Laura Matamoros amenaza con el maletín a Carlos Lozano

telecinco.es 08/04/2016 10:14

- Qué fuerte, gato.

- Ya te digo.

Como estaba previsto, Laura Campos y Rappel salieron anoche de la casa dejando la cosa en un duelo entre Carlos Lozano y Laura Matamoros. Solo quedaba la duda de si Rappel quedaría tercero o cuarto. Llevando desde el primer día ahí dentro hubiera sido innecesariamente humillante que Toti le superase en votos. La salida de Rappel se produjo sin previo aviso, pillando por sorpresa a los concursantes. Hubo incluso un amago de tercera salida que descolocó completamente a los dos finalistas definitivos de este VIP, pero fue tan solo una broma.

No podrá mantenerse la duda en los finalistas sobre si la final es hoy, el domingo o dentro de una semana. Por culpa de la madre de Laura se enteraron de que faltaba una semana para la final. Por suerte, la información más importante de la noche sí quedó reservada para la audiencia. Cuidando que no pudiera nadie hacérselo llegar a los finalistas, pusieron cara a los porcentajes ciegos. Laura Matamoros sería ganadora si esta edición VIP hubiera terminado ayer. Al terminar la gala había 17 puntos de diferencia entre los dos finalistas, 6 puntos más que al comienzo y 9 más que durante el debate del pasado domingo.

Este gato calculador lleva desde hace días expresando su sospecha de que el porcentaje mayor correspondía a Laura. No era una sensación personal tan solo. Ese tipo de apreciaciones se las dejo a Rappel sabiendo que le conducen irremediablemente al fracaso. Prefiero apoyar mis teorías en datos y así lo hice también en esta ocasión. Antes del abandono de Alejandro había una diferencia de unos 15 puntos entre los tres más votados, teniendo aproximadamente ese porcentaje el tercero. De esos 15 puntos de Alejandro fueron más de 10 al segundo porcentaje mayor y el resto al primero.

Mi conclusión fue que Carlos habría de “heredar” más votos de Alejandro que Laura. Por tanto, debía ser Laura la más votada. Con la convicción derivada de los datos, sin bolas de cristal ni pálpitos que solo llevan a equivocación, Laura Matamoros estaba ganando esto. Así lo puse por escrito y también lo dije en el programa MorninGlory de Radioset ante el asombro de algunos. Quien pensase que estaba engañando a la audiencia para incentivar el voto no habría podido equivocarse más. Como dije el pasado lunes en la radio, llevo 14 años comentando este programa y jamás he dicho (escrito) nada que no pensase. Es posible que no todo el mundo pueda decir lo mismo.

¿Nos deja el reparto de porcentajes conocido ayer en un callejón sin salida? Evidentemente, no. Si desde el domingo el porcentaje de Laura ha logrado despegarse más de 9 puntos del correspondiente a Carlos está claro que es posible un movimiento superior a ese en toda una semana que queda hasta el jueves 14, día de la gran final. No está todo dicho todavía, y el haber puesto cara a los porcentajes hace mucho más posible que nunca el sorpasso. No digo que se vaya a producir, pero posibilidades hay. Nunca antes en la historia del programa supimos quiénes estaban detrás de los porcentajes ciegos de los finalistas definitivos. Y, atención, el dato de anoche será el último que conozcamos antes de proclamarse el ganador. No habrá más porcentajes.

El que fuera imperativo reservar para última hora el momento más importante de la gala, aquel en el que se ponía cara a los porcentajes, hizo que el resto de la noche transcurriera entre la angustiosa espera y el desinterés. Poco podría interesar lo que aportase una concursante que renunció a ello para convertirse en monigote al servicio de la virtual ganadora. Por si no tenía poco aval con el apoyo mediático conocido, Laura Campos llegó para ponérselo todavía más fácil. Y aún hay quien se extraña de que saque tantos puntos de ventaja.

La entrevista a Toti no le interesaba ni siquiera a ella, porque cualquier cosa que dijera no podía hacer sino incrementar la sensación de haber quedado en ridículo durante las semanas que ha pasado en la casa. Usurpó el puesto que debería haber ocupado alguien dispuesto a defender su concurso y no el de un tercero. Si la elección de la audiencia hubiera sido otra, anoche se habría sentado en el taburete de entrevistado alguien digno de serlo. Cumplido el trámite de la cuarta clasificada era el turno de Rappel, que apareció en plató con más abalorios en la túnica que predicciones acertó en la casa. Poca diferencia hubo entre el 0,7 % de los votos de Toti y el 0,9 % de Rappel. A Laura la recibió “pelo frito”, que sigue la tradición de motes ridículos de sus novios (“el orejas” y “malaguita” son precedentes conocidos). A Rappel le esperaba un grupo de gente muy formal y bien vestida para abrazarle al entrar en plató, entre quienes se encontraba su secretario, José María, para quien fue el abrazo más cariñoso. Tranquilos, porque nadie se quejó de haberse clavado la pedrería de la túnica del adivino en el abrazo.

Cuando Jordi empezó con un “no te ofendas” supe que iba a ser como cuando alguien dice “con todos los respetos” justo antes de faltar al respeto a otro. Y es que razones para ofenderse tuvo, pero Rappel supo guardar la compostura y anoche reprimió el brote. Supongo que echaba de menos el entorno de la habitación de los pájaros, que anoche fue clausurada por lo que Laura Matamoros hubo de trasladarse al dormitorio clásico, aquel en el que durmieron Javier o Alejandro y sigue haciéndolo Carlos. Sus bestias negras en el concurso. No sé si cerraron el otro dormitorio para fumigar o no bastando con eso irá el padre Damien Karras a hacer un exorcismo de los suyos. Tanto aquelarre ha debido dejar allí olor de azufre. O algo.

Viendo los vídeos que le pusieron a Rappel tuve los mismos sentimientos encontrados que durante todo su concurso. Por un lado, sentía lástima porque alguno fue auténticamente demoledor. Tuve compasión hacia él al verle fallando una a una todas sus predicciones de expulsión. Pero al mismo tiempo, echaba en falta vídeos como el de Belén Esteban burlándose después de que le echara las cartas porque no había dado ni una el adivino. Algo parecido me pasó cuando el vídeo mostraba sus momentos estelares en el taller de costura tejiendo y destejiendo trajes cual Penélope. Llegué a temer por su tensión al mismo tiempo que me faltaban imágenes de su crueldad con Alejandro, tanto descalificándole como aspirante a míster internacional como en el asunto de su hijo.

Alejandro fue el único que evitó dar dos besos a Rappel. Con entendible frialdad le extendió la mano sin modificar el serio gesto de su rostro. Eso lo llamo yo conservar la dignidad. Hubiera sido desconsiderado si le niega el saludo, pero otra cosa es andar con besitos visto lo visto. Tampoco espero el enfrentamiento verbal entre Alejandro y Rappel. Se producirá porque esto es tele, como bien se encargó de dejar claro Israel en aquella lejana primera edición de Gran Hermano. Personalmente no necesito verlo porque sé quién es quién. Rappel se disculpó anoche con todo aquel a quien haya ofendido. Está bien que lo haga y reconozca sus errores, pero Alejandro ni puede ni debe aceptar esas disculpas.

No podía ser más patética e increíble la excusa de Rappel para justificar tanto fallo en sus predicciones. “En los tres últimos meses no has acertado nada”, le dijo un Jordi González que no podía ser más fiel a la realidad. Entonces Rappel dijo que no era su tarot. Le pincha un poco más e igual termina negando ser adivino. Juro que le he oído contar que llevaba dos barajas de tarot distintas, una de ellas la compra fuera de España y es tan especial que casi nadie la usa aparte de él. Pero no era su tarot. Igual era robado. También dijo que no tenía suficiente intimidad y recogimiento. Salvo un monasterio de monjes cartujos no se me ocurre lugar más recogido que la casa de Guadalix de la Sierra.

No quisiera yo contribuir a poner en peligro el prestigio de Rappel y el éxito de sus negocios, que ya se encarga él de ello. Pero es que cuesta callar tras escucharle defender las líneas telefónicas que aleatoriamente dan una predicción por un precio nada módico. Si la gente sigue llamando es porque siempre habrá alguien desesperado y necesitado de escuchar algo que tranquilice su ánimo y le haga confiar en el futuro. Tampoco voy a entrar en si el negocio es próspero o no, que de eso ya se encargan algunos medios de comunicación y es problema de Rappel y su secretario.

Rappel quería que su paso por GH VIP fuera un colofón a su carrera de éxitos. Para colofón el de esta semana: predijo que ayer saldría un finalista y no dos; dijo que la final sería pocos días después de este jueves, allá por el domingo, pero será el jueves próximo y encima dice que va a ganar Carlos Lozano. Es que ni una. También es un triste colofón no llegar ni al 1 % de los votos. Especialmente para alguien que se ha pasado tres meses diciendo que es querido en toda España, las pastelerías de Málaga se colapsaban cuando él entraba y los taxistas le regalaban la carrera. Sin otra intención que dar el dato diré que Laura Campos le ha quitado el récord a Rappel, quien a su vez se lo había quitado a la finalista menos votada que fue Pilarita (GH 11), con el 1,9 % de los votos. Otros récords anteriores habían sido el 3,6 % de Raquel Abad (GH 7), y Kiko Hernández (GH 3) con el 4,7 %.

Entre los momentos estrella de la gala semifinal estuvieron las llamadas de teléfono, las preguntas de tuiteros o los vídeos que les mostraron la opinión de colaboradores del Debate y sus propios defensores en plató. Luna habló con su padre, Carlos Lozano. Y ya mencioné antes la llamada de Marián Flores a su hija Laura Matamoros. La hija de Carlos parece más madura que gente de mucha más edad. Rosa Benito, por poner un ejemplo que viene al pelo. En la casa desaparecida y mimetizándose con el mobiliario, pero en plató con incontinencia verbal, para desesperación de este gato, que no soporta un minuto más sus discursos vacíos y sin sentido ni sus reacciones de adolescente con necesidad de oxigenar un poco el cerebro.

Lo de seleccionar las preguntas más cañeras, según confesión del propio Jordi, era casi una obligación. Ahora bien, no contribuyó mucho a dar un ambiente festivo a la gala. Contrasta el abrazo cariñoso que le daba Carlos a Laura con el mal rollo de casi todo lo demás. Tampoco ayuda a dejar el mejor ambiente entre los dos únicos habitantes de la casa durante una larga semana. Menos todavía después de ver unos vídeos en los que pudieron quedarse con algunas ideas equivocadas por el obligado recorte del montaje. Hizo bien Luna, probablemente apuntada por Mónica Hoyos, en aclararle a Carlos que su madre le ha defendido en plató, porque viendo el fragmento suyo en el vídeo de los defensores parecía lo contrario.

Carlos estuvo algo épico y exagerado anoche. “Se han encontrado con mis garras y mis dientes”, decía. Pero todos hemos visto que es un cordero con piel de lobo, que primero se revuelve ante los ataques y las ofensas para olvidar enseguida y pasar página con pasmosa facilidad. No es tan fiero el león como lo pintan. Laura ofreció una imagen tuneada de sí misma. Mucho más dulcificada que de normal, parecía querer dar la imagen de niña buena que en cualquier momento giraría la cabeza cual niña del exorcista. Tal vez se equivoque mostrándose de modo distinto al que hemos conocido porque si va ganando en las votaciones es porque ha gustado así. “El corazón es lo más importante en las personas”, decía. Toma, claro, como que si se para te llevan con los pies por delante en caja de madera. Aunque mi frase preferida es esta: “Los problemas han venido conmigo”. Ni que lo digas, Laura. Ni que lo digas.

Moleskine del gato

Me llamó la atención que Rappel pidiera perdón sin ser capaz de reconocer ni uno solo de sus errores. Y eso que se lo pusieron en bandeja. Ni lo de que tuvo que ser evacuado al hospital por culpa de Belén Esteban y no de Carlos Lozano, ni lo de los acreedores. Sobre esto último agradezco que mostrasen lo que dijo de verdad Carlos. Nada que ver con la “cola de acreedores” que inventó Rappel. Ya está bien de reformatear la realidad. ¡Basta!

Me gustó anoche Alejandro. Su integridad al dar la mano fríamente a Rappel sin pelear después por decirle las cuatro cosas que seguramente hubiera querido decir. El brillo de sus ojos cuando animaba a Carlos y le deseaba el triunfo. Javier y Alejandro demostraron anoche que Carlos no es un concursante que vaya a salir sin ni un solo amigo, como algunos dicen. Tampoco conviene decir que si todo un colectivo está en contra de una persona alguna culpa tendrá este. Piensen en casos de bullying (no digo que este lo sea porque no lo creo) y verán lo inconveniente de la teoría.

Queda una semana para la final. Para que cada uno valore si se puede dar la vuelta a las votaciones o no dejo capturas con la evolución solo durante la gala de anoche, y lista completa y definitiva de la evolución de porcentajes desde el primer día. La gloria está cerca y puede sorprender nada más dar la vuelta a la esquina.

Gala > DBT > DBT > Límite > Gala > Gala > Gala > DBT > Gala > Gala > Gala > Gala

49,5 % > 46,0 % > 47,0 % > 47,0 % > 53,4 % > 52,5 % > 53,4 % > 53,1 % > 54,7 % > 55,8 % > 56,6 % > 58,5 % (Laura Matamoros)

30,3 % > 33,5 % > 32,6 % > 34,8 % > 44,1 % > 45,6 % > 44,7 % > 45,3 % > 43,7 % > 44,2 % > 43,4 % > 41,5 % (Carlos Lozano)

16,8 % > 18,0 % > 17,8 % > 15,8 % > Abandono (Alejandro)

1,3 % > 1,0 % > 1,1 % > 1,0 % > 1,1 % > 1,1 % > 1,1 % > 0,9 % > 0,9 % > Eliminado (Rappel)

1,1 % > 0,9 % > 0,9 % > 0,8 % > 0,8 % > 0,8 % > 0,8 % > 0,7 % > 0,7 % > Eliminado (Laura Campos)

1,0 % > 0,6 % > 0,6 % > 0,6 % > 0,6 % > Eliminado (Dani)