rato a la velocidad de vértigo que habla él. No voy a negar que Víctor tiene razón en todo lo que dijo, aunque dudo que le haya servido a Sema de algo aparte de la satisfacción de que uno de los visitantes le diera tanto protagonismo anoche. Después me pareció verle crecido, aunque Liz volvió a bajarle los humos recordándole su falta de apoyo en momentos clave.

No lo comenté en su momento, pero el martes Liz le reprochaba a Sema que en el episodio de los gusanos no sacara la cabeza por ella, por lo cual se sintió sola y desamparada. Justo lo que había comentado este gato el día anterior y en alguna otra ocasión. La propia noche del jueves, Sema no estuvo ahí consolando a su amiga. Está claro que esa amistad es por interés, porque les viene bien a ambos para hacer unos vídeos que luego no se ven casi nunca en los programas. Si Víctor le llega a decir esto Sema o hace de verdad la maleta o se mete dentro de ella y no sale.

Anoche Liz volvía al tema, después de que la vez anterior Sema no dejó claro si su falta de apoyo era porque no estaba de acuerdo con ella, porque no le salió mismamente de ahí, o bien todo lo contrario. Cuando se hace un reproche a alguien y solo contesta “lo siento” mala cosa, porque te quedas sin saber. Eso fue justo lo que le pasó a Liz y anoche volvió a la carga. Sema fue un poco más claro y reconoció que debía haberla apoyado. En realidad, el pretendido acoso y derribo de Víctor a quien le terminó valiendo fue a Liz. “Si hemos venido es para algo”, aclaraba Víctor en el jardín. Porque ir para nada es tontería, di que sí.

No le hizo falta mucho a Víctor para empezar a soltar bombas. Nada más entrar al balneario repetía varias veces: “No me gustan los muebles, en mi edición no había tantos muebles”. No se estaba refiriendo a las sillas, como es natural, sino a ese otro tipo de muebles de los que hablamos en este programa, concursantes que se mimetizan con el mobiliario de verdad y son casi tan inanimados como este. Más gracia me hicieron las desinformaciones de Víctor y Kiko. Si hacen caso a estos dos ahora creerán que el gobierno está en manos de Pablo Iglesias y Benítez seguirá siendo entrenador del Real Madrid muchos años más. Son tremendos. La alianza entre Kiko y Carlos puede ser de lo mejorcito que veamos en este GH VIP, que desde anoche tiene mejor pinta.

El lector hará la lectura que considere oportuna, el hecho es que Javier abrazaba a Kiko como a un padre y Laura apretaba el puño intentando zafarse de ese abrazo del oso. Animo a ligar estas dos escenas con una tercera: la expulsión de Javier con el 60,3 % de los votos. Si aislamos estos tres momentos para hacer un estudio científico nos estaremos equivocando, y el laboratorio es muy posible que estalle por los aires.

Falta el factor mediático, que en parte ha puesto en la calle a Javier. La lectura que escuché anoche a Víctor se basa en una realidad. Javier debió reaccionar ante el trato que le dispensó Laura, y puede que hubiese ganado mucho sentándose a hablar con ella. Pero tiene razón Fran cuando habla de “campaña de desprestigio”. Ha calado en la audiencia votante el mensaje de Laura preguntando qué hacía Javier allí. El apoyo mediático a Laura ha sido la puntilla definitiva que ha puesto fuera a Javier. Ya lo sabemos, Laura: “Vas a ganar”.

Javier no cumplió con su promesa a Alejandro un par de días antes. “Te va a hablar sangre de horchata”, le dijo, respondiendo a la acusación que aquel le había hecho. Y añadió: “Si veo en plató a Laura hablando mal de mi madre entonces explotaré”. No lo hizo anoche, y descarto que lo vayamos a ver. Salvo el “abeja guarra” creo que le pusieron en batería todas las ofensas de Laura a Makoke, y Javier permaneció templado e impertérrito, sonriendo con magnificencia, más interesado en aclarar lo de sus 450 gorras (no 400) y su colchón millonario.

Solo la despedida de la casa de Javier podía aportar algo de interés a su presencia en plató, y así sucedió. “Para hablar de mi madre te limpias la boca”, dijo en voz baja y casi de refilón, hablando con Laura. El rostro de la “ganadora” cambió de repente, la sonrisa de satisfacción por haberle ganado la batalla a su hermanastro tornó en gesto de odio. Viendo su rostro en este momento, he bautizado a esta concursante como la señorita ‘Ketmeto’. Pero la puñalada mayor que asestó Javier en su despedida fue a Alejandro. “Me da mucha pena decir lo que voy a decir: Alejandro, muchas gracias por tu falsa amistad”, le dijo.

Alejandro entró en bucle tras esa poco amable despedida y recordó entonces que Fran ni siquiera le dirigió la palabra en ese momento clave. Afirmó una y otra vez que no había dicho nada malo de Javier. Incluso le preguntó a Liz, a Sema y a Laura, que a poco estuvo de responderle que no molestase con chorradas a la ganadora. Ninguno se acordaba, lo cual me hace pensar que tras las galas sufren amnesia colectiva. O algo. Explicable anoche, porque la gala fue de auténtico infarto. Hacía mucho que no apreciaba tantísima expectación ante una gala de Gran Hermano, y no defraudó. Sí es cierto que el postgala fue más bien suave para lo que cabía esperar, pero el fin de semana promete. Y mucho, además.

Observatorio de nominaciones

La tabla de nominaciones de esta quinta semana es especialmente escueta:

Carlos > Laura (3), Rappel (2) y Julián (1)

Laura > Liz (3), Carlos (2) y Alejandro (1)

Nominados: Laura, Liz, Rappel y Carlos. Una vez expulsado Javier, Carlos y Laura hablaban de nominaciones ante la inesperada situación. Nadie esperaba esta expulsión, incluso Laura parecía haberse disgustado por ello. Me pareció bien que hablasen, aunque para Carlos pudo ser una trampa mortal. Luego Laura andaba contando que le había dicho que le daría un punto y al final le tuvo que dar más para estar nominada. Supongo que por eso ella le dio dos puntos. El ‘ojoviguismo’ en esa casa es proverbial. Rappel, por ejemplo, no se explica por qué Carlos le nomina, pero él le da sus puntos siempre que puede.

Deberían haber pactado Laura y Carlos para inmunizarse. Como he contado muchas veces haciendo referencia a la teoría de juegos que tanto me gusta, colaborar reporta siempre más beneficios que competir. A estas alturas de concurso, no colaborar puede ser fatal. Es como si dos ciclistas escapados no se dan relevos entre ellos para mantener la ventaja. Ya se jugarán el premio al sprint, pero mientras tanto deben salvar el pellejo los dos, porque si no lo hacen les puede absorber el pelotón.

Jugarse la carta de estar nominado pudiendo evitarlo es de necios. De acuerdo que decide la audiencia, pero si las nominaciones son cosa de dos no concederse mutuamente el indulto nominatorio es estúpido. Habría aceptado incluso que pactasen y luego uno de los dos, o ambos, optasen por la traición. Cualquier cosa antes de no pactar. Es mejor colaborar que competir, siempre que sea posible.

Moleskine del gato

Solo un apunte, que es muy tarde. Julián se quedó en la recepción del balneario haciendo turno nocturno. Ha visto amanecer ahí de pie, con la pajarita oprimiendo su amplio cuello. Es un espejismo o igual se ha tomado la prueba como una tortura. Es un sufridor nato.